Estamos trabajando. Pero no para usted ● Claudia Beltramino

“¡Pero usted es clase media! No insista. ¿No se da cuenta que hay gente que tiene necesidades reales y no esas preocupaciones suyas, superfluas? ¿Qué me viene con calidad institucional? ¿Corrupción? Preocupaciones burguesas. Casi le diría que frivolidades para nosotros que estamos en cada lugar siempre, tomándole la mano a cada vecino de cada Comisión de Fomento o en algún barrio.

Es cierto que se nos acabaron las netbooks, pero cuanta alegría le dimos a esos pibes. Y a esas familias que si no fuera por nosotros, no hubieran podido comprarlas. Y ahora aparecen estos planteos sofisticados. Planteos propios de esa clase media reaccionaria que se piensa que es el centro del universo.

Egoístas. Miserables. No quieren acompañar nuestro ejercicio de gobierno orientado a los sectores de verdaderas necesidades.

Se molestan por la solicitud de la legisladora Silvia Paz que responsablemente pide que le demos más seguridad a su barrio, El Frutillar, donde creció, donde vive su familia. Ponen el grito en el cielo reclamando seguridad en el centro. Como si todos fueran iguales. Está claro que no es lo mismo el vecino que se puede comprar un LCD o un aire acondicionado, ponerse unas lindas rejas o contratar un servicio de alarma que este otro que lo pasa mal.

Nosotros tenemos una sola prioridad. Vamos a dejar el gobierno de Río Negro con la satisfacción de haber transformado la vida de quienes tienen necesidades insatisfechas. Después, que vuelvan los radicales, o Pichetto, y se ocupen de las frivolidades de la clase media. Nosotros vinimos a erradicar la pobreza, no a ocuparnos de las condiciones de la clase media. Nosotros vinimos a transformar a los barrios. Vinimos a ponernos las zapatillas para caminar no solo el Lavalle sino el Frutillar y el Anahí Mapu. A otro lado vayan con esas mariconadas de inseguridad en el centro”

Lo anterior bien podría ser la respuesta de Alberto Weretilneck o cualquiera de sus funcionarios a una inmensa cantidad de rionegrinos que fueron testigos de una semana en la que la desprolijidad, la corruptela y la falta de pericia para gobernar, a lo que se suma un horizonte de 2 mm en relación a las metas, certifica que Río Negro después del 10 de diciembre de 2015, habrá involucionado hasta convertirla en una Provincia difícilmente viable.

El primer dato es el económico. El tàndem Weretilneck, Alejandro Palmieri,Isaías Kremer y  Domingo Kohon, con sus respectivas libretitas de almacén, convirtieron a Río Negro en un Estado que no puede planificar nada, que ni siquiera puede pensar en mantener lo que tiene.

Revisemos los números que con prolijidad la Primera Línea del desarrollo provincial esconde.

En el primer semestre del año 2014

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Podemos decir entonces que del total de plata que manejaron el tándem Weretilneck/Palmieri, si excluimos lo que por ley (y no por disposición de Alejandro Palmieri como le gusta anunciar) reciben los municipios rionegrinos, el promedio del % destinado a haberes durante los primeros siete meses del año fue del 62% y si incluimos lo destinado a municipios el % promedio fue del 70%.

Traducido a una familia, sería como si las mesadas de los hijos y la disponibilidad de los padres se llevara un 70% de los ingresos y con lo restante pretendieran pagar comida, medicamentos, libros, gas, luz, agua, ropa, artículos de limpieza, transporte y hacer el mantenimiento de la vivienda con sus techos y filtraciones, paredes que se descascaran, cañerías que se rompen, calefactores que hay mantener. Ni hablar de mejoras como llevar agua caliente al lavadero. Menos aún sobre aprovechar las manos de hada de la hija y armar una pequeña empresita familiar de restauraciones.

A esa familia no se le escapa que salvo el azar, no hay ninguna posibilidad de pensar que la próxima generación esté mejor que la actual.

Avancemos un poco más con Río Negro y veamos que pasó en los primero siete (7) meses del 2014 con la disponibilidad para gastos de funcionamiento. Es decir con la disponibilidad para hospitales, escuelas, seguridad, medicamentos, viviendas, en fin, todo aquellos que no hubiera sido presupuestado y que te asalta, como nos pasa a todos en casa.
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Un maravilloso promedio del 8 %.

En caso de que el ministro Palmieri quisiera consultar, en el oprobioso gobierno que antecedió al suyo, el promedio de gastos para funcionamiento era del 20%.

Quizás el gobierno insista en no meritar su divorcio con la clase media rionegrina, esa que no tiene el infortunio de terminar en una toma, esa que no tiene la desgracia de hacer cola para comprar una garrafa social, esa que puede encontrar alternativa a la falta de sulfato ferroso, antiespasmódicos u otros medicamentos que faltan en los hospitales, esa que se resigna a que la única salida laboral sea un puesto, una beca, un subsidio que salga del Estado, esa que ve que se cierran comercios.

Por eso quizás, el Gobierno evalúe como poco importantes las denuncias de una estructura de espionaje pergeñada por el ministro de gobierno y su familia y que se llegue al punto de vulnerar la PC de un juez que en virtud de ello termina haciendo una denuncia en una fiscalía de turno.

Por eso quizás, el Gobierno evalúe como poco importante subsumir al STJ al punto de que se llamaran a ominoso silencio dando tiempo a que se borren todas las huellas de la intromisión.

Por eso quizás, el gobierno evalúe como poco importante a las denuncias que lo vinculan con las empresas Vía Bariloche o Curacó, favoreciéndolas en detrimento del erario público.

Por eso quizás, se pierdan de vista las licitaciones internacionales que ya no se publican en medios regionales, provinciales ni locales.

Por eso OPS que es decir Petrobrás y sus funcionarios en el poder, como Guillermo Gesualdo, Daniel Gimenez, celebran chochos de la vida.

Por eso que la doble percepción de haberes fue un permanente ejercicio.

Por eso que nos sabemos nada de los cheques que se habían robado en Vialidad y que luego se recuperaron de manos de un prestamista que quien sabe cuánto habrá cobrado por ello.

Por eso que en Vialidad inventaron una oficina de licitaciones, paralela a la oficial.

Por eso el allanamiento en Ipross por una consultoría que aún ignoramos si nos costará 5 o 10 millones, y cuya mecánica de contratación burló la legislación vigente, y que forma parte de una matriz que replica en el Ministerio de Salud y en el Prozome, por eso, quizás,no inquieta al gobierno. Porque el gobierno no se detiene en las frivolidades de una clase media a la que no le falta nada, la que tiene asfalto, cloaca, auto, cable y aire acondicionado y como nada le falta se pone exigente con la calidad institucional y la transparencia.

Qué le importa a un Gobierno dispuesto a jugarse el todo por el todo por los más necesitados, que le importan esas nimiedades propias de señoras gordas que se escandalizan. No señor, en este gobierno revolucionario, dispuesto a atender al sector eternamente postergado, las cosas se manejan de otro modo, con otros valores, acá las cosas se dicen así:

“Luego, como ya estas al tanto.. cercano a noviembre/13 pasamos el expediente a la Contaduría (según acuerdo del conclave) para que avale el trámite y continúe a la Fiscalía de Estado.

Mucha sorpresa nos dio que en contaduría se abrieron de gamba y nos mataron a todos los que pusimos la firma antes… por fallas que TODOS sabíamos tenían los expedientes… NO IMPORTA.. son cosas que pasan NOS LA COMIMOS..”

Aunque los párrafos anteriores dieran cuenta de una deuda vieja que hubiera querido cobrarle Vía Bariloche al Ipross y que, atento al compromiso revolucionario de la gestión Weretilneck, el Gobierno hubiera estado dispuesto a pagar a como fuere, lo más importante aquí sería subrayar el espíritu y la entrega de funcionarios dispuestos a terminar en la Justicia para lograr el objetivo trascendente del gobierno.

A lo mejor la clase media comete un error de evaluación y efectivamente la actual gestión de modo alguno transmita un estado de vacío. A lo mejor la salida de Haroldo Lebed que no será reemplazado por nadie, no genere ninguna duda sobre la imposibilidad de reemplazos serios, no de esos de abogaditos treintañeros dispuestos a todo para lograr sueldos de 70 mil pesos.

A lo mejor la clase media sea comprensiva. Y no reclame nada. Y este “petit 2001” no le resulte tan penoso. Y vuelva a votarlos en 2015.