El derrame de Vaca Muerta ● Defensoria del Pueblo

Los habitantes de toda la región asistimos a lo que puede ser el boom productivo más importante que jamás hayamos visto y seguramente de la mano del promocionado yacimiento de hidrocarburos no convencionales, estaremos en presencia de una formidable explosión demográfica.

De hecho, esta situación ya se está dando en la localidad neuquina de Añelo, que es la que se encuentra más cerca de los 130 pozos anunciados por YPF y en la que se prevé que su población se triplicará en poco tiempo.

A tan sólo 87 Km. de este lugar y sobre las costas del Río Neuquén, se encuentra la ciudad de Centenario, donde también se prevé un formidable crecimiento económico y poblacional con todas las consecuencias que esto implica.

Hace pocos días un medio gráfico regional publicó una nota que refiere a esta situación y en la que el intendente manifiesta que “Centenario es el portal de Vaca Muerta, tenemos un impacto muy fuerte en la economía y el desarrollo de la ciudad. Todo lo que teníamos previsto ya nos está quedando chico”, y señaló que “se había planificado un desarrollo de tierras con 6500 lotes a través de cooperativas y sindicatos y casi toda la tierra se nos fue”.

Esta situación implicará que decenas de miles de personas se radiquen en este lugar con las lógicas necesidades de servicios y demandas.

La ciudad de Neuquén ya ha tenido un impresionante crecimiento, convirtiéndose en la más grande de toda la Patagonia y esto tiene sus efectos en el medioambiente. El año pasado afirmábamos que “la sanidad de los ríos no esta en las prioridades de las agendas políticas de la región”.

Producto de esto el río Limay primero y luego el río Negro presentan altos niveles de contaminación orgánica, a punto tal que hay sectores en los que ya está prohibido bañarse, como la Isla Jordán, en cercanías de Cipolletti. El resto del agua que conduce el río por el Alto Valle presenta también niveles preocupantes de contaminación, producto del vertido neuquino, sumado al mal funcionamiento de las plantas de tratamiento rionegrinas y en algunos casos directamente la ausencia de ellas.

El año pasado también afirmábamos que el organismo que debería haber controlado que esto no ocurriera es la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas de los ríos Negro, Limay y Neuquén (AIC), que ha manejado fondos específicos y que tiene desde hace 29 años poder sancionatorio para quienes incumplan con los protocolos y previsiones sanitarias. Sin embargo y a pesar de la preocupante situación actual, en todos estos años no ha habido ni una sola multa o sanción por contaminación.

¿Que nos haría pensar que esta explosión demográfica a la que ya estamos asistiendo va a estar acompañada por los resguardos necesarios que eviten una contaminación mucho mayor? ¿Qué nos hace pensar que ahora la AIC realizará los controles y en todo caso aplicará las sanciones necesarias para preservar la sanidad de los ríos?

Además de los desechos orgánicos que seguramente irán a parar al Río Neuquén, es muy preocupante la creación de un parque industrial de importantes dimensiones en Centenario, del que ya se han otorgado o vendido casi todos los terrenos disponibles y en los que seguramente se instalarán empresas petroleras y otras relacionadas a esta actividad.

La contaminación producida por la industria petrolera es mucho más grave aún que la orgánica, ésta puede producirse por liberación accidental o deliberada de hidrocarburos o sus derivados y provoca efectos adversos sobre las personas y el medio, directa o indirectamente. Además las consecuencias perduran durante años, tornándose muy compleja su remediación.

Esta es una oportunidad única, que beneficiará a miles de neuquinos y rionegrinos, el famoso “derrame económico” que se menciona que caerá sobre la capital neuquina y la zona de influencia. Observo con preocupación que no se habla del otro derrame, el que sin dudas si no tomamos los cuidados y resguardos necesarios, caerá directamente sobre el río Neuquén y en consecuencia sobre nuestro río Negro.

Por todo esto y previendo situaciones no deseadas, es que exigiremos desde nuestro lugar de Órgano de Control, que los organismos encargados de velar específicamente por el medio ambiente, cumplan y hagan cumplir todas las reglamentaciones y normas orientadas a mantener la salud de nuestro hábitat y nuestra población.