La embestida contra Rivero se llama Petrobras ● Ángela Vicidomini

Pongamos las cosas en su lugar: la embestida del Ejecutivo provincial para destituir a Rivero al frente de la Legislatura tiene un nombre y se llama PETROBRAS.

Para que quede claro: no hay otra cuestión por detrás, no hay búsqueda de ninguna institucionalidad, solamente un embate pergeñado en el seno del albertismo para capturar de cualquier modo las voluntades necesarias para la aprobación del contrato de renegociación petrolera.

Si éste fuera un gobierno serio y responsable, amén de haber consultado el pre-contrato antes de enviarlo a la Legislatura, habría podido encontrar fácilmente los acuerdos legislativos, modificando las cláusulas contractuales que contradicen los intereses de la provincia. Asegurar inversiones reales y concretas en exploración y explotación, comprometer a la empresa al efectivo incremento de producción e impedir la transferencia súbita de la concesión, obligar el saneamiento ambiental de modo inmediato, hacer cumplir las obligaciones fiscales adeudadas, exigir seguros de caución y el desistimiento de juicios contra la provincia; son puntos irrenunciables para contar con nuestra aprobación. Como se dijo reiteradamente, no queremos un contrato que sirva para la especulación comercial o para mejorar la posición patrimonial de la empresa, queremos un contrato que motorice y potencie la actividad petrolera en Río Negro.

Los supuestos beneficios derivados del cobro del bono tan publicitado por el Gobierno de A.W. no deja de ser un cuento chino, que esconde la entrega del recurso petrolero y un futuro de menores ingresos por regalías e impuestos. Este contrato huele mal y algún día sabremos con exactitud qué más hay detrás.
Por todo esto, en la desesperación para que se vote favorablemente este contrato ruinoso para la provincia, el Gobierno está recurriendo a todo tipo de maniobras, extorsiones y presiones sobre los legisladores que no estamos dispuestos a votarlo así como está.

Las presiones indirectas, mediante el retaceo solapado en remisiones de fondos comprometidos con Municipios y Entes y las directas amenazas de bajas de contratos hacia empleados públicos, son moneda corriente.

Remata este sinfín de desatinos, con la maniobra más artera a través del intento de desplazar de la presidencia de la Legislatura a Ariel Rivero. Qué objetivo persigue con ello? Pues, destruir la resistencia que el Bloque Eva Perón mantiene con firmeza, para luego avanzar hacia la cooptación de voluntades y con ello, alcanzar las mayorías necesarias que le garanticen la aprobación del cuestionado contrato.

En este maquiavélico proceso, quizás pudieran aparecer modificaciones nimias que, sin afectar el fondo de la cuestión, darían una suerte de justificación a cambios de posicionamiento de algunos legisladores que hoy tienen opinión adversa. De esta forma, quedaría consumada una de las acciones más deleznables de este Gobierno, a través de las tácticas que se vienen gestando desde el Bloque de Pesatti, el Carlos Auyero y los peores referentes del radicalismo, aunados bajo el proyecto político de Alberto Weretilneck.

Ángela Vicidomini
Bloque Eva Perón