“Lo atamos con alambre” ● ADN

renegociacion“Lo atamos con alambre” es una frase que compone el glosario del meta lenguaje argentino -junto con otras famosas- que significa solucionar un problema con parches, sin ir a la cuestión de fondo.

Siguiendo esta tradición nacional el gobernador Alberto Weretilneck propuso a la Legislatura de Río Negro que apruebe un convenio-prórroga de explotación hidrocarburíferas con Petrobras, que a decir de la opinión de propios y extraños está “atado con alambre”. Además advirtió que el contrato no puede ser modificado, sólo aprobado o rechazado.

Inexplicable condición para el Poder Legislativo. Se desconoce el motivo de colocar al parlamento en una mera función de escribanía, en lugar de otorgarle un rol de opinión y participación.

A poco de debatirse el tema pareciera que este acuerdo con Petrobras estaba atado con alambre. Es posible que el gobierno haya pensado que lograría un consenso de silencio y tendría complicidad parlamentaria para aprobar un acuerdo que le ofrece dinero fresco, a pesar de las múltiples observaciones que salieron del “clóset” y hoy son de dominio público.

Pichetto pidió prudencia y la Defensora del Pueblo, Nadia Díaz, señaló que “debemos ser muy cautos con la renegociación de los contratos petroleros y planteó varias objeciones.

Ana Piccinini fue más clara aún y aseguró que la audiencia está “vacía de contenido”, que este contrato, así como lo mandaron, “no va a salir” y que hay una intención política de usar esta plata para solventar campañas electorales.
También esta incorporado al expediente un dictamen de la Fiscalía de Estado, que conduce Pablo Bergonzi, que tiene varias lecturas. La Fiscalía es parte en el reclamo judicial por la millonaria deuda de la empresa con Río Negro y espera por los honorarios.

La propia actitud del Ejecutivo ha devaluado el convenio de prórroga con Petrobras. La defensa a ultranza y el ocultamiento de información motivaron sospechas y prendieron luces de alerta.

No hay inocencia ni ingenuidad en el gobierno, que no tiene -hasta ahora- ningún funcionario que responda a los cuestionamientos formulados desde el propio peronismo y la oposición, como que la empresa no está inscripta como productor minero y que tiene juicios con la provincia por un tema ambiental y otro de ingresos brutos. Además presentó un recurso ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación contra Río Negro.

A título de qué se prorroga una concesión por 10 años cuando la concesionaria ha demostrado un bajo nivel de desempeño, no realizó las inversiones mínimas y no hizo ningún pozo exploratorio en todo el período de la concesión.
Acaso el gobernador no sabe que –según surge de todos los datos obtenidos- el compromiso de inversión de la empresa es deficiente; que hay deserción del Estado en el control y fiscalización y que todo se remite a información de la empresa. Que Petrobras adeuda Ingresos Brutos por 76.805.899 pesos y que pretende abonar una alícuota menor de 1 por ciento y no de 3 por ciento, argumentando que realiza actividades de refinación cuando sólo extrae crudo.
Ante los cuestionamientos surgidos desde los distintos bloques legislativos no hay ministros ni secretarios de las áreas involucradas, como Economía, Energía y Medio Ambiente que defiendan la posición del gobernador. Mañana comienza la audiencia pública y se espera que un par de directivos de Petrobras defiendan la prórroga del contrato.

Es posible que el Ejecutivo no pueda reunir los votos en la Legislatura para aprobar, sin modificaciones, este acuerdo con Petrobras. Hoy solo cuenta con los votos del bloque oficialista y de la flamante bancada Carlos Auyero, del Frente Grande, el resto es crítico y tiene varias correcciones para proponer.

Cambió el parlamento rionegrino y de esta situación debe tomar nota el gobernador. La Legislatura presenta un variado mosaico y hay nueve bloques: al FpV, la CpD, el CC-ARI, PPR y UpRN, se suman el bloque Eva Perón; el unipersonal de Ana Piccinini, el bloque Carlos Auyero, del FG, y Matías Doñate, con la bancada Néstor Kirchner.

Esta realidad parlamentaria es una foto del gobierno, luego de dos años y medio de gestión, donde no pudo mantener aquella mayoría del 2011 cuando el Frente para la Victoria contaba con 30 legisladores de un total de 46. Algo pasó y sólo se explica en las diferencias que surgieron entre el justicialismo y el gobernador, con un estilo particular de conducción y construcción del poder político.

Se agrandó la comisión de Labor Parlamentaria con la representación de nuevos bloques y el oficialismo tendrá que recurrir a no pocos esfuerzos para imponer mayorías.
Si la aprobación parlamentaria del acuerdo con Petrobras presenta dificultades, no son menores los problemas generados por el tratamiento de las elecciones primarias abiertas, simultáneas y obligatorias.

Estalló la discusión por las PASO y de nuevo “lo atamos con alambre”. Se percibe en sectores del justicialismo y la oposición que el gobierno está dilatando un tema que no presenta tantas dificultades y que requiere sólo acordar en un par de puntos.

Hay “ninguneo” y había un compromiso de Weretilneck para que el proyecto de las PASO ingrese antes del comienzo del receso invernal legislativo, o sea el viernes cinco de julio, plazo que algunos estiman que no se cumplirá y que generará descontento en el partido justicialista.
Por su parte el senador Miguel Pichetto dijo que «no nos vamos a pelear por las PASO, salvo que el gobierno no las quiera, entonces que lo digan».

La consulta del gobierno a los partidos políticos ha sido intrascendente y a decir de muchos dirigentes que concurrieron a las reuniones con el ministro de Gobierno, Luis Di Giáccomo, coincidieron en la pobreza de las reuniones y la falta de claridad en el discurso oficial.

“Esto de invitar hasta las comisiones vecinales a la consulta, es una medida dilatoria del gobierno”, señalaba un legislador el jueves en la sesión, sin ocultar su preocupación por los plazos futuros del proyecto.

Conociendo los tiempos del gobernador y previendo demoras, Martín Doñate pidió al parlamento tratamiento preferencial para su proyecto de las PASO. Fue la mecha que encendió el debate de fondo: hoy el oficialismo perdió la mayoría en la Legislatura y si no hay proyecto del Ejecutivo en la primera semana del mes próximo igual se tratará el tema.

Las definiciones que tuvo Pedro Pesatti son por demás elocuentes de la interna en el oficialismo. Dijo que “le quieren marcar la cancha al gobernador”, que “se puede romper todo» y que «todo puede irse al carajo».

Un final anticipado y previsto por muchos y que se intentó disimular en el gobierno. La apertura de nuevos bloques legislativos sólo puso blanco sobre negro la situación actual del oficialismo, que mantiene su espacio merced a la lealtad de Pedro Pesatti.

La correlación de fuerzas en el parlamento indica que el Ejecutivo no tiene peso para imposiciones y el argumento de que falta completar la ronda de consultas es una frágil excusa. Hay dudas en el gobierno sobre las PASO y Weretilneck cerró su círculo áulico prácticamente solo con el Frente Grande, una cantera para buscar funcionarios amigos.

El Frente Grande comprobó que es difícil crecer bajo la sombra resinosa del justicialismo, a pesar de que tuvo beneficios societarios con inmensas utilidades. Fue posible hasta que llegó el tiempo de las candidaturas para el próximo año.

Este es el debate hoy del Frente Grande: seguir en la sociedad, pero con menos réditos o aventurar una alternativa propia invitando a peronistas, radicales y otros posibles aliados. Hay dudas y Julio Arriaga, oráculo de Weretilneck y dirigentes frentegrandistas, estuvo en Viedma, una visita que no pasó inadvertida en estos momentos. Siempre se lo menciona para algún cargo.
Weretilneck lo escucha y reconoce que llegó a cargos institucionales de la mano del ex intendente y diputado nacional. Julio Arriaga demostró su versatilidad en la política y no deja de mantener buenas relaciones con senador Miguel Pichetto y a la vez fluidos contactos con dirigentes nacionales cercanos a Sergio Massa.

El acuerdo con Petrobras y el proyecto de ley de las PASO serán dos temas que podrían definir el futuro del Frente para la Victoria. Una disputa donde no puede haber empate y sólo habrá un ganador.