El cargo público como pyme clientelar ● Dianco Martin Chiacchiarini

A raíz del escándalo que tomó estado público al conocerse el listado de asesores de los senadores nacionales, entre ellos el de Magdalena Odarda uno de los más numerosos, cabe hacer algunas aclaraciones sobre la justificación de la senadora respecto a cómo designa los recursos de su banca con fines políticos.

Según el informe publicado por el Diario La Nación, desde que Amado Boudou está al frente de la cámara alta, ingresaron más de dos mil personas asignadas a la planta permanente y transitoria y de locación de servicios de los diferentes bloques parlamentarios. Es cierto, después del último aumento en sus dietas en julio del año pasado, cada senador cuenta con un presupuesto que ronda los 300 mil pesos para ser utilizados en forma discrecional y con la posibilidad de poder asignar hasta 50 asesores a su equipo de trabajo. Esto implica que a menor cantidad de personal tendrán mayor percepción y cuanto más grande es el número de asesores menor será lo que perciba cada uno, es matemático.

Ahora bien, más allá del tema que generó controversia en los medios y despertó la preocupación de la senadora Odarda, hay que saber que ese presupuesto que se le asigna con dinero que surge de las arcas del estado, por lo cual es dinero público de nuestros impuestos, hay que preguntarse cuál es el fin que destina cada legislador a ese dinero que queda librado a su antojo y discrecionalidad.

Magdalena Odarda solo salió a dar explicaciones justificándose por tener solo 12 asesores de planta permanente que le fueron asignados más los 23 que ella designó en planta transitoria y 2 más como agendes de locación de servicio. Dato curioso ya que evidencia que sigue siendo mayoritario el nivel de designaciones con fines político-partidarios que la senadora progresista busca minimizar.

Volviendo a la distribución de recursos de los senadores, es necesario saber que por ser dinero público no carece de importancia conocer cuál es el destino que se la da a esos fondos. Un legislador puede optar por tener un grupo reducido de pocos asesores con capacidad técnica, eficiente e idónea para las diferentes áreas de trabajo parlamentario, pero bien remunerados por su tarea – lo cual es lógico que así sea- o bien, tal y como prefirió hacer la senadora Odarda y darle un fin político-partidario, lo cual constituye una clara práctica clientelar de muchos asesores cobrando cifras ínfimas de la repartija sin trabajo legislativo en concreto.

La senadora por el Frente Cívico de Córdoba,Norma Morandini(quien además integra junto a Magdalena el interbloque FAP-UNEN-CCARI en la cámara alta), se refirió a su caso particular y aclaró que no aceptó hacer nombramientos políticosy sin embargo cuenta con un reducido grupo de 7 asesores de carácter técnico. «El Senado es una caja clientelar» – aseguró. Esta es una clara conducta ética en contraposición a la de su compañera, Magdalena Odarda quien por el contrario eligió designar a su abultado grupo de colaboradores en base a acuerdos de carácter político entre ellos a dirigentes del socialismo y partidos vecinales que integraron las listas del Frente Progresista que fueron candidatos en diferentes localidades de Rio Negro y acompañaron a Odarda durante la campaña del año pasado en la provincia. Además, la justificación de la senadora progresista se basa en minimizar su vergonzoso accionar clientelar asignándole la tarea de “asesores” a las autoridades locales de la CC-ARI rionegrina distribuidos proporcionalmente por circuito electoral para garantizar así “el trabajo integral” a lo largo de todo el territorio de la provincia. ¿Qué no es clientelar? Es tan evidente como obvio, que tras el disfraz de “asesores”, Odarda les asigna partidas mínimas –tal cual ella reconoció- en sumas que rondan los 4.500 pesos para asegurarse así su obediencia y lealtad en las votaciones de los órganos partidarios como la Asamblea Provincial de la CC-ARI a la cual asisten los representantes remunerados de cada localidad y obteniendo así su voto dirigido a satisfacer los caprichos y necesidades políticas según la conveniencia de Magdalena Odarda, acorde a la coyuntura política del momento.

Una clara muestra de esto que digo, basta con conocer a los referentes locales de la CC-ARI en toda la provincia, para saber que son meras designaciones a dedo que ocupan un cargo partidario como una mera formalidad, pero que en la práctica no se evidencia su trabajo ya que no realizan militancia partidaria propia, no tienen acciones políticas de trascendencia salvo en momentos de campaña, pero que sin embargo esperan a que Odarda digite sus órdenes para salir fielmente a su llamado evitando disentir y contradecirla a un nivel obsecuencia que hasta genera vergüenza ajena.

Muy por el contrario, la Mesa de Conducción de la CC-ARI de General Roca es quizás la única que tiene iniciativas propias, que se maneja con autonomía de opinión y libertad de acción y cuyas actividades han trascendido en la prensa y dada a conocer permanentemente en las redes sociales, siendo Javier Acevedo la cara más visible de este espacio, que oh casualidad, no depende ni de cargos públicos ni dinero proveniente del Estado, sino a base de militancia ad honorem y un gran esfuerzo y sacrificio personal, limitado muchas veces por las responsabilidades laborales que son la única fuente de sustento económico de nuestras familias. Actitud por la cual nos sentimos orgullosos y hemos tenido reconocimiento de nuestros pares y de otros partidos en nuestra localidad.

Para finalizar, quiero hacer un llamado a la ciudadanía, que sea quien juzgue en definitiva a la senadora Odardapor sus acciones poco transparentes. Ella pudo optar por un grupo técnico de colaboradores de excelencia y sin embargo decidió hacer nombramientos políticos para hacer una pyme partidaria plagada de “ñoquis con los fondos del senado. Y en lugar de dar explicaciones ante semejante bochorno, decidió ocultarse con falsas acusaciones hacia nuestros compañeros de Roca, esquivando así tener que referirse a situaciones incomodas en las que se ve involucrada por su propia irresponsabilidad e incompetencia. Ante la crítica por su conducta, Odarda prefiere defenderse escudándose en su labor legislativa como si ello la eximiera de responsabilidad por tener un cargo público para el que miles de rionegrinos le dieron su voto de confianza.

Dianco Martin Chiacchiarini
Secretario General – CC-ARI General Roca