Ocampo describió “por qué hay problemas en Salud y Educación”

Cipolletti.- “No son novedad las quejas sobre el estado de los hospitales y centros de salud provinciales, ni tampoco son novedad los problemas edilicios que se registran en una importante cantidad de escuelas en todo el territorio”, señaló el diputado provincial de la CC-ARI en un detallado análisis de la situación financiera de la salud y educación en la provincia.

Analizando números del presupuesto 2013 se observa que de los gastos previstos para salud se ejecutó solo un 79,72 %, mientras que en educación se utilizaron solo el 60,61 de los gastos previstos. No es difícil discernir porque hubo tantas dificultades en las dos áreas vitales de cualquier gestión.

Adentrándonos en el presupuesto 2014 o sea el actual, vemos que el gasto de funcionamiento calculado para educación solo alcanza al 94,78 del presupuesto del 2013 o sea una disminución del 5,22 %. Menos dinero a invertir y mucha más inflación de la calculada. El presupuesto prevé en este sentido una pauta inflacionaria del 10 % para todo el 2014, casi un disparate si vemos que en los primeros tres meses del año ya se alcanzaron esos niveles.

Imaginemos una familia con un ingreso disminuido de un año a otro en 5,22 % y con una inflación estimada del 30%, es evidente que sus gastos deberán ser recortados o el descalabro de las finanzas familiares será irremediable.

Tampoco son creíbles los índices calculados de crecimiento que se estiman en 6,30 %, mientras que otras estimaciones de consultoras privadas llevan ese número a un escaso 3 %.

En salud la situación no es muy distinta. El presupuesto de gastos de funcionamiento estimado para este año, es superior en un 6,39 % al calculado para el 2013. El aumento es paupérrimo si pensamos en los índices inflacionarios previstos y los que se traducen en la realidad.

A los efectos de acercarnos a una mayor comprensión del cuadro de situación, pensemos una familia que prevé sus gastos anuales. Allí ubica los alimentos, vestimenta, servicios como agua, luz, gas o calefacción, transporte, consultas médicas, remedios, arreglos de la casa, escuela, útiles y otros gastos menores.

Lo mismo son los gastos de funcionamiento para salud y educación. O sea lo que se gasta para brindar a la población los servicios de salud y el funcionamiento de las escuelas para que nuestros niños y adolescentes tengan la formación e instrucción necesarias.

Si destinamos menos dinero para esos fines, tendremos seguro una menor calidad educativa, y una deficitaria prestación de salud.

Un dato que no es menos preocupante se registra también en educación. Se había previsto gastar el año anterior la suma de 104 millones en construcción de escuelas y nuevas aulas. Se gastó solamente 4 millones 200 mil pesos o sea el 4,05 por ciento de lo propuesto.

Para marcar las prioridades de la gestión del gobierno en salud, basta señalar que el hospital de Ingeniero Jacobacci tiene por tercer año consecutivo casi el mismo presupuesto 1.300.000 pesos. O sea no ha aumentado sus necesidades ni su demanda. El menos avezado sabe que esto no puede ser sino un mero dibujo.

A la luz de estos presupuestos, cabe preguntarse ¿cuál es la realidad de las finanzas provinciales? ¿La que anunciaba la presencia de un equipo de lujo en Economía y presentaba el presupuesto 2014, la del ajuste y achicamiento de enero o la idílica realidad que describió el gobernador en su mensaje dando inicio al año legislativo?

PRENSA Legislador Provincial CC-ARI