“Rosario es una pequeña ciudad” ● Enrique Minetti

La frase que da título a esta nota la expresó un periodista de un canal de televisión de la Capital Federal. Fue en ocasión de comentar la trágica como lamentable explosión de un edificio en esa ciudad. La dijo un periodista al que considero serio e informado y que me merece respeto, no en un programa “basura” sino en uno de estándar informativo aceptable.
La ciudad de Rosario tiene una población de 1.036.286 habitantes. La población del departamento Rosario, compuesto por la ciudad y 23 Municipios más: 1.193.605, según el Censo de 2010.
Es el núcleo de una aglomeración urbana conocida como Área Metropolitana del Gran Rosario. Según datos del INDEC del año 2010 cuenta con 1.251.000 habitantes; 317.122 hogares en 305.487 viviendas.
Es la tercera ciudad más poblada de Argentina, detrás del Gran Buenos Aires y del Gran Córdoba. El Polo Tecnológico Rosario (PTR) está considerado actualmente el centro tecnológico más importante de Argentina. Constituido por una red de más de 70 empresas y pymes, soporte provincial y municipal, más las dos universidades de Rosario, el PTR se concentra en tres áreas específicas de investigación y desarrollo: biotecnología, desarrollo de software, y telecomunicaciones. Con diez años de antigüedad se proyecta un crecimiento del 100 % para el año 2015, constituyéndose así en uno de los centros tecnológicos más grandes de Latino América.
¿Entonces, puede considerarse a Rosario una pequeña ciudad? Evidentemente, no. Sólo es explicable semejante aseveración si hacemos hincapié en quién la sostuvo: un periodista porteño. Como una expresión más de la formidable concentración producida en Buenos aires es la ignorancia que sus habitantes, en este caso comunicadores, tienen respecto del país. Es conocido el enunciado de que para ellos todo termina en la General Paz. Baste como ejemplo mencionar que cuando un porteño se refiere a algo que ocurrió fuera de los límites de la CABA dice, tal o cual cosa sucedió: “en provincia” sin precisar en qué provincia. Evidentemente se refiere a la Provincia de Bs. As. pero en su representación mental existe sólo la Capital Federal y “la provincia” así, in totum, todos los provincianos somos uno, eso: provincianos.
La Unión soviética (oficialmente denominada URSS) existió en Eurasia desde 1922 hasta 1991. Teóricamente fue una Unión Federal de 15 Repúblicas: Armenia, Azerbaiján, Bielorrusia, Estonia, Letonia, Lituania, Georgia, Rusia, Ucrania, Kazajistán, Kirguistán, Moldavia, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán.
Digo teóricamente porque la pregonada unión federal no lo era. Sobre todas las Repúblicas que conformaban la Unión, Rusia ejerció una preponderancia política, económica, cultural y de todo tipo sobre las demás. El fenómeno fue llamado por muchos analistas de la época como el efecto de “El Gran Ruso”.
En Argentina se da un fenómeno similar de preponderancia y de prepotencia de Buenos Aires, específicamente de la Capital Federal sobre el resto de las provincias federales, al que podríamos denominar “El Gran porteño”.
Sólo fruto de “El Gran porteño” puede haberse denominado a Rosario una ciudad pequeña -¡qué queda en esa lógica para Viedma!-. Es mucha la desinformación del porteño medio -con excepciones, como siempre- respecto del país, al que ellos denominan en cierta medida despectivamente “el interior”. Me pregunto: ¿el interior de qué? ¿es el interior lo contrario de lo exterior? .
Es perversa la representación que se hace desde el “centro” cuando se refiere a “la provincianía” como sinónimo de atraso, de lejanía, de ignorancia. Y es que realmente la desconocen. Son ignorantes de su país. Del país profundo, del verdadero, del todo. No se debe culpar a la gente de a pie, pues son el producto de toda una cultura puertocentrista llevada a cabo por las políticas hegemónicas desde hace décadas. En tanto los comunicadores por su profesión están obligados a informarse un poco mejor.
Cuando encendemos la radio escuchamos: “Ha habido un accidente en la Gral. Paz sentido al Riachuelo” (¿!). Francamente esa información aporta muy poco o nada al habitante de Paraná, El Calafate o de Ing. Jacobacci ¿Escuchará un porteño si hubo un accidente en la calle 25 de Mayo y Alsina, en Viedma; o qué sucede en el Monumento a la Bandera en Rosario, o con los baches en la ciudad de Salta? ¿Se enteran de qué sucede en cada uno de esos lugares los pobladores de las otras ciudades?. Otra consecuencia del Gran Porteño.
Y la radio que encendemos es de nuestra ciudad que conectó con una emisora de la Capital. Así como la gran urbe copia cosas del denominado primer mundo, las provincias intentan imitar las cosas de la gran ciudad ¿coloniaje cultural?.
Solemos escuchar que Clarín, La nación, Página 12, etc. son “diarios nacionales” ¿qué significa nacionales?. El fácil advertir, de sólo leer la calle y el número, que tales diarios son editados en la ciudad de Buenos Aires, por ende, son diarios porteños. A todo evento podría decirse que son diarios porteños de circulación nacional, pero de ahí a darles la categoría de nacionales hay un gran paso. Nacional es la bandera argentina, el seleccionado de fútbol, el Congreso de la Nación, el mate, el dulce de leche.
Es tiempo de desandar caminos unitarios, de alta concentración portuaria. Es tiempo de que las provincias reivindiquen para sí el espíritu federal que les dio origen, recordando que son anteriores a la Nación.
Si esto no se comprende y se lleva adelante por quien tiene la obligación de hacerlo, nuestras identidades dejarán de serlo, se perderá lo mejor de nosotros y habremos traicionado los ideales de nuestros padres fundadores.

ENRIQUE MINETTI