Néstor: su propuesta a 3 años de su partida ● Silvina García Larraburu
En estos días que transcurren me parece importante que recordemos al hombre que se dispuso a transformar nuestro país. Un político que desde su acceso al Poder Ejecutivo dejó bien en claro que la historia iba a cambiar, que los argentinos volvían a tener un Presidente que no iba a dejar sus convicciones en la puerta de la Casa de Gobierno.
Quien asumió ese 25 de mayo de 2003, lo hizo en nombre de los intereses de las Patria y para reconstruir un país que estaba sufriendo las consecuencias de la peor crisis política/económica que recuerde nuestra historia.
Fue un militante político de la Patagonia, que como Presidente ejerció el cargo con enorme hidalguía. Sus gestos y decisiones de gobierno tornaron posible algo impensado por aquellos tiempos, nuestro pueblo comenzó a confiar en la política, un Presidente volvía a emocionarnos. Ya en su discurso inaugural se notó la vuelta de página que estábamos dando, él no propuso consignas vacías, ni mucho menos planteos irrealizables. Tan claro como contundente, marcó un preciso estado de situación que emergía del pueblo. Demostrando que no sólo conocía el malestar social, sino que se comprometería con pasión para recuperar a la Argentina.
Con el paso del tiempo, y gracias a reflexión que permite la distancia, nos damos cuenta del coraje que abrazó a nuestro Presidente. Luego de años de saqueo -interno y externo-, gracias a la implementación de políticas mezquinas que sólo beneficiaron a una minoría desalmada, que no dudó en solicitar la violencia de las armas para sostener y maniatar a los sectores populares; alguien dijo basta. Y desde el más profundo espíritu democrático, nos convocó a cambiar la historia: «Vengo a proponerles un sueño. El de volver a tener una Argentina con todos y para todos.»
Ese deseo colectivo fue desandando una realidad muy esquiva y complicada, pero que en cada paso y gestión de gobierno daba cuerpo a la Nación que nos propuso al asumir. Comenzó la reindustrialización del país, volvieron los convenios colectivos. Desoyendo a los gurús de la City hizo del desendeudamiento estatal una política arraigada en una clara idea de soberanía. Con un valor entrañable se dio el lujo de hacer de Mar del plata la ciudad anfitriona del No al ALCA, allí comenzó renacer la unidad latinoamericana, la Patria Grande que con orgullo y con vigor empezó a unir nuestro destino como pueblo latinoamericano. Un hombre que no le tembló el pulso, y siendo fiel a sus palabras le demostró a los argentinos que los sueños son posibles. Cuando bajó cuadros de genocidas dejó en claro el camino de nuestra democracia, donde los derechos humanos no son un reclamo desoído; nuestro país se comenzó a reconstruir haciendo de la memoria, la verdad, y la justica las bases de este proyecto político.
Y la lista de acciones sigue y por suerte puede hacerse larga, pero lo más importante es que las acciones cometidas por el militante patagónico perduran en nuestra conciencia colectiva con más fuerza que nunca. Por él los argentinos volvimos a creer en la política, a pensar miles de sueños, utopías, y fundamentalmente comenzamos a reconstruir la República. Un país, que después de su propuesta se sigue soñando de un modo muy intenso; y más importante aún, su pueblo trabaja día a día, infatigable y sin respiro, para sembrar esta nueva Argentina, que con Néstor se convirtió en un lugar más justo e igualitario para todos y todas.
Silvina García Larraburu
Diputada Nacional.