Frente a un “cártel” de abogados, ¿Qué hará la Justicia?

Se entiende por “cartelización” en su sentido económico y jurídico, como una práctica ilegal dirigida a restringir o eliminar la libre competencia: “acuerdos para no competir”. 

 

No sorprende el término “cartelización”, el que se usa hasta el cansancio en relación a las empresas constructoras que concursan por la ejecución de planes de obra pública, por ejemplo. Fallos judiciales en relación a, por caso, la “cartelización” de cementeras”, dan cuenta de la gravedad, pero también de la habitualidad de esta práctica.

 

Nadie puede ignorar que esta práctica se extiende, incluso, al ejercicio de profesiones liberales como por caso la abogacía. La “cartelización” de los abogados es un tema que lamentablemente, ocupa horas de largas sobremesas pero parece no inquietar el espíritu de uno solo de los fiscales aunque result3e imposible afirmar que ignoran la cuestión.

 

En esta práctica ilegal existen, necesariamente dos partes, quienes se consustancian en “el cártel” y quienes desde el Estado se benefician con el accionar de esta “cártel”.

Veamos los datos que se desprenden de una sencilla observación a la que puede acceder cualquier hijo de vecina con un click para ingresar vía Internet al sitio del Poder Judicial rionegrino.

 

Horizonte es una empresa del Estado rionegrino dedicada a los seguros. En ella se desempeña un directorio impuesto por el gobierno de turno y un cuerpo de abogados que la representan frente a las demandas que la actividad genera.

 

Dicho en otros términos, frente a un accidente, por caso, la víctima demanda la indemnización correspondiente, pero esto deberá hacerlo mediante la representación de un patrocinante legal, o sea, un abogado.

 

Ni a usted, ni a mi, probablemente, nos ocurra que nos accidentemos a cada rato, de manera que al no tener el hábito de resolver cuestiones vinculadas a accidentes como uno tiene el hábito de pagar la cuenta de luz en Siglo XXI o comprar verduras, de memoria, los sábados en la feria, es casi seguro que uno se presente en la aseguradora para indagar sobre los pasos a seguir.

 

En este punto, seguro coincidiremos que si tiene pico de pato, si tiene plumas de pato, si camina como un pato y encima hace cuack, se trata inexorablemente de un pato. De tal que si la casi totalidad de los accidentados termina representado por el mismo abogado, digamos, Francisco Raúl Digüero, no se trata de un pato sino de la confirmación de que desde Horizonte era sugerido para la representación legal.

 

Si al revisar los expedientes, en la casi totalidad de los casos los abogados de las partes se repiten de modo recurrente y al suertudo Digüero lo acompañan desde la empresa Horizontes, los no menos suertudos abogados Ozuna Correa y Piermarini, es fácil advertir que algo huele muy mal en la institución de la calle San Martín de Viedma.

Comparta nuestra curiosidad, ingrese a la página oficial del poder judicial rionegrino, vaya a la Cámara de Trabajo, y revise los expedientes “C/ HORIZONTE COMPAÑIA DE SEGUROS GENERALES SA S/ APELACION…”.

 

Su sorpresa será mayúscula, como resultó la nuestra al advertir luego de apenas un par de horas, 43 causas en las que intervienen los afortunados Digüero por los actores y Ozuna Correa y Piermarini por la aseguradora Horizonte.

 

La activa y casi excluyente presencia de los tres abogados, Digüero y luego Ozuna y Piermarini representantes de los dueños de casa, permite inferir sin gran esfuerzo intelectual, que se está frente a una práctica  dirigida a restringir o eliminar la libre competencia: “acuerdos para no competir”.

 

Si la justicia rionegrina saliera del coma profundo que la entumece y decidiera investigar, a lo mejor podría determinar si estamos frente a un delito y tomar las medidas que debería tomar en tal caso. Y en tal sentido, podría ampliar la prospección a otras áreas, como por caso, la Secretaría de Trabajo y entonces, los ciudadanos de a pie descansaríamos en la convicción de que todos somos iguales ante la ley.

 

Claudia Beltramino

Directora Frecuencia VyP