«Choele no se vende. No es moneda de cambio de nadie»

(ADN).- El intendente de Choele Choel, Diego Ramello, salió a bancar a su pueblo y la obra de la rotonda de la ruta 22. Si bien apuntó contra el peronismo (que habló de «rotonda fallida» y «rotondita» a cambio del voto de Juntos por la Ley Bases), también dejó un mensaje al resto de los partidos en pugna: «No me interesan las grietas ni los bandos», aseguró.
Ramello planteó una férrea defensa a la ciudad y su población, defiendo su gestión y haciendo foco en los males que lo atravesaron en diferentes gestiones políticas nacionales. En su cuenta de Facebook, escribió:
«Siento un profundo orgullo por Choele. Orgullo porque, hoy por hoy, es la única ciudad de Río Negro con una obra nacional en marcha. No lo digo por decir: ahí están los topógrafos de Vialidad Nacional trabajando donde muchos veían una “rotonda fallida” o “la rotondita”. Llámenla como quieran. Hoy están haciendo lo que corresponde, siguiendo un plan que nos comunicaron en tiempo y forma, y que se va a intensificar entre junio y agosto. Es una señal concreta. Es gestión, no relato.
Choele no se vende. No es moneda de cambio de nadie. Acá no sobran discursos, sobran valores. Somos solidarios con los demás, sí, pero defendemos lo nuestro con firmeza. No somos más ni menos que ninguna otra ciudad. Pero cuando otros eligen callar o acomodarse, nosotros elegimos pelear con honestidad y con transparencia, herramientas que no todos pueden usar porque les incomodan. Y lo hacemos frente a una politiquería nacional que, desde Buenos Aires, se ha especializado en castigar al interior productivo.
Para nosotros, esa rotonda no es un capricho. Es un nodo clave de circulación, vital para el Valle Medio, con un movimiento diario que genera trabajo y actividad económica. Detrás del asfalto también hay desarrollo, futuro y dignidad.
No me interesan las grietas ni los bandos. Mucho menos los oportunistas que se cuelgan de apellidos o de cargos para figurar. Yo respeto a todos, pero no olvido. Tengo memoria, y me acuerdo de ese país que vivíamos no hace tanto, donde los precios cambiaban dos veces por día, donde la remarcadora era parte del mostrador. La sombra de una híper se nos venía encima y pocos decían algo. Todo tenía sobreprecio, todo daba náuseas.
También estoy convencido de algo: si pasás años en el mismo lugar como servidor público y no lográs transformar la realidad de tu gente, lo más digno es dar un paso al costado. No hay más vueltas.
Falta para octubre, y como defensor de la democracia voy a respetar, como siempre, la decisión del pueblo. Sobre todo la decisión de mi pueblo, de mi provincia. Pero no me van a correr con falsos dilemas. No creo en la lógica del “conmigo o contra mí”. Algunos cuidamos. Otros, qué hacen? Descuidan?
Yo creo en una gestión honesta, transparente y eficiente del Estado, pensada para mejorarle la vida a la gente. Creo en la obra pública sin sobreprecios ni bolsillos políticos inflados. Creo en el sector privado y en las libertades individuales, pero también creo que nadie se salva solo.
Por eso, nosotros vamos a seguir juntos. Porque Choele no se entrega. Choele, no se detiene».