¿Cómo miden el Presidente y gobernadores patagónicos?

Un informe de la consultora de opinión pública CB midió, en febrero, la imagen positiva y negativa del presidente de la Nación, de todos los gobernadores del país y de los intendentes de las capitales de las provincias, a meses del inicio (o reinicio, en algunos casos) de gestión. Con muestreos que van de 300 personas a 1300, la consultora realizó un resumen de cómo está cada uno de los dirigentes políticos más importantes de la Argentina, en medio de la compleja coyuntura económica y social.

El gobernador de Santa Cruz, Claudio Vidal, se encuentra dentro de los ocho gobernadores con la imagen positiva más baja (con un 50,5), pero subió, desde la última medición que fue en diciembre, poco más de cuatro puntos porcentuales -antes tenía una del 47,1-. El dirigente de extracción sindical que derrocó al kirchnerismo tras 40 años en el poder en Santa Cruz, se ubica en el puesto 18 -en total son 24, contando la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA)- y fue uno de los que más mejoró su imagen en este breve trayecto. De 659 personas, el 43,3 por ciento lo ve negativamente y el 6,2, no sabe o no contesta sobre la pregunta.

El gobernador de Chubut, Ignacio Torres, ha tenido en el último tiempo, años inmejorables desde el punto de vista político y, principalmente, electoral. Electo diputado nacional en 2019, con apenas poco más de 30 años, el ascenso en su recorrido fue sin escalas: quedó primero en 2021 en su candidatura a senador por Juntos por el Cambio y construyó una base electoral que lo acompañó, también, el 31 de julio. Torres, de idéntica manera, lo sacó del poder al justicialismo en Chubut y, con 35 años, es el gobernador más joven del país.

Voz fuerte en la Patagonia y que toma relevancia nacional (hace seguido recorridas en los medios nacionales y marca cuestiones al Gobierno), el mandatario chubutense tiene una imagen positiva del 57,4 por ciento y creció más de dos puntos, desde la última medición. Está entre los ocho mejores vistos del país y su negatividad en casi 700 chubutenses, es poco más del 36 por ciento.

En otro plano patagónico, Ricardo Ziliotto es el que mejor mide por el momento y se ubica sexto en el ranking general, con un 59,2 por ciento de imagen positiva (también subió poco menos de dos puntos desde la última encuesta). Reelecto en mayo de 2023 en una provincia históricamente orientada hacia el peronismo, Ziliotto construyó un proyecto de poder propio apostando a una administración ordenada y un Estado presente en cada municipio. Los pampeanos lo siguen apoyando.

Rolando Figueroa, que sacó del poder al Movimiento Popular Neuquino (fuerza que nació durante la proscripción del peronismo y se forjó como partido provincial con líneas peronistas) con un sello propio: Comunidad, y atraviesa sus primeros meses de gestión. Electo diputado nacional por el MPN, Figueroa se separó del ex eterno oficialismo en el último año y edificó una opción heterogénea con varias fuerzas políticas dentro. Ahora, según CB consultora, mantiene una buena imagen positiva, con un 52,4 por ciento, y también creció respecto a diciembre (tres puntos porcentuales). La confianza de parte de los neuquinos todavía persiste.

En Tierra del Fuego, Gustavo Melella hizo sus primeros pasos en el radicalismo y hoy representa a una porción del peronismo y radicalismo, que se encolumnó detrás de su idea de poder en la provincia más austral de la Argentina. Con una reelección arrasadora en 2023, con más del 50 %, Melella roza ahora los 50 puntos de imagen positiva, pero tuvo una caída de más de cinco puntos en los últimos dos meses (antes medía, felizmente, un 55 por ciento). Defensor del régimen fueguino, donde el Estado Nacional hace uno de los mayores esfuerzos de promoción económica de todo el país, el gobernador mantiene una provincia que tuvo un crecimiento de la actividad económica y poblacional en las últimas décadas. “La población creció catorce veces, de 13.500 habitantes en 1970 a los 190.600 de hoy”, dice un informe de FUNDAR.

Por último, en la región patagónica está el gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck. Exsenador nacional y transitando su tercer período como mandatario provincial, Weretilneck selló un acuerdo hace más de diez años con Carlos Soria, que lo llevó a este último directo a la gobernación desbancando a los radicales. El ahora gobernador asumió en 2012 en el poder provincial, por primera vez, con la muerte de Soria y superó varias turbulencias en sus gestiones El mandatario, que reemplazó a Arabela Carreras en la gobernación, es el único patagónico que tiene hoy un porcentaje más de alto de imagen negativa que positiva. Con una leve caída de menos de dos puntos, Weretilneck ronda el 46 por ciento de visión positiva, contra un 47,6 de negativa, con un muestreo de 678 casos.

Tres datos sobre los intendentes. Gustavo Sastre, reelecto en Puerto Madryn, está cuarto en el ranking de intendentes con un 57,9 por ciento de imagen positiva y subió más de cuatro puntos, en los dos meses que pasaron. Pablo Grasso, jefe comunal de Río Gallegos, alcanza el 49,1 por ciento de buena imagen en la ciudad y tuvo una caída de poco más de dos puntos. Walter Vuoto, el camporista de Tierra del Fuego, está último en la tabla con un 38 por ciento verde y más de un 58 en rojo.

Por último, los números que miran los asesores de Javier Milei, caen semana tras semana. Si bien el presidente es el dirigente de mejor imagen junto a la vicepresidente Victoria Villarruel, según la consultora Fixer, Milei tuvo una caída en todas las provincias a medida que el ajuste hacia la sociedad es cada vez más feroz. En Santa Cruz, donde obtuvo un 58,6 por ciento con 104 mil votos, Milei tuvo una caída de cuatro puntos y ronda el 51 por ciento de imagen positiva. Ocurre lo mismo en varias provincias de la región. Donde peor está midiendo su imagen en la Patagonia es en Río Negro, donde ya bajó el piso de los 50 puntos.

En un contexto frágil, de alta inflación (ayer se conoció que en la Patagonia el número de inflación fue de 24,2, el más alto del país), los gobernadores deben mostrar cintura en la etapa que ya llegó, con un presidente que pretende refundar el sistema político a costa de un ajuste poca veces visto.