Democracia. ADN

La ciudadanía de Río Negro retoma este domingo el sano ejercicio de votar, en el año en que los argentinos cumplimos 40 años de democracia ininterrumpidos, desde el fin de la larga y oscura noche de la dictadura cívico-militar (1976/83). Aquella expresión «Nunca Más» caló hondo en las entrañas del país y hoy nadie duda de la vigencia de las instituciones, y aquellas urnas «que estaban bien guardadas», como dijo el dictador General Fortunato Galtieri, en 1981, vuelven cada dos y cuatro años a los centros de votación, convocando a la ciudadanía a elegir autoridades nacionales, provinciales y locales.

Durante estos cuarenta años de democracia, en la Provincia, hubo predominio radical en la gobernación que ejerció la titularidad del Poder Ejecutivo durante 28 años. El primer gobernador constitucional en 1983 fue el barilochense Osvaldo Álvarez Guerrero, hasta 1987 y lo sucedió el reginense Horacio Massaccesi, desde 1987 hasta 1991, con una particularidad: en 1988 se sancionó una reforma de la Constitución (votada el 3 de junio), que le permitió al peronismo ser partícipe de una Constituyente, actuación vedada en 1957, cuando Río Negro se convirtió en provincia por haber estado proscripto.

Esta reivindicación fue uno de los argumentos esgrimidos por el gobernador Osvaldo Álvarez Guerrero, cuando en su mandato convocó a la Convención Constituyente.

De esta manera Horacio Massacessi, jura por la nueva Carta Magna y asume tras ser reelecto el 10 de diciembre de 1991, hasta 1995.

Esa elección, que se desarrolló el 11 de agosto de 1991, tuvo un contexto de conflictos por el pago salarial con acusaciones de parte del gobierno provincial al ministro de Economía de Carlos Menem, Domingo Cavallo. La salida al apremio económico fue un hecho inédito y único en el país. Massaccesi, acompañado por Ministros, el Fiscal de Estado y el Jefe de la Policía, se hizo presente en el Tesoro Regional del BCRA (que funcionaba en la sucursal Roca del Banco Provincia de Río Negro) y «tomó» como «compensación», 15 millones de dólares, o sea 166 millones de australes de la época, para pagar los sueldos, y ganó las elecciones por el 46% de los votos contra 26% de Víctor Sodero Nievas, del PJ. Junto con cinco funcionarios de su gobierno fue procesado y condenado por robo, por la Justicia Federal, con una pena de tres años.

Lo sucedió, en 1995 el radical roquense Pablo Verani, quien ganó las elecciones por 624 votos, a Remo Costanzo (PJ) del Frente para el Cambio (alianza con Movimiento Patagónico Popular, de Julio Salto) en medio de una crisis salarial durante el último período de la gestión de Massaccesi, con masivas manifestaciones sindicales y represión policial. Los comicios fueron el 14 de mayo, previamente, el 19 de marzo, el gobierno radical había convocado a una consulta popular no vinculante para conocer la opinión ciudadana sobre las privatizaciones de servicios públicos (contra las políticas del menemismo) y ganó el «No» por el 64%, un 10 las apoyó y el resto fueron votos en blancos y anulados. La oposición convocó a la abstención. ​

Pablo Verani fue reelegido en 1999 hasta el 2003, y lo sucedió Miguel Saiz, otro radical de Roca, quien también cumplió dos períodos, desde 2003 al 2011.

Este dominio de la UCR, se interrumpe con el triunfo de otro roquense, pero peronista, Carlos Soria, quien gana las elecciones del 2011. Gobernó desde el 10 de diciembre hasta el 1 de enero del 2012, cuando muere trágicamente asesinado en su chacra de Paso Córdoba.

Lo sucede Alberto Weretilneck, su compañero de fórmula, dirigente cipoleño del MPP y del Frente Grande y que mantiene una parte de aquel gobierno de Soria, mediante una sólida alianza con sectores peronistas, que aleja de esa administración primero a referentes soristas y luego pichetistas. Esa fortaleza le permitió ser reelecto en 2015 hasta el 2019. En el transcurso fundó el partido Juntos Somos Río Negro y lo sucede en el cargo, en el 2019, Arabela Carreras, primera mujer Gobernadora en Río Negro.

Precisamente hoy Juntos Somos Río Negro, pone en juego -en las urnas- su poder y su gobierno y enfrenta estas elecciones con una fórmula integrada por Alberto Weretilneck y Pedro Pesatti, ganadora de los comicios del 2015, pero con un novedoso frente donde conjugan el PJ orgánico, a través de Nos Une Río Negro, y la Lista 3 de la UCR.

Las elecciones encuentran al gobierno provincial con conflictos sindicales docentes, con la Policía, un sector de Salud comprendidos en ASPUR y de los obreros de Pollolín. Un cuadro que siempre estuvo presente en varias elecciones anteriores. Por caso, de las administraciones radicales, también con la UnTER. Siempre se dan los climas de épocas.

Los reclamos tienen un marco nacional inflacionario, que afecta los ingresos de los trabajadores y que limita las posibilidades de respuesta del oficialismo. También están atravesados por la política (sectores de la oposición) que juega siempre en contexto eleccionario para desgastar al oficialismo.

Por eso, no pocos predicen que mañana se abre una nueva etapa, donde este panorama de conflictividad pierda fuerza y volumen, pasadas las elecciones y conocido el veredicto de las urnas.