A fuego lento. ADN

La campaña electoral con destino al 16 de abril se cocina a fuego lento. “Non bolle” dicen los italianos.

La ciudanía votante muestra signos de apatía, desinterés y descompromiso, incluso con sus propios partidos. La política no atrae y mucho menos ir a votar. ¿Qué sucedería si los comicios no fueran obligatorios?

Del lado de las alianzas, frentes y agrupaciones que presentan candidatos tampoco hay mucho esmero de poner en actitud el proselitismo. No se convoca a actos masivos, quizás a sabiendas que serían un fracaso. Los locales de campaña tienen dimensiones acotadas, no apareció aún esa militancia que se hacía notar recorriendo barrios y calles como predicadores, las paredes de ciudades y pueblos no fueron pintadas como en otras ocasiones, más allá de los típicos grafitis callejeros, y nadie pude decir que se siente acosado por la propaganda política.

Incluso da para pensar que, desde los espacios políticos, al menos de algunos, tampoco hay intención que “la olla bolle”. Lo único que comenzó a moverse son las redes sociales, casi como espacio publicitario exclusivo.

Esta situación monocorde beneficiaría al oficialismo, donde además se especula que una poca afluencia de votantes ese domingo también es favorable. Otros, sin embargo, piden concurrir a las urnas, sin conocer si habrá éxito en la demanda.

No es ajena a este panorama la situación económica, donde la inversión es varias veces millonaria. Además de los gastos de impresión de boletas, que varía entre 8 y 14 millones de pesos según la cantidad contratada en imprentas, es un tema que se tiene en cuenta en los equipos de campaña. A este gasto hay que agregar cartelería, gigantografías y avisos radiales y en medios escritos (que son los menos) y páginas digitales.

La mayor atención y esfuerzo está puesto en las redes sociales y web. Según el perfil del votante, los programas que manejan la data de personas “sacada” de teléfonos y sitios de compras digital, muestran las caras de los candidatos que aparecen como por arte de magia en Facebook, redes y páginas de internet.

Tampoco hay debates de ideas. Surgen críticas al partido y coalición del gobierno, que caen en saco roto, porque no hay respuestas; la oposición no logra «lastimar» -en medio de la actual oferta- la seguridad de Juntos, donde el principal adversario, Aníbal Tortoriello, no quiere o no puede nacionalizar la disputa, y las propuestas se limitan a críticas cuasi personales.

El peronismo se desangra en su propia pelea. Funciona a pleno “el peronómetro”, en una pelea estéril que no interesa más allá de sus candidatos y seguidores. Las encuestan no favorecen

¿UnTER contra quién?

El tema de la semana, en medio de esta campaña electoral atípica, fue el paro docente convocado por UnTER que lanzó un cronograma de cese de actividades de ocho días, una medida que suena exagerada ante los reclamos salariales y laborales que se debaten en la paritaria.

No es la razón el tema a discutir, sino la magnitud del reclamo. Comenzar una pelea por aumentos de sueldos, castigados por la inflación, comenzando con tantos días de paro, no dejó margen y obligó al gobierno a establecer la conciliación obligatoria, para garantizar las clases en la provincia.

El paro continuó porque el sindicato docente desconoció la conciliación, en un gesto inusual, casi al filo de la ilegalidad y con posibles sanciones a la entidad gremial.

Lo cierto es que de persistir esta negativa, los docentes no cobrarán los aumentos previstos para el pago del mes. La decisión es que como UnTER rechazó la propuesta oficial, lo ofrecido en paritaria, el 5.6% y el 10 por ciento que se abona por única vez, no lo cobrarán y además quien haya hecho paro, tendrá descuento del día.

Mientras tanto, ATE y UPCN, que aceptaron la propuesta gubernamental, cobrarán los aumentos. En caso de los judiciales, que también rechazaron la oferta salarial, se desconoce la medida a adoptar por el Superior Tribunal de Justicia.

No es posible analizar esta frontalidad de UnTER, sin tener en cuenta el contexto interno del sindicato y el tiempo electoral.

Podría ser que la conducción gremial no pudo contener y canalizar las propuestas de las bases docentes en las asambleas locales y el Congreso Provincial, pero también cabe preguntarse: ¿el paro docente es en contra del Gobierno de Arabela Carreras o en contra del candidato de Juntos, Alberto Weretilneck?

Faltan 22 días para las elecciones provinciales, con el feriado de Semana Santa en el medio, y todo se habrá cocinado a fuego lento.