Las adhesiones acercan a viejos amigos. ADN

Uno de los salones del lujoso hotel fue el escenario. Era de noche y el Nahuel Huapi reflejaba las estrellas y las luces del amplio parque. Sergio Massa había llegado a Bariloche a cumplir con una agenda oficial como ministro de Economía, pero fue oportuna su presencia para hablar con Alberto Weretilneck.

En torno a una mesa se sentaron a cenar junto a la gobernadora Arabela Carreras, el diputado nacional Luis Di Giacomo y el intendente Gustavo Gennuso. Después de repasar varios temas, el político electoral fue tomando fuerza. Surgió así el armado de un acuerdo entre el Frente Renovador y Juntos Somos Río Negro, que se cerró en torno al bloque de legisladores provinciales.

Al otro día, uno de los asistentes bromeó: «dos tipos ásperos para jugar al truco». La referencia fue por el recuerdo marcado a fuego en la política rionegrina, en la previa de las elecciones del 2015, cuando el ahora Senador había definido -en septiembre del 2014- a Massa como “el único candidato a presidente que tiene un equipo económico”. Eso provocó un cisma en el Gobierno y el peronismo (bajo el liderazgo de CFK) abandonó a Weretilneck. Así nació JSRN. El ex intendente de Tigre prometió cobijo al rionegrino. Finalmente, no hubo sociedad.

Weretilneck anuda nuevas relaciones pensando en abril y entonces recurre a viejos amigos. No quiere dejar espacio sin convocar. Viejas relaciones que estrechan vínculos políticos que vienen de años, como con la dirigencia del radicalismo y con algunos en especial.

Para adentro, el Senador tampoco dejó resquicios y hubo un mensaje contundente para toda la tropa. Destacó en una nota por CNN Radio de Roca la gestión de la actual Carreras, por si aún queda algún distraído. Dijo que “no vamos a tener inconveniente en el futuro coordinar, consensuar o discutir cuál será su futuro en la política”. Es momento de homogeneizar partido y gobierno, ya no solo para encaminar un triunfo, sino para comenzar a contener a quienes irán quedando en el camino cuando se conozca la fórmula, las listas de legisladores (circuitos y sábana), y las candidaturas locales: intendentes y concejales. Pero Weretilneck también tiene otro motivo para reconciliar posiciones con la Gobernadora. Las encuestas favorecen a la barilochense que surge como una dirigente provincial con peso específico. La única en JSRN, además del cipoleño.

Todo atado para adentro, ahora vendrá la tarea de hilvanar las adhesiones y definir cuáles, porque como la nueva ley electoral también permite “rechazar” posibles alianzas, posibilita -por ejemplo- en el caso de JSRN, no acordar colectoras que perjudiquen a candidatos locales.

La UCR tendrá su Convención en diciembre y con el proceso electoral lanzado hacia abril, definirá seguramente con mayoría de convencionales su estrategia de adhesión con Juntos, mientras que otro sector -con importante número de adeptos- prefiere caminar hacia las urnas con Cambia Río Negro y apoyar a Aníbal Tortoriello. Será difícil contener una fuga.

JSRN tiene -como no puede ser de otra manera en un partido del Gobierno y además favorito- más candidatos que cargos electivos posibles. Además, existe la posibilidad que se convoque a este espacio que se definió como “un gran acuerdo provincial” a representantes gremiales que ocupen algún lugar en la lista de legisladores. Igual podría suceder con otros sectores. Hay alternativas en “sellos” con reconocimiento de la Justicia Electoral que funcionen como “comodines”.

En Roca, Weretilneck aclaró que no va a participar en la definición de las candidaturas locales, aún cuando apoyó a Carlos Banacloy, y dejó en los dirigentes de la ciudad definir un proyecto que “termine con 25 años de la familia Soria”, como dijo.

Distinto será en su ciudad. En Cipolletti podrá su esfuerzo, aunque indicó que “sólo se trata de una elección local”, sacando lastre a la pesada carga de su repercusión provincial.

En el peronismo siguen las indefiniciones y esto preocupa. El partido no opinó sobre el proceso electoral ya en marcha. Martín Doñate sintió el golpe del fallo de la Corte que lo desplazó del Consejo de la Magistratura. Ese día, martes, viajó de Buenos Aires en avión hasta Bahía Blanca y luego en auto a Beltrán. Al arribar a su ciudad se enteró del dictamen al que “calificó de político y anticonstitucional”. Sus ocupaciones en el Senado lo alejan de Río Negro.

Aún falta tiempo. Controla el partido y definirá el futuro junto con los intendentes, que son sus aliados, y un grupo de legisladores. Habrá consultas y hoy se abrieron canales paralelos entre los sectores. La mayoría empuja las elecciones internas.

Weretilneck mantiene sus conversaciones con el Senador de Unidad Ciudadana y también conoce las ansiedades de los intendentes.

En el PJ no surgen candidatos a la gobernación y las mediciones en favor de Juntos desalientan, y peor aún, las débiles posibilidades de pelear con Cambia Río Negro el segundo lugar. Todo se reduce al poder territorial de los municipios y a un listado ajustado para aspirantes al parlamento.

Gustavo Casas es el único candidato del PJ que sigue recorriendo la provincia y hablando con sus compañeros. Encargó una encuesta con números que no lo desaniman. Persiste. Recibe apoyos, pero cada una de las orgas internas del peronismo juega su partido. Convocatoria con Osvaldo Nemirovsci; el Movimiento Evita, con Silvia Horne; el Frente Grande, con Julio Acavallo; el Partido ParTE, con Magdalena Odarda; y el sorismo, son mosaicos de diferentes tonalidades. María Emilia Soria le sugirió a Casas el nombre de una mujer para la fórmula. El arquitecto viedmense espera. A todo este conjunto no lo contiene el Justicialismo (oficial) que formó Nos Une Río Negro con Nuevo Encuentro.

Nadie muere en la víspera, y el peronismo tampoco.