TEG. ADN

El ataque al puesto de Gendarmería en Villa Mascardi le dio un giro al conflicto que mutó, de una disputa por una porción de tierra, a una agresión al Estado Nacional.

El atentado (que incluyó una balacera y el incendio del puesto de la fuerza de seguridad), muestra una escalada de violencia que comienza a tener ribetes similares a los que ocurren en la región sur chilena, y contiene -ahora si de forma explícita- una declaración de emancipación. Es decir, que los grupos autodefinidos como mapuches pertenecientes o simpatizantes con la RAM, pasaron a la acción. Hasta hace poco, sólo era declamativo el proyecto de instauración de un estado mapuche en la Patagonia (de los dos lados de la frontera) y el desconocimiento del estado argentino, su bandera, Constitución y por ende leyes y autoridades.

Atacar un objetivo de seguridad o militar cambió el escenario.

Arabela Carreras profundizó esta mirada en el Parlamento Patagónico celebrado esta semana en Bariloche. Sacudió la modorra de la política regional cuando advirtió que la Patagonia será uno de los grandes productores de energía del mundo, y pidió cuidar el territorio. Planteó una mirada geopolítica y descartó que las comunidades de pueblos originarios -que tienen reivindicaciones históricas y genuinas- sean quienes alientan estos hechos delictivos. Pero alertó sobre los movimientos que se dan en ambos márgenes de la Cordillera.

La Mandataria rionegrina pidió al gobierno nacional no hacerse el distraído con este conflicto que ahora sí lo golpeó de lleno. Y reiteró su acusación a los integrantes del INAI por proteger a quienes atentan contra objetivos de la Nación. Así, logró que el ministro de Seguridad Anibal Fernández abandone el cómodo lugar de “ese conflicto no es mío”. La Gendarmería depende de su cartera.

A la gobernadora le siguieron el senador y los diputados de JSRN. Fueron más allá y en un comunicado indicaron que “si la Justicia Federal y el Gobierno Nacional no ejercen sus funciones es sólo porque siguen mirando el país desde Buenos Aires”.

En línea con Carreras, Alberto Weretilneck, Luis Di Giacomo y Agustín Domingo titularon: “Villa Mascardi: nuestra Soberanía Nacional en riesgo”.

Las expresiones se dieron en la previa de la llegada del presidente de la Nación Alberto Fernández a Río Negro. El Jefe de Estado estuvo en Roca (flanqueado por el ministro de Justicia Martín Soria, Carreras y la intendenta María Emília Soria) entregando viviendas, comprometió ayuda en el conflicto ratificando la instalación de un Comando Conjunto.

El oficialismo provincial tomó a Mascardi con mucha atención y alineado. Lejos está de plantear una disputa con el pueblo mapuche ni avanzar en señalamientos xenófobos. Separa perfectamente a quienes supone responsables (aunque se camuflen en la Lof Lafken Winkul Mapu), sus padrinos políticos y la llegada de personas de otras provincias a engrosar las filas de los combatientes.

La Patagonia es rica en recursos naturales, amplia en territorio y productora de energía y alimentos, un botín apetecible en el mundo que viene. Los conflictos que hoy se desarrollan en Mascardi se repiten en línea recta al sur en los límites con Chile en Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego. La región tiene antecedentes de tensión bélica, pero es relativamente novedoso que se den pasos (así lo revelan varios documentos, incluso de publicaciones británicas) sobre la unificación de las “dos Patagonias” bajo control mapuche.