Recrudece la interna en un peronismo bicéfalo

(ADN). – María Emilia Soria, intendenta de Roca, sorprendió hoy a todos y se ungió como presidenta del Partido Justicialista de Río Negro, cuando aún está en funciones Sergio Hernández, intendente de Lamarque. La interna recrudece.

¿Que pasó? La jefa comunal roquense entendió que luego que el Tribunal de Disciplinad, que le responde políticamente, suspendió y sumarió a Hernández y gran parte de la conducción partidaria, incluidos el senador Martín Doñate y el legislador provincial Nicolás Rochas, del Frente Renovador, por armar la alianza Nos Une Río Negro, debía reconfigurar la conducción del PJ y de este modo ascendió a la presidencia desde el cargo de secretaria general.

Completó al mando superior con Daniela Salzotto, como vicepresidenta; secretario general, José Berros; Tesorera, Mónica Franco y Tesorero suplente, Pablo Barreno. Se suman como vocales Fabián Pilquinao, Ayelén Sposito, Martín Castro, Paola Rolo, Luis Noale, Graciela Landriscini, Renzo Tamburrini, Natalia Bergara, Alejandra Bustos, Pedro Dantas, Gabriele Figueroa y Rosa Monsalve.

Si con esta jugada María Emilia Soria pensó que iba a ordenar y normalizar al PJ, marró el tiro, porque el sector del doñatismo desplazado, resiste y no reconoce a esta conducción. Hay un peronismo bicéfalo y con pronóstico de tormentas fuertes en el horizonte, que llevará a judicializar cada vez más a la política.

Los argumentos del presidente Sergio Hernández es que la Justicia no resolvió sobre la suspensión que aplicó el Tribunal a más de una decena de dirigentes y que aún no se iniciaron los sumarios correspondientes. Este sector sostiene que la jueza federal sólo informó que se notificó de la medida y que le dio curso en el expediente partidario.

O sea, hay una conducción reconocida por la Justicia y que se rearmó luego de la renuncia de Alejandra Más y que permitió la designación del intendente de Lamarque. Esa decisión del Consejo Partidario no le gustó a María Emilia Soria que entendió que la sucesión le correspondía y por lo tanto el sorismo -que hoy quiere tomar el comando partidario- desconoció a Hernández y a las autoridades del doñatismo.

Rápida de reflejos, la intendenta de Roca asumió y dictó dos medidas. Respondió a una notificación de la Justicia Electoral y convocó a elecciones internas para elegir congresales -cuyos mandatos vencen el 10 de septiembre- para el 16 de octubre y convocó a una reunión del Consejo Provincial, presencial, para el 17 de septiembre, en Bariloche. A la par usó las redes sociales para anunciar su jefatura en el PJ.

Es como el cuento de la buena pipa y «todo es en favor del oficialismo», como dijo a ADN un viejo dirigente del peronismo con muchas batallas internas sobre su espalda.

Más allá del propósito del sorismo de desplazar al doñatismo y dejarlo sin herramientas para buscar una posible alianza con Juntos Somos Río Negro, el juego de las peleas administrativas lesiona cada vez más al peronismo y lo deja al borde del ridículo con estas peleas de centros de estudiantes secundarios.

A ocho meses de las elecciones provinciales, se limita el tiempo necesario para luego restañar las heridas, con el agravante de tener de transitar aún por un proceso interno de elegir a la fórmula de gobernador y vice y diputados provinciales.

Desde el doñatismo consideran esta maniobra del sorismo como «un golpe de Estado con una nueva conducción de facto» que no será reonocida y «los suspendidos y sumariados» no se darán por enterado hasta que exista una resolución judicial firme. También le bajan el precio a las acusaciones de «terminar con el FdT al formar Nos Une Río Negro», ya que entienden que sólo se trata de constituir una alianza coyuntural para las elecciones provinciales y municipales.

La reacción llegará para aportar nuevos elementos al caleidoscopio peronista rionegrino.