El FdT apuesta a la marca. ADN

El gobierno nacional juega fuerte en estas elecciones de medio término y apuesta a la marca: Frente de Todos, que estrenará por primera vez luego del triunfo del 2019. Pretende respaldar esta identidad con la gestión de Alberto Fernández en oposición a la marca de Juntos por Cambios, corroída y que viene de perder electoralmente, a punto tal que en la provincia de Buenos Aires se propagandiza como JUNTOS para evitar todo vestigio de Mauricio Macri.

La administración nacional considera que a pesar de las restricciones de la pandemia -impensada en diciembre del 2019- se hizo mucho, y que hubo un Estado presente que será reconocido por el voto.

Las encuestas detectan hasta ahora el triunfo del FdT por unos cuatro puntos, que estiman podría llegar a siete. El fuerte está en la provincia de Buenos Aires y se suman regiones favorables como el NOA, el NEA y la Patagonia. La llamada “zona núcleo” está perdida.

El gobierno “mide bien” según encuestadores y el impacto de la foto del cumpleaños en Olivos, no tuvo mayor impacto. Pegó fuerte en sectores opositores que no necesitan de esa foto para definir el voto. También en la Rosada esperan “operaciones mediáticas” para “limar a Kicillof” e incluso poner en escena en las próximas semanas la duda del “fraude”.  Los asesores de campañas aseguran que el problema de JxC es que no ofrece nada nuevo.

Por supuesto que hay temas que preocupan sobre todo en la economía, como la inflación, el desempleo y la pobreza, pero los datos de recuperación también alientan y hay confianza en llegar bien con la campaña de vacunación.

La marca juega y ayuda. Y en Río Negro la estrategia electoral está ceñida a este lineamiento. El FdT apoya su proselitismo en las obras y aportes del gobierno nacional y se muestran realizaciones en toda la provincia. También se esperanza en la marca debido a la constante tarea del senador Martín Doñate para visibilizar la presencia del gobierno nacional en la provincia. Construyó pacientemente esa imagen del Estado protagonista y ahora espera cosechar resultados.

El peronismo necesita un triunfo, porque viene de perder por casi 20 puntos en las últimas elecciones provinciales y fue necesaria una tarea de recomposición interna, a la vez de presentar a la sociedad caras jóvenes y renovación.

En esta tarea se consolidó un liderazgo de Martín Doñate, que califica estas elecciones de noviembre como una semifinal del “partido duro” del 2023.  Piensa que hay que ir “paso a paso” y que del número de votos que arrojen las urnas, saldrá la estrategia para la pelea por la gobernación que tendrá -según datos recogidos- una propuesta amplia, superadora del Frente de Todos y que convoque a distintos sectores, “sin pensar demasiado en nombres propios y con el corazón y brazos abiertos”. Trabajar en esta transformación, para un peronismo distinto, que acuerde internamente y a partir de esa solidez convoque sin resabios de sectarismo y tensiones entre “organizaciones internas”, a un frente plural y rionegrino.

Jugar la marca en noviembre para protagonizar el 2023.