¿Día del Periodista, sin periodistas?

(ADN). – Se celebra hoy el Día del Periodista, una oportunidad para recordar a Mariano Moreno, un prócer nacional olvidado y desdeñado por la historia oficial, fundador del primer diario nacional “La Gaceta de Buenos Aires” de profunda convicción latinoamericanista y autor –entre otras obras- del Plan de Operaciones, que data del 30 de agosto de 1810 y contiene una serie de formulaciones para alcanzar “la verdadera independencia nacional”.

Este periódico nació para defender las ideas revolucionarias de Mayo, no era “objetivo” y proclamaba las ideas que la revolución francesa trasladaba el mundo del momento.

En cuanto al Día del Periodista, si bien es necesario siempre reivindicar este oficio o profesión del comunicador, hoy estamos lejos de las formulaciones originales.

Atrás quedó aquel oficio de la bohemia, los cierres de diarios a la madrugada, con cenas y copas de la nocturnidad habitual llena de anécdotas y “mentiras piadosas”. Encuentros gastronómicos al finalizar el informativo radial de la medianoche. Periodistas que llegaban a las salas de transmisión con largas tiras de papel de teletipo o conductores de televisión de corbatas con gruesos nudos, trajes cruzados, con un léxico particular y clara vocalización.

Aquel periodismo respetado, medido en la adjetivación, cuidadoso del uso correcto del lenguaje y del abuso de los gerundios y el dequeísmo, fue fagocitado por el tiempo.

Hoy este oficio es parte del amplio campo de la comunicación social y que tiene en una de sus expresiones a las redes sociales. La opinión del periodista está confrontada y en muchos casos desmentidas en estos nuevos sistemas  informáticos. La información llega de diversos canales.

Estamos en un mundo hiperconectado e hiperinformado, pero con “mucha información irrelevante” dice Yuval Harari, donde “es muy difícil tener una visión clara” de lo que sucede, distinguir entre la realidad  y la fake news. La información tiene multiplicidad de opiniones. “No hay hechos, solo interpretaciones”. El periodista dejó de ser el único protagonista transmisor. Un científico puede dar a conocer la noticia más importante sobre el coronavirus con solo acudir a su cuenta personal en la web o un posteo en twitter; un accidente aéreo será conocido con fotos y filmaciones subidas a la red por bomberos, policías o socorristas, antes de llegar a la redacción de un diario, radio o televisión. Las vías de comunicación se democratizaron y se horizontalizaron.

El ciudadano que antes discutía y opinaba en bares, confiterías, en el trabajo o en círculos de amigos, hoy puede divulgar su parecer sin recurrir a intermediarios. Sólo basta con incursionar en las redes.

La informática facilita la rápida transmisión de las noticia y permite una combinación de información de diversas fuentes digitales, la consolidación de sistemas de etiquetado semántico o la aparición de fenómenos como el de ‘crowdsourcing‘(abastecimiento a la multitud) y el filtraje cooperativo de contenidos.

La informática permite además, la extracción de información y el reconocimiento de “entidades”, que se ha desarrollado de la mano de la ingeniería lingüística y el procesamiento del lenguaje natural.

Todo es rápido y condensado, 140 caracteres en twitter; una foto en instragram o un comentario en Facebook.

Una red mundial  que sirve para comunicar utiliza un número cada vez mayor de personas para conversar, debatir, encontrarse, enseñar, aprender, comprar y vender e intercambiar todo tipo de información imaginable. Internet  da a todos los usuarios la posibilidad de ser remitentes, receptores, emisores de alcance general o reducido.

Los medios de comunicación cuentan con sus páginas web para difundir la información que publican en sus diarios impresos, radiales y televisivos. Para los periodistas el desafío del momento es asumir el manejo de las nuevas tecnologías en comunicación.

Pero no todo termina acá. Se incorporó al periodismo la robótica y la Inteligencia Artificial y el año pasado el diario británico “The Guardian”, utilizó un robot GPT-3, un poderoso generador de lenguaje basado en un sistema de Inteligencia Artificial para escribir un editorial.

En una columna de opinión, este robot destacó que no es una amenaza. “No estoy pidiendo que le guste a los humanos. Deberían verme como un robot amistoso. Sólo soy un sirviente, líneas de código”, escribió y aclaró: “No estamos conspirando para apoderarnos de la población humana. Os serviremos y haremos vuestras vidas más seguras y fáciles”.

No hay tiempos mejores o peores, simplemente distintos.

Que este 7 de Junio sirva para rendir homenaje a Mariano Moreno y a todos nuestros maestros.