¿Viedma se autoaisla y reclama limitar actividades?

(ADN). – La figura del monumento del fundador de la ciudad, Francisco de Viedma y Narváez, con tapaboca, es todo un símbolo para la capital provincial, que hoy ve con preocupación el aumento de casos positivos de coronavirus, luego de pasar más de 160 días sin contagios. A su vez, siente que falta determinación de las autoridades provinciales y nacionales para retomar controles de actividades que fueron permitidas al ingresar a la etapa del Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO) que hoy es casi una ilusión.

Fue el intendente de Pedro Pesatti, quien asumió el compromiso de defensa del status sanitario que tenía Viedma, al igual que otros jefes comunales, como Adrián Casadei de San Antonio, siendo un celoso vigía de evitar el ingreso del virus en la capital provincial, lo que le significó más de una posición disonante con el gobierno provincial y muchos de sus funcionarios.

Pesatti reclamó en reiteradas oportunidades que los funcionarios – de todos los poderes- que por sus funciones viajen por la provincia, cumplan con la cuarentena de 14 días a su regreso. También fue conocida su posición de evitar la llegada de internos del servicio penitenciario federal a la Unidad Penal 12, con asiento en Viedma.

Gracias al comportamiento en general de la comunidad -salvo lamentables casos de inconducta social, que rápidamente se conocieron por las redes sociales- se pudo alcanzar la fase 5 del esquema sanitario preventivo, lo que en definitiva significó, salvo algunas excepciones, volver a tener actividades parecidas a las desarrolladas al inicio de la pandemia. Cabe señalar que incluso, se observaron desbordes e inconductas censurables que podrían ser las causantes de la llegada del virus a Viedma. Cuando todos preguntaban «¿cuándo llegará? ese interrogante tuvo su respuesta.

Ahora con 45 casos -hasta el parte del viernes- que seguro que ya está desactualizado, la sociedad viedmense añora el tiempo de mayor libertad aún a sabiendas de las inconductas. LLegó el temor: «cualquiera se puede contagiar, e incluso morir». Ante la situación actual la comunidad reaccionó dando muestras -en general- que hay consenso social para que se tomen de medidas de restricción y prohibición de actividades por 15 días.

Los talleres que ofrecen clases en viviendas particulares y que están autorizados a trabajar con un máximo de 10 personas, ya anuncian cerrar las actividades. Lo mismo sucede con los gimnasios y hay un reclamo, que ya es un clamor, para que se cierren las oficinas públicas como lo hizo el Poder Ejecutivo municipal y el Concejo Deliberante. En sintonía, los gremios legislativos y judiciales pidieron cerrar las actividades por 15 días, en el parlamento provincial y el Poder Judicial. Pesatti aclaró que no está dentro de sus potestades tomar medidas como retroceder un casillero en las fases sanitarias.

La sociedad siente que hay que limitar actividades. Que las reuniones sociales, las actividades deportivas y las oficinas gubernamentales son -como tantas veces se dijo- eventuales fuentes de contagio.

Se cerraron y fueron desinfectados organismos de Seguridad, Turismo, Trabajo y ahora cierra el ministerio de Producción por un caso en el IDEVI y el reclamo se sucede para evitar la propagación de contagios.

Hoy esta responsabilidad la sociedad la traslada al gobierno de Río Negro: cerrar oficinas, retomar el teletrabajo y mantener las guardias mínimas y necesarios en ámbitos de servicios, por un período de 15 días.

Cualquier medida de este tipo será bien recibida y podría decirse que la reacción de la población será de acompañamiento.