Un hábeas corpus al Covid. ADN

Pedro Pesatti hizo una fuerte apuesta y generó un hecho político que transcendió la ciudad de Viedma. Interpuso un hábeas corpus para evitar la llegada a la U12 de un grupo de detenidos en cárceles porteñas contagiados con Covid-19. Esa acción le valió un amplio apoyo social, muy pocos rechazos, y algún malestar en el gobierno provincial.

El alerta en el Municipio se encendió con un fallo de la Sala 6 de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional, que disponía -producto de superpoblación- el traslado de personas a la U21 de Buenos Aires (un centro Penitenciario de Enfermedades Infecciosas) y otras unidades penitenciarias con espacio y capacidad de alojamiento. Si bien no estaba la orden taxativa de hacer efectivo el traslado a la cárcel federal con asiento en Viedma, abría la posibilidad. Ello, sumado a la información que provenía desde el SPF y la Justicia Federal que certificaba una chance cierta, (se habló del «operativo Sur¨y quedó asentado en el expediente) provocó la acción penal del Intendente.

Pesatti hizo público su malestar, y rápidamente una inmensa mayoría de viedmenses sumaron su respaldo. El jefe comunal también cosechó el apoyo público de la Defendora del Pueblo de Río Negro, concejales y legisladores de Juntos y la senadora Silvina García Larrburu (FdT), además del intendente de Patagones, José Luis Zara (JxC). Tuvo también la anuencia -en privado- de otros jefes comunales. El viernes, en la sesión del Parlamento, Marilin Gemigniani (JSRN)expresó su aval, y Facundo Montecino (FdT) acompañó en sus redes.

Ni bien la novedad tomó cuerpo, se sucedieron los contactos en el Gobierno provincial. La Gobernadora pidió informes al Ministerio de Seguridad. Ante la falta de respaldo de un documento oficial federal que confirmara el traslado, Arabela Carreras se ofuscó. Evaluó que la movida del Intendente -que se hacía «por las dudas»- podía generar rispideces con Nación. Pero el jefe comunal avanzó y presentó ante la Justicia la acción.

El juez federal Ernesto Sebastián aceptó el habeas corpus y frenó cualquier posibilidad de ingresar a la U12 presos con Covid. El amparo surgió efecto y Viedma logró su objetivo. A partir de ahora, todo movimiento deberá realizarse con la certeza que los detenidos que lleguen lo hagan con el test negativo y sin haber tenido contacto estrecho con aquellas personas que tengan o hayan tenido coronavirus.

¿Fue un capricho? De acuerdo al interlocutor será la respuesta.

En rigor, la problemática del coronavirus no impone solo una mirada sanitaria, también tiene otras aristas. La capital provincial hace más de 120 días que no registra contagios y pudo avanzar a la fase 5. Ello implica que la ciudad tiene una vida social y comercial activa.

Cuando el Municipio evaluó la acción judicial, evaluó varios temas:

-El riesgo para la salud de los agentes penitenciarios y la población carcelaria.

-La atención de las personas que llegaran con Covid en los centros de salud de la ciudad que ya tienen (sin pacientes de coronavirus) el 40% de sus camas de terapia intensiva ocupadas.

-Ante un posible brote, la ciudad debería retroceder de fase. Ello implica la paralización de la actividad económica (recesión, riesgos de despidos, caída de la recaudación, paralización de la obra pública y privada, cierre de comercios, etc.) y la suspensión de la administración pública.

-También la vuelta al confinamiento, lo que provoca el interrupción de los lazos sociales.

Las redes sociales y las expresiones populares acompañaron al Intendente. Pero hubo voces contrarias que advirtieron el riesgo de un «discurso fascista» entendiendo que había una reacción solo porque se trata de «presos». También se planteó que la Argentina es una sola, y el pedido de Pesatti alambraba a Viedma desde una «diatriba autoritaria».

Otros, como los concejales del FdT y Cambiemos, optaron por el silencio.

La postura de Pesatti no es alejada de otras que han tomado intendentes de ciudades rionegrinas. Por caso, Adrián Casadei y Renzo Tamburrini cerraron San Antonio y Sierra Grande ni bien comenzó la cuarentena. Miguel Jara bloqueó los accesos a Pomona. Cuando surgieron contagios en la Línea Sur, los intendentes de Los Menucos y Comallo no permitieron ingresos a esas ciudades de habitantes de Jacobacci. Hay ejemplos provinciales: Omar Perotti cerró Santa Fe, una acción que determinaron otros gobernadores.

Pero Pesatti se diferencia: «nunca atentamos contra las libertades individuales, hay restricciones que son las que imponen las autoridades sanitarias en el marco de la pandemia». La ciudad tiene controles de ingreso y egreso pero garantiza la circulación no tiene derecho de admisión.

Río Negro está en el pico de contagios. Tiene regiones que no pueden circunscribir la enfermedad y bajar la circulación del virus. Hasta ahora el sistema de salud está respondiendo, pero el Ministerio admite que hay un aumento de camas de terapia ocupadas. Si hubiese un brote en Viedma podría poner en peligro el sistema pública y privado -que no fue fortalecido- si el foco no puede ser controlado rápidamente.

Pesatti hizo una defensa del estatus sanitario de la ciudad. Nadie puede predecir qué puede ocurrir en el futuro. Quizás, en algún momento haya casos de Covid, pero la intención del hábeas corpus era evitar el ingreso de personas con coronavirus. Si así hubiese ocurrido, la capital tendría casos «importados» y es difícil saber el éxito del plan de contención dentro de la U12. En criollo, el temor fue que el virus traspase sus muros sabiendo el poder de propagación que tiene.