Femicidio de Vázquez Colque: «Sabemos que Thola mintió»

(ADN).- Culminó hoy la etapa del debate oral y público en la causa que investiga el femicidio de Silvia Vázquez Colque, en el que su pareja, Marcos Thola Durán, es el imputado. El Juicio, que comenzó el martes 1 de octubre, se extendió durante cinco jornadas en las que comparecieron casi una treintena de testigos.

Con esa prueba producida, hoy fue el momento en que las partes sostuvieron sus teorías del caso. El Tribunal de juicio compuesto por los Jueces Marcelo Alvarez, Adrián Dvorzak y Juan Martín Brussino será el encargado de dictar sentencia en los próximos tres días.

La acusación

El alegato del Ministerio Público Fiscal se estructuró en dos partes, la primera de ellas desarrollada por la adjunta de Fiscalía, Paula de Luque que buscó probar que Silvia está muerta, a pesar de que su cuerpo aún no pudo ser encontrado.

“Este es el silencio de aquellas personas que no pueden hablar, es el silencio de una persona que está muerta, esa es la única hipótesis posible”, dijo luego de repasar cada uno de los aspectos que dan cuenta de esa certeza.

“Existió una escalada de violencia, agresiones, puñaladas y homicidio de la cual fue víctima Silvia; una mamá excelente que no se iría sin sus hijos, tal como lo afirmaron su mamá, su hermana, amigas, vecinas y las maestras de los niños. Esto descarta rotundamente la conducta abandónica que la defensa quiere achacarle, tal como lo afirmó la directora de la escuela de los niños”.

La falta de aviso, la ida abrupta y solitaria, la incomunicación que prosiguió al presunto abandono del hogar, aún más llamativa porque Silvia era una mujer hipercomunicada a través de whatsapp y Facebook, fueron algunos de los indicios que la acusación tomó como certeros para concluir en que Silvia no se fue, la mataron.

“Nunca nadie más la vio, no volvió a utilizar Facebook, nunca más usó su teléfono, su único teléfono. Tampoco salió de la ciudad o el país porque no se llevó su documento y no hay registro de ello ni en empresas de transporte ni en Migraciones”, explicó aludiendo a las declaraciones de los peritos informáticos y psicólogos.

“Hay ciertos patrones que indican cuándo una persona se va voluntariamente pero, ya lo dijo el perito, esta ida no fue voluntaria, ni se suicidó, ni se marchó por insanía. Silvia está muerta y su muerte fue producto de una acción no voluntaria en el marco de un contexto de violencia de género”.

La Fiscal Paula Rodríguez Frandsen, se refirió a la acción del acusado. “Sabemos que mintió, contó diversas versiones de lo ocurrido, manipuló a sus hijos mintiéndoles a ellos también y esa versión, que repite la de su padre, brindaron ellos 40 días después en las cámaras gesell”.

Mencionó además la existencia de otros antecedentes en la escalada de violencia, entre ellos la condena por lesiones leves que recayó sobre el hombre por un hecho sucedido a principios del 2017.

“El 5 de junio los documentos de Silvia estaban en su casa y en el allanamiento posterior no se encontraron. Desapareció también una pala, aquella con la que Thola sin duda ocultó el cuerpo de su pareja”.

“Sabía lo que hacía, no hay denuncia de la desaparición, sólo una exposición policial. La verdadera denuncia llegó por parte de una amiga más de 876 horas después de la última vez que el hombre vio a Silvia con vida. Esas son las horas de ventaja que tuvo para ocultar el cuerpo.”

Fabio Igoldi centró su alegato en la contundencia de los indicios probatorios que llevan a concluir que Silvia fue asesinada a manos de su marido. Repasó once casos recientes de condenas por homicidio en las que no fue encontrado el cuerpo de la víctima y coincidió con la Fiscalía en que la mujer “no se fue sola: tiene cuatro hijos de los que se preocupaba, no avisó a nadie y siempre lo hacía, ninguno de sus contactos de afuera de Viedma sabían que se iba”.

“Silvia no salió de Viedma, no tomó ningún colectivo a ningún lado, no salió del país, cortó abruptamente el contacto con todas las personas con las que se relacionaba, quedaron sus cosas en la vivienda que ocupaba, nadie la vio salir la mañana del 5 de junio. Nadie más la vio”, destacó.

“Fue Thola – aseguró- la última persona que la vió con vida, no denunció su desaparición sólo expuso el abandono en una comisaría y ha sido mendaz hacia terceras personas dando cinco diversas versiones a sus hijos, allegados y amigos”.

“Creo que efectivamente existió una discusión entre la pareja, un testigo de la propia defensa hoy lo confirmó”, expresó. «Thola era celoso, violento. No es necesario que haya sangre para que haya muerte, Thola tenía el motivo la oportunidad y el lugar para matarla”.

¿Qué dijo la Defensa?

La defensa del imputado, ejercida por Graciela Carriqueo y Juan José Alvarez Costa sostuvo que Thola “es un chivo expiatorio”. “Quedó claro que todas las testimoniales se remitieron a un solo hecho de violencia que se maximizó y por el cual el hombre fue condenado por lesiones leves”, comenzó alegando Carriqueo.

“No quedó acreditado cómo la habría matado, ni el lugar en el que lo hizo, ningún testigo pudo corroborar este hecho. No hay evidencia material ni científica que corrobore la acusación de la fiscalía”.

“La acusación ha descripto todas las medidas llevadas adelante en el marco de la investigación, a la casa de Thola la dieron vuelta y no se encontró nada, ningún elemento que pueda incriminarlo, ningún rastro”, expresó la Defensora y agregó que a su entender «existe una ausencia total de prueba, las pericias informáticas se realizaron sobre teléfonos cuya titularidad no estaba clara. Silvia tenía cuatro Facebook y sólo se revisó uno”.

“La madre de Silvia fue clara: ella nunca escuchó discusiones y dijo además que ella no se comunicaba con Silvia, que no hablaban”. En relación a la pericia psicológica dijo que el profesional “no se entrevistó con ningún testigo» y en cambio recabó los datos del legajo fiscal. «Fue claro al descrubir su informe como probabilístico”.

“Marcos Thola es un hombre trabajador que se esforzaba porque sus hijos tuvieran un hogar, ropa, comida. Estaba separado de su mujer, pero ese hecho del 1 de enero no lo transforma en asesino de Silvia”.

Seguidamente mencionó pruebas acerca de las versiones de desobediencia judicial y dijo en este sentido que si bien falseó su domicilio al momento de realizar la exposición policial, “esto no lo transforma en un mentiroso”. Agregó también que no era cierto que “la madre de Silvia le tenia miedo a Thola, ella abandonó la ciudad pensando que su hija se había ido a Buenos Aires, tal como lo expresó en su declaración”.

De a una, contradijo versiones de la acusación: “las declaraciones testimoniales en relación a qué pasó entre el 1 de enero y el 5 de junio no son coincidentes, ni conducentes, ni coherentes”, expresó. “El 4 de junio la familia estuvo bien, la supuesta pelea fue un reto de la hermana del hombre a la pareja que había bebido”. Dijo además que “Silvia tenía total independencia de entrar y salir de su habitación sin que el resto se enterara y que esa mañana se fue por sus propios medios”.

“Thola no sabe dónde está Silvia, estaban separados de hecho al momento de los hechos y cuando acudió a la policía se burlaron de él, tiempo después su sobrina mostró una foto de Silvia con otro hombre que estaba en el Facebook”, agregó para pedir la absolución del hombre entendiendo que “los indicios no son congruentes, ni concluyentes, ni concordantes”.