Analistas advierten sobre espiral inflacionaria

Dos formes privados afirman que la inercia inflacionaria no permitirá que la dinámica de precios encuentre niveles de calma durante los próximos meses. La indexación de los salarios y la necesidad de las empresas de recuperar márgenes de ganancia impactarán incluso si el Gobierno logra estabilizar el precio del dólar. Si no consigue esa mera, la espiralización sería explosiva.

Dos datos: por un lado, la economía en año electoral depende de lo que ocurra con la inflación y, por otro, las expectativas respecto a los precios lucen desbocadas. El consenso de los economistas de la city, medido por el REM del BCRA, incrementó su inflación esperada en 4,5 puntos y ya espera una de 40,5%. Cada vez más cerca de los niveles de 2018. El Gobierno ya puso el ancla en el dólar pero los analistas afirman que la inercia se muestra cada vez más feroz.

Un informe de LCG afirmó al respecto: «La depreciación del peso de los últimos días acelerará la inflación de los próximos meses y el riesgo de entrar en una dinámica de un régimen de alta inflación y permanecer en este se eleva. El grado de velocidad de revisión de contratos que existe actualmente en la economía tiene la suficiente fuerza para que la inflación se acelere por sobre el registro de marzo en el corto plazo. El ajuste reciente de los combustibles es un claro ejemplo de esto».

La inflación sigue destruyendo los salarios reales. En febrero se contrajeron otra vez: 1,1% en términos reales, según los datos del Indec publicados durante la semana pasada. En los últimos 12 meses, siempre según los datos oficiales, la contracción fue de 11,1%. Lo más esperable es que haya empeorado en marzo y abril, ya que el IPC aceleró por encima del 3,8% que había dado febrero (la inflación fue 4,7% en marzo y según el REM será de 4% en abril).

En año electoral el Gobierno busca detener la dinámica y por eso pasó del mero control en los agregados a poner el foco en la dinámica del dólar. Un informe de Ecolatina coincidió con el de LCG: «Incluso en el escenario en el que las presiones cambiarias logren ser domadas por el BCRA, no esperamos que se observe durante los próximos meses una significativa desaceleración de la inflación. Si bien controlar el mercado cambiario reduce la probabilidad de una nueva aceleración, no es condición suficiente».

Y agregó: «En las últimas semanas comenzó a tomar fuerza el visto bueno del gobierno en relación al ajuste trimestral de las paritarias, siendo incluso el costo laboral un driver más importante que el dólar a la hora de analizar el proceso inflacionario».

Ahí la inercia. Mientras LCG refiere a la totalidad de los contratos, Ecolatina se centró en los salarios. La caída del salario real en año electoral obligó al Gobierno a intentar recuperarlos con paritarias indexadas y de más corto plazo. Tal como explica Ecolatina, mientras las empresas no tengan margen de ganancias para resignar, los incrementos salariales se volcarán a precios y de esa forma, a pesar de que los sueldos crezcan en forma nominal seguirían cayendo en forma real.

Y si algo no tienen las empresas es márgenes: a marzo, los precios mayoristas (sus costos) crecieron 68% y los minoristas (sus precios de venta) 54,7%. «Una mayor nominalidad es el riesgo al que se expone el gobierno al respaldar este tipo de acuerdos paritarios, lo que parece ser la última carta para afrontar las elecciones», resalta Ecolatina, que además afirma que una inflación espiralizada exigirá la continuidad de las tasas altas, lo que también afecta los costos y por ende los precios.

(Fuente: BAENegocios)