De PROSEGUR a la Policía. El circuito de las balas

La policía niega haber disparado con munición de plomo, pero reconoce que la tuvo a disposición durante la violenta jornada de junio de 2010. Admite también que -al menos en parte- el aporte lo hizo la empresa PROSEGUR. La cadena de custodia de esa carga letal fue como mínimo desprolija. Cada vez se torna más difícil sostener que no la emplearon durante la represión.

Quizá uno de los extremos para desenredar el ovillo sea el relato desprolijo del personal policial respecto de la munición de plomo -prohibida en este tipo de operativos- provista por la empresa PROSEGUR.

De acuerdo a lo que contó el ex sub comisario Rodolfo Aballay el viernes, su superior, el entonces jefe de la Unidad II, Carlos Arias, le ordenó llamar a la empresa y “pedir prestadas” algunas cajas de cartuchos. Gestión que Aballay cumplió, y enviaron a recogerlas al cabo Primero Juan Pablo Siris, en un vehículo Chevrolet Monza, sin identificación, de la Brigada de Investigaciones.

Siris declaró durante la séptima jornada de audiencias, y dijo: “Bajé yo del vehículo. Me acerqué al lugar, toqué un portero y si no recuerdo mal salió una chica (probablemente una mujer de apellido Rinaldis); le dije que venía a buscar algo de parte del oficial Aballay y me entregó una bolsa”.

Dentro de la bolsa, aseguró, había “tres cajas”; pero no supo decir qué había dentro de las cajas “porque estaban adentro de la bolsa, con un moño”.

El fiscal Martín Lozada preguntó: “¿Sabía qué tipo de cartuchos utilizaba Prosegur?”. Y Siris: “Se supone que si tengo que tratar de detener a un delincuente no voy a ir con balas de goma”.

Siris le entregó esa bolsa a Rodolfo Aballay y éste comprobó que se trataba de munición de plomo. En una primera versión dijo que eran cartuchos tipo “PG”, letales. Y en esta nueva versión, que se trataba de perdigones para cazar perdices. El ex policía dijo que le hizo un nudo a la bolsa –que ya venía con un moño- y la mantuvo en custodia en su posición, en una esquina de la calle Hermite.

Cuando lo relevaron, Aballay le entregó en la comisaría 28 la bolsa al sub comisario Uribe, jefe de la Brigada de Investigaciones, pero éste le indicó que se la diera a la cabo Susana Corona Sambueza, personal también de la Brigada, quien confirmó que los cartuchos contenían postas de plomo. Dijo que los mantuvo en custodia. También recordó que en el lugar estaba el oficial principal Aníbal Alonso.

En tanto el ex sub comisario Aballay aseguró haber recibido de vuelta las tres cajas con cartuchos PG intactas, “uno, dos o tres días después”, la oficial Sambueza recuerda que una de las cajas estaba abierta.

No lo recordó este viernes Aballay, pero quien llevó las cajas de la comisaría 28 a la comisaría 2, fue el oficial Principal Fernando Manquenao.

Durante el cuarto día de audiencias, Manquenao dijo que «el oficial principal Aníbal Alonso me entregó una bolsa de cartuchos. Había entre esos varios PG”, pero que los guardó y los entregó después en la Comisaría 2. Cuando específicamente le preguntaron si durante la represión se habían disparado cartuchos «PG” (de plomo), no dudó: “Obviamente que sí, salió hasta en los medios nacionales. Sería iluso negar que se usaron cartuchos PG”.

Esas cajas con municiones estuvieron en poder de Aballay por lo menos una semana. Según el testimonio del jefe de la sucursal local de PROSEGUR, Norberto Barridón, “una empleada (la misma mujer de apellido Rinaldis que el 17 de junio le gestionara las cajas de cartuchos a Aballay y se las entregara a Siris), como 10 días después me dice que vinieron de la Comisaría y devolvieron las municiones”, porque “no eran las que habían pedido”.

La cadena de custodia tambalea. Las palabras no alcanzan para barrer algunas sombras.

Lo cierto es que el círculo de la munición de plomo “prestada” por PROSEGUR inicia y cierra con el ex sub comisario Rodolfo Aballay.

(Fuente: En Estos Días)