Abal Medina intimó al gobierno a aclarar la situación de ARSAT

Tras la investigación y revelación de Economía Política y El Destape, el senador nacional Juan Manuel Abal Medina presentó un pedido de informes al Poder Ejecutivo para que «aclare la situación del ARSAT 3».

A través de un pedido formal presentado ayer, el senador del Frente Para la Victoria pidió a los organismos correspondientes que «aclaren las informaciones periodísticas difundidas que sugieren que se habría realizado una venta de una parte de la Empresa Argentina de Soluciones Satelitales Sociedad Anónima ARSAT a capitales extranjeros».

Tal como publicó El Destape, el presidente Mauricio Macri aprobó la venta de ARSAT de manera ilegal a una empresa de Estados Unidos. Los próximos satélites producidos en Argentina serán manejados por una firma internacional que también se quedará con el espacio orbital que le correspondía al país.

En una carta de intención firmada el 29 de junio a la que accedió El Destape, el Gobierno autorizó a la compañía Hughes a que se quede con «al menos» el 51% del ARSAT 3 y también la autorizó a cambiarle el nombre. La venta es ilegal: va en contra de la ley 27.208 de Desarrollo de la Industria Satelital aprobada en 2015, que en su artículo 8 dicta que no se pueden ceder los derechos de este nuevo satélite y que, de hacerse cambios en el esquema que propuso el kirchnerismo, deben ser aprobados por el Congreso, según el artículo 10. Pero, sin licitación ni consulta, se le cedió la producción y explotación del nuevo ARSAT a esta compañía, que también se quedará con el espacio orbital que le correspondía al país y se podrá llevar al exterior los dividendos que se generen, que hasta ahora eran para financiar futuros satélites.

La fusión fue aprobada hace días en secreto por el director de ARSAT y yerno del ministro Oscar Aguad, Rodrigo De Loredo, y los representantes de Hughes, quienes acordaron que a partir de ahora se cree una nueva empresa.

Guerra de lobbys
Detrás del escándalo por la presunta privatización, se esconde una feroz guerra de lobbys entre empresas que buscan hacer pie en el negocio de la banda ancha por satélite, un nicho que apareció por la decisión del macrismo de empezar a abrir el juego a empresas extranjeras, algo que la normativa prohíbe pero el Gobierno elude por los «acuerdos de reciprocidad» con otros países, señala en una nota LPO.

Desde el año pasado, más de diez satélites extranjeros fueron autorizados a operar en el cielo argentino y se desató una carrera para ganar espacios. Por caso, acaba de autorizar el satélite Amazonas 3, de la española Hispasat, un gigante del sector que está apostando fuerte a copar el negocio en Argentina. Hispasat es socia de Tesacom, una firma local de José Antonio Sánchez Elía, un lobbysta de la apertura de los cielos, cercano a Federico Pinedo y Héctor Huici.

Rodrigo De Loredo
Los grupos que empujan la apertura satelital están furiosos con la decisión del Gobierno de cederle a Hughes el control del Arsat 3 y el espacio orbital, ya que eran varios los interesados en comprar capacidad (la capacidad del Arsat 1 y 2 fue vendida en su totalidad) para ampliar los servicios de banda ancha satelital, el negocio que más expectativa genera.

Es por eso que en el mercado se quejan porque el Gobierno entregó el paquete cerrado a Hughes, y hablan de un «neokirchnerismo» porque no podrán competir con la empresa estadounidense.

Es que hasta ahora el negocio de la banda ancha por satélite (que sirve para llevar el servicio a zonas rurales o alejadas a centros urbanos sin red de fibra óptica o telefónica) está muy poco desarrollado y con una tecnología bastante obsoleta, por lo que donde se presta el servicio la calidad es bastante mala. Pero la llegada de satélites con tecnología de avanzada, como el Amazonas 3 o el Spaceway 2 (que está empezando a probar Directv) podrían generar un boom del negocio.

Como nadie se lo quiere perder en el sector están furiosos con De Loredo y dicen que no sólo le generó un conflicto político a Macri sino también con inversores. Es por eso que en el mercado sostienen que la carta de intención con Hughes podría terminar en la nada, sobre todo si el escándalo político sigue tomando temperatura.(fuentes El Destape y La Política On Line).