Semana clave de la CGT con el Gobierno para evitar un paro general

En medio de claras divisiones dentro de la central obrera entre «dialoguistas» y «combativos», el miércoles se llevará a cabo una reunión entre ministros del Gabinete y la plana mayor de la CGT en la que verá luz la propuesta oficial.

La CGT afrontará una semana clave en su relación con la Casa Rosada, ya que el jueves definirá si acepta la propuesta que le presentará el Gobierno el día anterior o finalmente convoca a su primer paro nacional contra la gestión de Mauricio Macri.

En medio de claras divisiones dentro de la central obrera entre «dialoguistas» y «combativos», el miércoles se llevará a cabo una reunión entre ministros del Gabinete y la plana mayor de la CGT en la que verá luz la propuesta oficial frente a los reclamos de bonos de fin de años para jubilados, desocupados y trabajadores activos, además de la eximición del Impuesto a las Ganancias del medio aguinaldo.

Al día siguiente, la CGT discutirá en una reunión de Consejo Directivo si acepta el ofrecimiento (en rigor, los montos de los bonos que propondrá el Gobierno) o lo rechaza y anuncia la fecha del paro nacional. Si la propuesta es claramente insuficiente, la decisión de avanzar con la fecha del paro (se barajan el 18 y el 20 de octubre) no será muy complicada de adoptar.

En cambio, si los ministros ofrecen números intermedios, es decir que no sean ni aceptables ni rechazables a primera instancia, se espera una extensa y dura reunión entre los popes sindicales para definir si postergan o activan la huelga general. En privado, la central le pidió al Ejecutivo que fije para el bono un piso de 2.000 pesos tanto para estatales como para trabajadores del sector privado y esperan que el Gobierno les adelante una respuesta antes de la posible reunión del miércoles.

El Ejecutivo ya tiene resuelto eximir de ganancias al medio aguinaldo de diciembre a quienes perciben salarios en bruto de entre 40.000 y 45.000 pesos, y dar un bono de fin de año a jubilados y desocupados de entre 500 y 1.000 pesos, una cifra que es considera baja por los gremialistas.

Pero el principal punto de desencuentro se ubica sobre el bono para los trabajadores activos del sector público, que el Gobierno no está convencido en otorgar, mientras que en el caso de los privados recordaron que varias actividades siempre dan esa compensación.