Pesca, depredación e inoperancia

“La crisis estructural del sector pesquero y una ley de pesca (24.922) inadecuada”, es el tìtulo de un artículo reciente del doctor Cèsar Augusto Lerena, reconocido experto en el tema pesquero.
Estos son algunos de los fragmentos de su trabajo, que se puede leer completo en el sitio https://www.informadorpublico.com/wp-content/uploads/2016/09/La-crisis-estructural-del-sector-pesquero-y-una-ley-de-pesca.pdf.

“A 18 años de la sanción de la Ley Federal de Pesca (24.922) la explotación pesquera en la República Argentina está peor que la situación existente en 1998. Ello es así, tanto por la apropiación de parte de buques extranjeros de los recursos argentinos, como por la concentración de las capturas, la pérdida de fuentes de trabajo, la depredación y la insustentabilidad biológica, económica y social; y el fortalecimiento de un modelo extractivo en lugar de uno industrial pesquero”.

“Todo esto ocurre en medio de una falta de control de la actividad que hace inviable una administración adecuada del recurso por parte del Estado. El descontrol de las capturas, los descartes, sub-declaraciones y sustituciones en los desembarques de las tres principales especies: merluza común, calamar y langostino, es ciertamente alarmante. Lo reflejan los reiterados informes técnicos del INIDEP (Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero, con sede en Mar del Plata), el Informe de Consultoría del BID para el “Proyecto de Desarrollo Pesquero y Acuícola Sustentable” y los informes de la Auditoría General de la Nación”.

“En medio de este descontrol se destaca el descarte al mar de especies capturadas, que los cálculos más conservadores refieren a unas 100 mil toneladas/año, aunque informes oficiales del INIDEP indican que sólo de merluza común se descartan anualmente entre 52.000 y 108.000 toneladas. Es decir, el 41% del total de la merluza desembarcada. Haber descartado 100 mil toneladas/año de pescado ha impedido contar con 335 millones raciones de alimentos/año de alto valor proteico (es decir 1 millón de raciones/ día) con destino a poblaciones vulnerables y la generación de miles de puestos de trabajo. Ciertamente lamentable, en un país con un alto índice de desempleo y millones de pobres, indigentes y desnutrición infantil”.