Viñedos neuquinos a punto de ser mendocinos

(Por Fabricio González).- Los afamados vinos neuquinos, al menos su porción más voluminosa en litros, podrían convertirse en mendocinos, perdiendo la provincia que comanda Omar Gutiérrez uno de los emblemas donde basan parte del chauvinismo local. Esto merced al fuerte interés que viene poniendo en evidencia el Grupo Peñaflor, que a fines del año pasado compró Navarro Correas y posee las emblemáticas bodegas Finca Las Moras, Trapiche, Suter y La Rosa, entre otras. Suma 6.100 hectáreas de viñedos propios y van por más. Una clara señal de los nuevos vínculos es que Peñaflor ya “compró toda la producción de este año” de las bodegas (las que formarían parte del negocio), Fin del Mundo y NQN.

A fines de la semana pasada en el mundillo bodeguero de la región se comentó con insistencia que Peñaflor (vinculado a la Familia Bemberg) quiere quedarse con Bodega del Fin del Mundo, propiedad del dueño de la Corporacion América, Eduardo Eurnekian y de la familia Viola, donde son socios 50% y 50%. Según publicó hace dos semanas el portal www.mendozapost.com , a los neuquinos ya no les había ido bien, en realidad a los dueños de Fin del Mundo, con un restó que abrieron en Palermo Hollywood (Experiencia Fin del mundo) que por problemas económicos debieron cerrar a fines de 2014.

Es historia sabida que Eurnekian compró la mitad de la bodega Fin del Mundo ubicada en San Patricio del Chañar en 2012, y en 2013 también se quedó con la neuquina NQN.

“Hoy ambas estarían a la venta y son los dueños del grupo Peñaflor los primeros interesados con echar raíces en Patagonia, principalmente a través de la compra de Fin del Mundo”, dicen en Mendoza, mientras en el Alto Valle aseguran que a la operación le falta solo el tiro de gracia.

Sobre la venta de la mayor parte de la producción de San Patricio del Chañar a Peñaflor, las fuentes indicaron que “venden todo lo que pueden para hacer caja”. El informante aseguró que los rumores, además de circular en Mendoza, ya circulan en las propias bodegas en cuestión.

Desde Fin Del Mundo (8 millones de litros de capacidad y 800 hectáreas), Julio Viola (la pata neuquina de estas bodegas), se asoció a Eduardo Eurnekián y compraron la Bodega NQN (1,8 millones de litros y 200 hectáreas) creada por el abogado neuquino Luis María Focaccia. De concretarse el negocio, Peñaflor sumaría 1.000 hectáreas a sus 6.000 actuales.

Calidad vs. volumen
Repantigado un mediodía en el restó por excelencia de los ejecutivos neuquinos, como es “Casa Juez”, un ex bodeguero y pionero en eso de vender vinos neuquinos en al exterior, dejó caer algunas definiciones con cierta amargura, como por ejemplo que “Neuquén, en realidad estos empresarios, hicieron la opción de producir volumen, cuando esa nunca fue la idea. Ahí le erraron y hoy la calidad está en Río Negro. En el país cuando piensan en calidad piensan en Río Negro”, remató mientras esperaba cerrar un negocio de tierras.

Lo mismo opinó a 50 kilómetros de distancia un incipiente bodeguero mientras protestaba porque el agua del mate le había quedado caliente en exceso: “A nosotros, si se hace el negocio, nos termina de posicionar”, comentó mientras repasaba los altos puntajes obtenidos por los vinos rionegrinos (sobre todos los Pinot Noire) en el último y más afamado certamen internacional.