Luz amarilla en las finanzas. ADN

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Al gobernador Weretilneck no le preocupa el futuro de la política. En plena etapa de consolidación de su hegemonía y en crecimiento, el tema no lo desvela, pero los números de la administración pública le preocupan.

En la política hay bonanza y sólo tiene que esperar que el tiempo pase, asumir el gobierno el 10 de diciembre y seguir sumando voluntades para darle sustento real a un proyecto que comprenda varios años en el gobierno. Habla con todos, la semana pasada cenó con cierta dirigencia del radicalismo residual y espera a José Luis Foulkes que le brinda un marco de mayor seriedad. El goteo en el peronismo se canaliza en Pedro Pesatti, que recorre el espinel recogiendo heridos y que serán muchos más si persiste en el justicialismo la idea de sanciones. Ambos conducen este proyecto.

En las finanzas hay una luz amarilla prendida en prevención a un posible riesgo. Se aprecia en el andar del gobierno una imagen dual, de Príncipe y Mendigo. El periodismo refleja a diario anuncios de obras, compra de vehículos, subsidios, aportes de todo tipo y mucha actitud de abundancia, que nada tiene que ver con los problemas de caja diarios, en razón de que los ingresos que generan los contratos petroleros no pueden destinarse a gastos corrientes y funcionamiento del Estado.

Ahí está el punto. El rojo de Río Negro en el Banco Patagonia es endémico, que se salva al cierre del mes con recursos del FUCO que se “manotea” de organismos con autarquía de caja, una cuestión que no deja de preocupar al ente financiero provincial.

Las empresas comenzaron tener atrasos en los pagos, los proveedores –de gran olfato para estos avatares- comienzan a ponerse nerviosos y toman previsiones como aumentar precios o limitar las entregas y temen al legítimo abono. Hay obras que comienzan a paralizarse, los recursos que antes abundaban ahora escasean, como por ejemplo los aportes para pagar el transporte a equipos de fútbol, básquet y demás delegaciones de deportistas, se prometen pero luego no están y así se podría enumerar una serie de ptros ejemplos, que en Viedma –con piel sensible- comenzaron a surgir.

Alejandro Palmieri e Isaías Kremer y el equipo de Economía, conocen muy bien los números y las dificultades de liquidez de dinero. Caja con déficit, incremento de más del 50 por ciento de la masa salarial, aumento del 10 por ciento de personal, compromisos de pago y con ingresos prácticamente en el mismo nivel de porcentaje. Rentas, a través de Catastro, sale ahora con una inspección catastral para detectar construcciones no declaradas en las plantas urbanas y de esta manera sumar recursos por multas y actualización en el impuesto inmobiliario.

Se descarta que el tema fuera tratado en la reunión de gabinete del viernes, en la Residencia de los Gobernadores, a pesar que la información oficial soslaya la cuestión y no da precisiones sobre esta temática. ADN pudo recoger opiniones que indican que tanto Palmieri como Kremer no ocultan la realidad y que en el resto del gobierno hay opiniones encontradas. Para algunos hay que sincerar la situación, porque es más sano y para otros “de esto no se habla”, por temor a que se resienta la imagen del gobierno e impacte en el apoyo ciudadano logrado en todas las elecciones ganadas con amplitud en el año.

Hay plata para gastar en aquellos rubros establecidos por la ley que aprobó las renegociaciones petroleras, pero no para pagar gastos de funcionamiento, entre otros. Es por esto que hay algún pensamiento en el oficialismo que refiere a modificar esta ley –después del 10 de diciembre- con una Legislatura en mayoría, con 26 legisladores de JSRN más los que se puedan sumar.

También una posible modificación de la ley de aprobación de los contratos petroleros podría vincularse a dotar de fondos hidrocarburíferas a la creación de un Banco de Fomento de Río Negro, sobre la base de la estructura del CREAR, para apoyar la actividad de la pequeña y mediana industria, y seguir con el Patagonia como ente financiero, con algunas correcciones como el pago del canon, líneas de promoción, apertura de sucursales y otras demandas que hoy tiene en mente el gobernador.

Alberto Weretilneck no se impacienta y piensa en la nueva etapa que comienza en diciembre. Jugó sus fichas con Daniel Scioli, donde tiene el acompañamiento del peronismo y sabe que cualquiera sea el resultado de las nacionales de octubre, se guarece en su territorio, alambra la provincia y espera.

Con Scioli se siente cómodo, tendrá respaldo y anclaje nacional y podrá acordar un vínculo beneficioso para Río Negro, arreglar los números y esperar el apoyo del gobierno nacional, como harán la mayoría de las provincias argentinas que tienen desequilibrios en sus finanzas. (ADN)