Un PASO a octubre. ADN

OktubreCon poco clima electoral, los rionegrinos volvemos hoy a las urnas. Nos convocan las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias, en las que definiremos preferencias por fórmulas presidenciales, candidatos a diputados nacionales, e integrantes del Parlasur. No son definitivas, pero en los casos de los espacios políticos donde hay más de una opción para los tramos en competencia, son definitorias. Una gran interna, un paso previo a octubre.

La elección plasmará una imagen del momento político argentino, que les servirá a las fuerzas en pugna ajustar estrategias, ratificar o redefinir rumbos mirando el objetivo final, que es la votación general del próximo 25 de octubre.

Río Negro aporta el 1,25 por ciento de los votos del padrón nacional. No es en el concierto global que está puesto el interés entonces, sino en las implicancias locales, por dos facetas iniciales y una posterior: una interna (la definición de las candidaturas en Cambiemos y Progresistas), otra externa (para dirimir quiénes son los tres nuevos representantes rionegrinos en el Congreso de la nación), y la de poder (quién es el interlocutor válido del próximo gobierno nacional en la provincia).

Progresistas -el espacio del Socialismo y el GEN que propone a Margarita Stolbizer como presidenta- tiene que dirimir entre dos listas sus candidatos a diputados nacionales, y lograr, en la elección de hoy, un piso mínimo del 1,5 por ciento de los votos válidos emitidos para acceder a la compulsa de octubre. Cambiemos (UCR-PRO) elegirá entre las fórmulas de Macri-Michetti; Sanz-Llach; y Carrió-Flores. El radicalismo debe imponer en Río Negro al presidente de su partido para demostrar que aún queda un voto que haga pensar en una reconstrucción a mediano plazo. Si Ernesto Sanz pierde con Mauricio Macri, profundizará más aún su crisis después de obtener el 3 por ciento de los votos el 14 de junio pasado.

Hoy, también se pondrá en juego -nuevamente- la credibilidad de la encuestas. Esta vez, ningún espacio político las hizo públicas. Sin embargo, fue una herramienta utilizada en este tramo electoral. El cierre del escrutinio marcará cuán cerca o lejos se estuvo del diagnóstico de los partidos, y cuáles son las chances reales en Río Negro de los presidenciables y quién tienen más posibilidades de ingresar al Congreso.

Pero la elección sumó un condimento novedoso. El jugador invisible. A mitad de la semana, el gobernador Alberto Weretilneck se reunió con el candidato del kirchnerismo Daniel Scioli. El gobierno provincial no tiene representantes en esta campaña. Pero juega. Desde hace unas semanas en este panorama se insistió sobre la particularidad política, y cuál podría ser su objetivo.

Hubo una serie de hechos que, aislados, tuvieron una lectura. Pero en contexto, sumaron otro valor.
Episodio 1: Río Negro tuvo su cuarto descuento consecutivo de las cuotas que debe abonar a Nación por la deuda que mantiene con la administración central. Fue una sorpresa. No estaba en los planes. Ello motivó una nueva queja del gobierno de Weretilneck.
Episodio 2: El jefe de La Campora, legislador y candidato a diputado Martín Doñate se reunió con el ministro de Economía de la Nación, Axel Kicillof, y destrabó el «desaguisado».
Episodio 3: El gobierno provincial en pleno, salió a valorar la gestión de Doñate.
Episodio 4: Weretilneck se reunió con Scioli.

Los juegos del poder hicieron maniobrar al gobernador. Ganó abrumadoramente la elección. Resguardado en el proyecto del partido provincial, evitó tener un candidato en la compulsa nacional y una innecesaria licuación de votos. Miró encuestas, vio la proyección del gobernador bonaerense. Una vez más, la recuperación del kirchnerismo a situaciones políticas adversas había dejado en off side a muchos dirigentes que lo integraron y migraron, mayoritariamente, al massismo. Desde 2008 tras el conflicto con el campo, se viene anunciando un fin de ciclo político. Nada de ello ocurre y el Frente para la Victoria afronta las PASO con chances de ser la fuerza más votada en la Argentina. El proyecto del albertismo es provincial, no aislacionista, ni suicida.

Desde Laprida y Belgrano aseguran que Scioli no es el kirchnerismo ultra, y se esperanzan en una nueva relación. Los lazos comenzaron a tenderse en épocas donde Río Negro discutía su marco petrolero y las renegociaciones. YPF necesitaba a todas las provincias integrantes de OFEPHI en línea con el plan de desarrollo petrolero. La compañía que dirige Miguel Galuccio agradeció el gesto rionegrino y el aporte al objetivo del autoabastecimiento energético. Luego llegarían contactos más políticos.

Si el gobierno provincial es capaz de mantener una relación cordial con el kirchnerismo de paladar negro que llega al Congreso, y logra un alineamiento con la Casa Rosada en un eventual desembarco sciolista, garantiza gobernabilidad y plafón político. Además, le daría un paraguas a los «compañeros» que están en Juntos Somos Río Negro. Y dejaría en falsa escuadra al peronismo que ahora lidera Martín Soria.

Dos datos: el ascenso de Miguel Pichetto al Gabinete Nacional o la Corte Suprema, y la elección de Bariloche.

El senador se corrió de la conducción del partido, sabe que su estrella nacional no se apagó. Es amigo de Daniel Scioli y uno de los impulsores de su candidatura en momentos donde el bonerense era resistido en Olivos. Esa lealtad le tiene reservado un sitial de privilegio en la política grande. Ahora, será responsabilidad del Intendente de Roca conducir un partido derrotado y repleto de dirigentes en diáspora.

Weretilneck puso a su Gabinete a trabajar para ganar los 13 municipios que aún no renovaron autoridades. El propio gobernador no frenó su incesante andar por la provincia. El gran objetivo era Bariloche. Pero las últimas apariciones en aquella ciudad ya no son en clave de guerra con la jefe comunal María Eugenia Martini. ¿Habrá modificado algo su acercamiento a Scioli?. Hoy es un día en el que quizás haya un indicativo de la respuesta.

Esta noche, los argentinos tendremos una foto previa a la elección de octubre. Y en Río Negro, las pinceladas del principio de un nuevo momento político, inaugurado el 14 de junio.