La tierra del Dragón ●Javier García Guerrero

China reúne en su árida geografía la mayor economía y el mayor comercio internacional superando en u$s 500.000 millones al de EEUU.

Los intercambios comerciales chinos que en 2001 representaba el 20% del comercio exterior de USA ya son superiores y se espera que lo dupliquen antes de 2030.  Sin embargo, el superávit de cuenta corriente chino que en 2007 era 11% del PBI descendió al actual 2,8%. Las proyecciones para el próximo lustro plantean que el saldo neto de su comercio exterior será nulo o negativo y el crecimiento de la economía china quedará librado a la evolución de su demanda doméstica.

La aprobación por  Senado del convenio con China y la posterior visita del Vicegobernador de Río Negro al Dragón asiático reactualizan los incumplidos anuncios de inversiones por u$s 20.000 millones realizados por Néstor Kirchner y de € 1.148 millones el ex gobernador Saiz. El megaproyecto de incorporación de 200.000 ha irrigadas  a la producción agrícola bajo contrato de compra anticipada ya ha sido superado por emprendimientos chinos en otras latitudes. Los alcances del nuevo entendimiento son inéditamente ambiciosos: a cambio de financiamiento, las empresas chinas tendrán acceso privilegiado a los negocios energéticos, mineros y agropecuarios, e incluyen la posibilidad de importar mano de obra.

Con una población de 1.347 millones de personas y un 47% de población rural China enfrenta dos restricciones principales: asegurar la seguridad alimentaria y el agregado de valor de su producción agrícola para mantener nivel del ingreso rural en términos del ingreso urbano equilibrado para  regular el ritmo de urbanización de modo que no se precipite. Este segundo objetivo resta atractivo a las ofertas de alimentos con mayor valor agregado en origen.

Según ha admitido el Gobierno Chino, el 20% de sus suelos de cultivo y el 60% del agua en superficie están contaminados y el 55% de los 50.000 ríos que poseía China hasta 1990 han desaparecido. La importación de los cultivos que como el trigo y el maíz demandan mayores cantidades de agua y deslocalización de producciones han sido las estrategias seleccionadas. China ha comprado 3 millones de Ha en Ucrania, que corresponden al 5 % de la superficie total y el 9 % de la tierra arable, derogando a tales fines el parlamento ucraniano la ley contra el acaparamiento de tierras por parte de extranjeros. El convenio incluye la construcción de una ruta, un puente y un préstamo de u$s 3.000 millones para el desarrollo agrícola. Similares operaciones se frustraron en Filipinas y Mozambique donde los lugareños se han resistido a la llegada de los campesinos chinos que los reemplazarían, y avanzan en África que  posee el 60% de las tierras potencialmente cultivables del planeta.

El modelo productivo chino constituye la 2º fuente de contaminación mundial. Sus empresas  han tenido frecuentes conflictos en nuestra región por tal motivo. La contaminación es de tal magnitud que no solo amenaza el crecimiento económico y la salud pública: también la estabilidad política. El creciente descontento social ha convertido el combate a la polución en una prioridad política de similar importancia que la lucha contra la corrupción. Entre enero y septiembre de este año, las denuncias por contaminación se han duplicado respecto al mismo periodo de 2013. Unas 190.000 empresas han sido castigadas en el último bienio por violar leyes medioambientales y las multas impuestas suman 520 millones de euros.

Sobre una base 90% sojera China es el 2º socio comercial argentino después de Brasil mientras nuestro país con el 0,37% es 7ª después de Perú en el ranking latinoamericano que encabezan los cariocas con el 2,2%. La irrupción de China ha deprimido el comercio intrarregional e intraindustrial en Mercosur, su competencia afecta la exportación a Brasil de nuestras manufacturas de contenido tecnológico medio.

Por su parte China al amparo de la debilidad financiera, el retraso cambiario y el aislamiento está desplazando al Brasil como principal proveedor de la industria nacional. China es un claro competidor de Brasil y la Argentina en terceros mercados y erosiona la relación comercial entre ambos, base del Mercosur para impulsar la Alianza del Pacífico que guarda mayor convergencia con su estrategia global. De hecho, el comercio bilateral con Brasil se contrajo 28% en agosto y acumula hasta entonces una caída de 22% en 2014. La Argentina ha pasado de ser el 2º socio de Brasil al 5º puesto.

La apertura a China en marcha  implicará una aceleración del proceso de primarización de la economía. Desde 1990 la participación de los productos primarios y manufacturas derivadas de recursos naturales en las exportaciones a China ha pasado del 78% (1990) al 94% (2007) y al 96% en 2013. La importación de trenes, repuestos y mantenimiento durante los próximos 30 años que concretó china, representa una disminución de 80.000 puestos de trabajo local. La estación experimental china ubicada en Neuquén sin acuerdo parlamentario, que restringe el acceso exclusivamente al personal chino que utiliza para estudios opacos, sospechados de poner en riesgo nuestras actuales alianzas continentales, no es un buen antecedente.

La Patagonia ha sido referida desde el siglo XV como tierra de Gigantes y Dragones, tal esa metáfora aludía proféticamente a sus actuales pretendientes. Será tarea de la actual dirigencia velar porque la parte del dragón, no termine siendo la parte del león.

Lic. Javier García Guerrero.
Ex Profesor Titular Ordinario de Política y Desarrollo Agroindustrial de la Universidad Nacional de San Martín.