Falta la moto de agua ● ADN

El título es una ironía, permitida sólo para representar que en el gobierno provincial hay problemas. La intención de la compra de un Audi nuevo para uso del gobernador, luego de las críticas que el justicialismo hiciera al radical Miguel Saiz, por su estilo desaprensivo, es una señal que preocupa.

La adquisición del vehículo alemán de alta gama se paró, según se informó oficialmente, lo que no se explica es su publicación en el boletín oficial que generaría una reacción adversa en el marco de la actual escasez de recursos, que derivará inexorablemente en ajustes en servicios básicos del Estado, como educación y salud, además de la paralización de la obra pública provincial.

El punto de discusión no es si el gobernador tiene derecho a tener un vehículo cero kilómetro, seguro y cómodo para viajar en funciones oficiales. No digamos veloz porque sería alentar a que se transgredan las normas de tránsito sobre la velocidad máxima en rutas, que no supera los 120 kilómetros cuando el Audi desarrolla casi el doble de lo permitido.

El tema es dar señales de austeridad y responsabilidad cuando el discurso oficial del actual gobierno fue marcar sus diferencias respecto de la gestión anterior del radicalismo. Hasta ahora nada indica que es así, por eso la ironía del título de la nota: falta la moto de agua.

Weretilneck formuló declaraciones a la prensa, al iniciarse el 2014, donde sinceró la situación de la economía rionegrina, frente a un ministro del área que demostró estar superado en el cargo y que en su gestión flameaba la bandera del superávit, la eficiencia en la asignación de recursos y el control del gasto.

El gobernador dio por tierra con este discurso y anunció a los rionegrinos que se transitará desde el Estado en una economía de restricciones.
Siempre es mejor decir la verdad, la sinceridad es una virtud. Ahora resta actuar en consecuencia.

El ajuste ya comenzó y se alerta desde los gremios estatales que el futuro traerá recuerdos del pasado, incluso Bautista Mendioroz, presidente del bloque de la oposición, se refirió a los problemas que habrá en las obligaciones vitales del Estado. El radical conoce de bolsillos flacos en sus propias experiencias en el gobierno.

Faltan las señales desde el gobierno y se espera que esta semana cuando regrese el gobernador anuncie las medidas de contención de gastos. Algunas dudas: son necesarios tantos funcionarios, seguirán los megasueldos y los gastos de alquiler (sin límite para algunos), movilidad y telefonía.

Se para la obra pública que da origen a un ministerio; existe una secretaría de empresas públicas, que aún no se le encuentra justificación y donde las empresas del Estado mantienen generosos organigramas de gerencias, subgerencias y directores.

Reiteramos lo que ya es una verdad de Perogrullo. A la administración le falta gestión, no hay programa de gobierno ni planificación. Para los funcionarios actuar es un compromiso porque le temen al error y lo que es peor aún le temen a ser desautorizados en el marco de una interna gubernamental que no solo no cesa sino que va en aumento.

En esto asoma con claridad un duro enfrentamiento que para algunos peligrosamente reedita la pelea dentro del peronismo de los 70, donde un sector del gobierno apuntaría a dos ministros enrolados en la izquierda peronista, Obras Públicas y Desarrollo Social.

Un tema a resolver, nada fácil para Weretilneck, quien además tendrá que acostumbrarse este año a una efervescencia mayor de la interna en el gobierno y en sus socios justicialistas. Se pronostican nuevos realineamientos y discusiones propias de las políticas domésticas que impactarán en la gestión gubernamental.

Esta interna saldrá cada día con más fuerza a la superficie y exigirá una mayor responsabilidad de parte de Weretilneck y también de Miguel Pichetto, que si bien está ocupado en los movimientos nacionales no descuida la realidad rionegrina.

Las PASO serán una realidad y es el único camino que tiene el gobernador para pretender repetir en la gestión, pero estas internas abiertas, simultáneas y obligatorias también permiten abrir el camino a otras expresiones que luego juegan con algo de poder residual derivado de las urnas.

Este esquema obliga a mirar hacia General Roca, porque Martín Soria es la piedra en el zapato. A pesar de que el intendente roquense lo niegue tendría decidido su acompañamiento a Sergio Massa y saltar fuera del campo Weretilneck-Pichetto. Así lo explica a sus íntimos

Por de pronto no desperdicia oportunidad para criticar a ambos, en su tono destemplado y altisonante. Hay una fractura que el tiempo dirá si es superada, porque como dijera el senador nacional: “unidos somos indestructibles”, o sea que divididos pueden ser derrotados.

Alberto Weretilneck termina sus vacaciones y se esperan novedades en el gobierno, pero con la salvedad de los tiempos y estilos del gobernador y es probable que de todo lo que se habla y pronostica en voz baja en círculos del gobierno y del justicialismo poco se concrete o tenga un tiempo de espera.