Confirman cárcel para anciano que abusó de una nena, amiga de su nieto

Viedma (ADN).- El Superior Tribunal de Justicia confirmó este mes la sentencia que dictó la sala B de la Cámara en lo Criminal de Viedma el 7 de febrero pasado que condenó a la cárcel a un sujeto de 73 años por el delito de abuso sexual simple, del que fue víctima una menor de 7 años, amiguita de uno de sus nietos.Antonio Di Fabio fue sentenciado a dos años de prisión efectiva, por considerárselo autor penalmente responsable del delito de abuso sexual simple, pero se unificó tal condena con la de tres años de prisión en suspenso por el delito de abuso sexual simple en calidad de continuado, dictada por la Sala A de la misma Cámara, el 15 de noviembre de 2010, en la pena única de cuatro años y seis meses de prisión.

El Tribunal viedmense dio por acreditado que en Viedma, entre el 13 y 14 de noviembre de 2009, el imputado habría besado en la boca a la niña.

Según constancias judiciales, la versión de descargo aportada por el acusado señaló que la presencia de la menor en su casa se debía a un acontecimiento social al que había sido invitada -un asado- y mencionó a las personas que lo acompañaban en ese momento.

Por su parte, la defensa sostuvo que los dichos del acusado resultaron corroborados por quienes lo acompañaban (su nuera, su pareja y su hijo), en el sentido de que el imputado nunca estuvo solo en el quincho de la casa. En este sentido, sostuvo que “la cantidad de personas que se encontraban en el lugar al momento de la presunta comisión del hecho hace muy difícil pensar en un escenario propicio para un ataque sexual y que ninguno de los niños vio nada”.

Contrariamente a lo sostenido por la defensa y en concordancia con lo establecido por Tribunal, el juez Sergio Barotto explicó que luego de observar la declaración de la menor mediante el sistema de cámara Gesell advirtió que ella siempre relató la existencia de dos besos, separados temporalmente uno del otro, y su comunicación del hecho al nieto del imputado fuera de la casa, quien no le creyó.

Asimismo dio detalles contextuales del lugar -ocurrió en el garage, mientras la persona llamada C. se encontraba en la cocina- e hizo gestos para graficar el modo en que el imputado le agarró la cara para traerla hacia sí. Explicó también que el beso fue largo, en la boca, que ella le dijo “¡Pará!”, y que el segundo beso fue similar”.

Para Barotto, la conclusión del Tribunal juzgador encuentra también corroboración en el informe realizado por la perito psicóloga que condujo la entrevista, donde se sostiene que la víctima se desempeñó con un lenguaje fluido y pertinente, fue espontánea y coherente al comentar los episodios de abuso, dio todos los datos que se le solicitaron y evidenció buena capacidad evocativa.

Allí consta también que la menor pudo contextualizar los dos episodios de abuso en espacios y tiempos definidos, dio una idea sobre cuál fue su actitud e identificó sentimientos e interacciones verbales que habría mantenido con los amigos a quienes le contó lo ocurrido, todo con correlato emocional acorde con lo relatado”.(ADN)