Otro miércoles de represión a jubilados y fotógrafos

(ADN).- Como cada miércoles, jubilados y jubiladas marcharon frente al Congreso para reclamar un aumento en los haberes, la restitución de los medicamentos gratuitos del PAMI y contra el veto del presidente Javier Milei a la ley que establecía un incremento en los ingresos del sector.
La zona estuvo colmada de efectivos de Gendarmería, Policía Federal y Policía de Seguridad Aeroportuaria que, una vez más, reprimieron a los manifestantes, aplicando el violento protocolo antipiquetes de la ministra Patricia Bullrich.
“Otra vez, como siempre mucha policía y mucha represión. (Javier) Milei escuchó a (José) García Cuerva el domingo en el día de la patria, donde todos agitamos la banderita. Le dijo: ‘No es la represión, es el diálogo’. A ver si entienden… Pero parece que no, ahí andan reprimiendo”, protestó el padre “Paco” Olveira, que nuevamente se hizo presente en el Congreso para acompañar a los jubilados.
«¿Qué vienen a hacer? A pegarle a los viejos. Yo no tengo miedo, miedo tienen que tener ellos de nosotros, porque nosotros vamos a seguir viniendo porque es un derecho que tenemos que seguir luchando. Y sino que me enseñen cómo vivimos con $300.000 por mes», dijo indignada Ana María Tapia, integrante del colectivo Jubilados Insurgentes.
«Yo no vengo a luchar solo por mi, porque yo todavía tengo mi casa y todavía como. ¿Pero saben la cantidad de compañeros que hay que no tienen casa, que no comen y que la están pasando muy mal? Compañeros muy enfermos que ni siquiera tienen ya el derecho a su medicamento que ya lo tenían logrado, era un derecho nuestro…», lamentó Tapia en diálogo con C5N.
A unos metros de Tapia, otra jubilada que se acercó a reclamar por sus derechos frente al Congreso convocó al pueblo a salir a las calles en unidad y condenó «el salvajismo que despliega Bullrich contra los jubilados y jubiladas», así como el hecho que «ya no perdonan a nadie: van contra los camarógrafos, contra los reporteros, contra los curas».
Marchar, añadió otra jubilada a su lado, «es una manera de resistir el desastre que están produciendo en nuestro sector social y en realidad en toda la clase trabajadora».
«Nuestra situación es extrema y por eso no podemos bajar las banderas, no podemos dejar de venir porque no cambia nada sino para peor. Arriesgamos nuestro cuerpo, nuestra integridad, muy convencidos de que solamente en la calle y luchando se pueden conseguir mejoras», remarcó.
Nueva represión a trabajadores de prensa
Los gases de la policía volvieron a tener como objetivo a los trabajadores de prensa. Uno de ellos es Antonio Becerra, el fotógrafo de Tiempo Argentino que el mes pasado tuvo un encontronazo con el asesor presidencial Santiago Caputo cuando cubría la previa del debate televisivo de candidatos a legisladores porteños.
La semana pasada, los trabajadores La Nación+ Pablo Corso y Diego Pérez Mendoza fueron heridos y a la cronista Lula González, de El Destape, la gasearon y golpearon en la cabeza con una tonfa. Además, detuvieron a los fotógrafos Javier Iglesias y Tomás Cuesta, que trabaja para la agencia francesa AFP y que fue liberado horas después por pedido de la fiscal Malena Mercurial. A la reportera gráfica Mariana Nadelcu le rompieron la cámara con la que registraba la represión. Mientras tanto, Iglesias junto a Leandro Nahuel Cruzado y Pablo Daniel Luna fueron trasladados a la alcaidía de la Superintendencia de Investigaciones Federales en Madariaga al 6900.
El 12 de marzo, las fuerzas de seguridad hirieron al fotoreportero Pablo Grillo, que recibió el impacto de un cartucho de gas en la cabeza. La semana pasada, el joven fue operado una vez más en el Hospital Ramos Mejía por un cuadro de hidrocefalia.