Ingenieros suman reclamos en materia de seguridad hídrica

(ADN).- La Academia Nacional de Ingenieros le hizo una propuesta al ministro de Economía, Luis Caputo, para financiar las obras que contengan las crecidas extremas del río Neuquén. La advertencia es que una potencial inundación afectaría a la industria de Vaca Muerta, la actividad fructícola y distintas localidades de la región del Comahue que integran Río Negro y Neuquén.

Esta solicitud se suma al reclamo que viene desarrollando el bloque rionegrino de la CC-ARI, que impulsó proyectos en la Legislatura provincial y el Congreso nacional, solicitando al Poder Ejecutivo dar cumplimiento a un fallo de la Corte Suprema, instado la construcción del Aprovechamiento Multipropósito Chihuido I, y que se abstenga de disolver el Organismo Regulador de Seguridad de Presas (ORSEP).

Nicolás Gallo, ingeniero de la Academia y ex ministro de Infraestructura y Vivienda de la Nación, compartió su análisis sobre las crecidas, el impacto que tendría en la región del Comahue y las alternativas que se podrían evaluar para financiar a Chihuido I en una entrevista con Modo Shale por Radio Mitre Patagonia. La propuesta es que la comunidad y sectores económicos afectados sean quienes financien a través de un modelo de contribuciones.

«Enviamos una nota al ministro de Economía, con copia a la Secretaría de Energía, con una intención absolutamente constructiva. Sabemos que la decisión del gobierno nacional tiene un objetivo central que es el de suprimir todo déficit y así le ha puesto un límite al gasto o inversión en obra pública. Entonces hay que buscar otro financiamiento y uno se pone a pensar al revés: ¿A quién beneficia la obra pública? Algunas benefician al total del país, pero la mayor parte benefician a los sectores que están más cerca, la población más cercana», señaló Gallo.

«¿Quién sería beneficiado por una obra que garantice que no va a haber destrucción aguas abajo? Uno de ellos es un caso clarísimo, no directo, pero sí asociado de todo lo que hay en Vaca Muerta porque la primera localidad que se vería afectada por una crecida sería Añelo. Significa que se cortan los servicios a Vaca Muerta», expresó en el contacto con la radio.

Luego, toda la producción frutícola del Alto Valle e incluso central hidroeléctrica de Planicie Banderita que quedaría inundada e inutilizada. A esto habría que sumar los servicios urbanos en general que serían afectados en forma directa en un escenario de catástrofe.

«El río Neuquén se complementa río y mar, tiene las dos ofertas de agua, y cuando se combinan las dos, se produce esa posibilidad de la creciente máxima probable», apuntó el referente de la Academia de Ingenieros. «La probabilidad de ese desastre existe. Y uno no puede decir que es una probabilidad. Las probabilidades son las que pueden existir», agregó.

«En 2006, en el caso de Neuquén, se produjo un acontecimiento peligrosísimo donde el río Neuquén, con una crecida importante que casi supera la cuota del dique Portezuelo Grande», dijo. Y añadió: «en la década del 50, Agua y Energía lo venía estudiando, después aparece un ingeniero francés cuando desarrolla el anteproyecto del Chocón-Cerros Colorados que llamó la atención sobre la peligrosidad del río Neuquén y la necesidad de contribuir a que se modifique este riesgo».