Marcha en Plaza San Martín por la Memoria y la Verdad

(ADN). – Una vez más, como todos los 24 de Marzo, la plaza San Martín de Viedma, fue el centro de encuentro viedmense para recordar un nuevo aniversario del golpe cívico, militar y eclesiástico de 1976, organizado por organizaciones de derechos humanos y organizaciones sociales.

Se cumplió la ronda en torno al monumento al General San Martín, y en horas de la mañana tuvo lugar la pintada de los pañuelos en el lugar en homenaje a las Madres de Plaza de Mayo. También se desarrolló un acto en la Casona de los Derechos Humanos, en costanera y boulevard Ituzangó.

En el acto central, que contó con numeroso asistentes, se dio lectura a la Carta del 24 de Marzo, que suscribieron: la Asociación de Familiares y Víctimas del Terrorismo de Estado de Rio Negro; Red por la Identidad de la Comarca Viedma-Patagones; Costurero de Memorias; Asociación de Reporteros Gráficos ARGRA; Comite Estudiantil Viedmense; SUTEBA; Instituto Superior de Formación Docente y Técnica N° 25; Escuela de Arte Alices Biagetti; Radio Encuentro y EnTV; Frente Patria Grande; Movimiento de trabajadores Excluidos -MTE; Irrompibles/Tercer movimiento.

El documento

Una vez más nos encontramos en esta plaza, a 47 años del golpe cívico, militar y eclesiástico de 1976, y en un año especial que conmemora 40 años ininterrumpidos de democracia en la Argentina. Volvemos a reunirnos como cada 24 de marzo como ejercicio de Memoria, en la búsqueda permanente de la Verdad y con el reclamo inclaudicable de Justicia.

A 40 años de recuperada la democracia, en esta plaza y en cada una de las plazas del país, el pueblo expresa las conquistas y derechos alcanzados producto de las movilizaciones colectivas. La democracia debe ser defendida día a día para que, como pueblos, nunca más vivamos procesos dictatoriales, para que nunca más tengamos un país sin las garantías que supone un estado de derecho.

Es el pueblo el que ejerce y defiende la democracia. Ha sido la organización de lxs trabajadores y trabajadoras, de lxs estudiantes, la organización de las Madres, las Abuelas, lxs HIJXS, quienes han puesto el cuerpo a las arduas luchas políticas y simbólicas, sosteniendo los valores, consensos y principios para el ejercicio de nuestros derechos.

Un intento de magnicidio, un intento de proscripción, el sostenimiento de un plan económico de endeudamiento, la violencia simbólica de los medios masivos de comunicación, el discurso irresponsable de algunos y algunas dirigentes que avalan el negacionismo y promueven la violencia, el partido judicial operando tendenciosamente, son parte del entramado que pone en tensión y atenta contra el pacto democrático construido en estos 40 años. No lo vamos a permitir.

Sabemos que hay deudas pendientes y esas son hoy nuestras luchas.

Es urgente democratizar el Poder Judicial para terminar con esa élite de unos pocos, esa corporación inamovible, colmada de privilegios, patriarcal, sexista y clasista, cómplice de la persecución y armado de causas contra militantes sindicales y opositores políticos. Jueces y juezas que han dejado impune el crimen de Atahualpa Martínez Vinaya y el de Santiago Maldonado, por solo nombrar dos de tantos.

Un poder judicial que se ha dedicado gran parte de estos 40 años de democracia a dilatar los juzgamientos a los genocidas y sus cómplices, a beneficiarlos con prisiones domiciliarias y darles tiempo para que la impunidad biológica sea la que defina.

Una Corte que se toma cinco años para hacer efectiva la condena a los asesinos y desaparecedores del trabajador rural, Daniel Solano, que, como se hizo público en el día de ayer, no cumplirán sus condenas en una cárcel común. Al igual que los genocidas gozarán de privilegios. Basta de impunidad.

Es la misma Corte que intentó implantar el 2×1 para los genocidas la que hoy condiciona gravemente el sistema político vulnerando nuestra democracia. Es urgente una Corte Suprema amplia, democrática, de cara al pueblo y con perspectiva de género.

Debemos continuar con la visibilización y búsqueda de reparación a las mujeres, quienes sufrieron un particular ensañamiento. Debemos pujar por recuperar la memoria del colectivo LGTBIQ+ y que sean juzgados los crímenes cometidos contra las personas por su orientación sexual e identidad de género autopercibida. Es urgente que se incluyan en la memoria colectiva y el pedido de justicia. La represión dejó marcas e historias múltiples y la reparación es para todes.

También son deudas pendientes de nuestra democracia, porque son muchos los derechos que aún se ven vulnerados: el acceso a la tierra y vivienda digna, al trabajo, a la igualdad de oportunidades, la eliminación de la pobreza, de la indigencia. 

Decimos NO a la extranjerización y entrega de nuestros territorios y recursos naturales. Es urgente atender las demandas legítimas de las comunidades originarias en el reclamo de sus territorios ancestrales, exigimos el cese del hostigamiento y  la persecución. Que se retire el Comando Unificado de Fuerzas Federales de nuestra región.

Aún queda mucho para alcanzar la justicia social por la que lucharon y militaron nuestros compañeros y compañeras detenidxs-desaparecidxs. Sus banderas de ayer son las nuestras así como las nuevas banderas son luchas que se suman, todas con un horizonte en común: una sociedad que nos incluya a todxs. 

La violencia machista y transfóbica, los femicidios y la desigualdad de género y diversidades; los efectos de la política extractivista; los tratos crueles, inhumanos y degradantes en los espacios de encierro; la violencia institucional; los discursos de odio, son algunas de las deudas pendiente que tenemos como sociedad.

Finalmente, recordar a Hebe de Bonafini, a Delia Giovanola, Antonia Iraola, entre tantas Madres y Abuelas que en este tiempo nos han dejado. Mujeres que dedicaron su vida a la búsqueda de sus hijos e hijas, de sus nietos y nietas, que fueron marcaron a lo largo de estos 47 años un camino de lucha, que fueron escribiendo la historia. No seríamos nosotres sin ellas, son las Madres de todxs.

Por todo esto, este 24 de marzo, en esta plaza, como año tras año, exigimos:

  • Conocer la verdad de lo sucedido, que nos digan dónde están los cuerpos de nuestros familiares, compañeros y compañeras desaparecidxs, que se terminen los pactos de silencio de los genocidas y sus cómplices.
  • Que cada uno de los nietos y nietas de las Abuelas conozcan su verdadero orígen y puedan abrazarse con sus familias que los buscan y esperan desde hace más de cuarenta años.
  • Aparición con vida de Jorge Julio López.
  • Juicio y castigo a los genocidas que aún faltan juzgar, que el poder judicial deje de retrasar los procesos judiciales.
  • Cárcel común y efectiva, las domiciliarias son impunidad.
  • Una ley que prohíba el Negacionismo, la defensa del genocidio y el Terrorismo de Estado.
  • Políticas institucionales de Memoria para que los pibes y pibas de las nuevas generaciones conozcan lo sucedido durante esos años y se garantice una formación con perspectiva en derechos humanos.
  • Repudiamos las violencias institucionales y exigimos al Estado en todas sus escalas: sanciones para quienes cometan hechos de violencia y abusos de autoridad, así como también políticas públicas de protección para las víctimas y sus familias.
  • Que las fuerzas de seguridad se formen bajo el paradigma de los derechos humanos.
  • Basta de femicidios y desigualdad. Ni una menos. Necesitamos Justicia con perspectiva de género.
  • Por tierra, techo y trabajo para todos y todas. No a la criminalización de la protesta y las luchas populares.
  • Soberanía territorial. Le decimos NO a la extranjerización de tierras y a la persecución y hostigamiento a las comunidades originarias. Exigimos la libertad de las compañeras mapuches y sus niñeces.
  • Las Islas Malvinas y el Lago Escondido fueron, son y serán territorio argentino.
  • Libertad a los presos y presas políticas. Libertad a Milagro Sala.
  • Cárcel común para los asesinos de Daniel Solano. Justicia por Atahualpa Martinez Vinaya y ¿Dónde está Tehuel? En sus nombres y sus historias, todxs lxs asesinados y asesinadas, los desaparecidos y desaparecidas de la democracia. Dijimos Nunca