¿A dónde mira el peronismo? ADN

El peronismo rionegrino camina lento y silencioso al enfrentamiento interno. Su propia heterogeneidad avala la competencia de actores que bregan por protagonismo. Las razones más profundas de los conflictos internos, ya no se debaten exclusivamente en las ideas sino en la lucha entre sectores por su hegemonía y proyectos personales.

Nada nuevo. Vale preguntarse cuánto queda de aquel ideario de 1945, que tenía un sólo objetivo: «la felicidad del pueblo» ¿Quién representa hoy a ese peronismo en la provincia?

Ya nadie disimula esta realidad. Sorismo y doñatismo están cada vez más distantes y hay posiciones irreductibles. “Me siento ofendido por María Emilia Soria cuando dijo en San Antonio que los intendentes nos arrastramos para salvarnos”, confió un jefe comunal enrolado en las filas del senador Martín Doñate, y agregó que “todavía no recibimos una disculpa”. Un ejemplo claro de la división, y si le faltaba algo de pimienta a estas declaraciones, indicó que “es una falta de respeto, a nosotros nadie nos regaló nada, lo que somos no lo heredamos de nadie”. Más claro…

Así están las cosas. Doñate estuvo de gira en la provincia, por el Valle Medio y Conesa, donde además de sus obligaciones institucionales, se reunió con intendentes, legisladores, concejales y dirigentes del sector. El mensaje que quedó fue preciso: “hay que construir un frente electoral amplio con todos”.

Esto, según algunas fuentes consultadas, se traduce de la siguiente manera: fortalecer al PJ con una amplia convocatoria sin restricciones y luego ir a un frente electoral aunando la mayor cantidad expresiones políticas. Por supuesto que en este propósito está la posibilidad de un acuerdo con Juntos Somos Río Negro.

No escapa además que esta convocatoria se hace desde un sector que tiene mayoría de representantes en la mesa del Consejo Provincial, con apoyo incondicional de los intendentes de Conesa, Lamarque, Chichinales, Cervantes, Godoy, Cinco Saltos y Belisle.

Se estima que esta semana podría haber una convocatoria a la mesa del Consejo del PJ, donde se votaría -por mayoría- a Sergio Hernández, jefe comunal de Lamarque como nuevo presidente del partido ante la renuncia de Alejandra Mas.

Hernández tendrá como tarea principal militar la construcción de este frente amplio con todos los sectores, trabajando el consenso con las unidades básicas de la provincia.

Mientras tanto el sorismo asienta sus reales en el bloque de legisladores, un espacio de poder menguado desde el inicio de la gestión, donde ya perdió cuatro legisladores en favor del Frente Renovador, y no sería novedad que hubiera otras deserciones.

Tampoco fue neutro a esta división interna, al acto realizado en Bariloche la semana pasada con la excusa de Día del Padre, donde la senadora Silvina García Larraburu, la legisladora María Eugenia Martini y la intendenta de Roca, María Emilia Soria, plantaron con firmeza la posición de este sector, frente al doñatismo.

El antecedente estuvo en San Antonio Oeste cuando se convocaron con un mensaje excluyente: “el peronismo no se entrega” y no “somos furgón de cola de nadie”. Advertencia ante cualquier acuerdo con Juntos.

El sorismo no da señales sobre quien podría ser el candidato a gobernador del espacio, porque tampoco lo es Gustavo Casas, que pretende contar con apoyos sin exclusiones.

Posiciones irreductibles que no son nuevas, que estaban maquilladas y que hicieron eclosión con el resultado de las elecciones nacionales, responsabilizando a Doñate.

Viejos enconos. “No vamos a seguir con gente con la que no estamos de acuerdo” reflexionó un dirigente que acompaña al Senador, y amplió: “chocaron al peronismo, porque en el 2019 no nos enfrentamos a nadie”. Recordó que Martín Soria, ministro nacional “no abrió una sola puerta en el gobierno, ni un ventiluz, para ayudar a los intendentes”.

En contrario, los intendentes justicialistas reconocen el acompañamiento del senador Martín Doñate en las gestiones oficiales ante al gobierno nacional, tanto en la ejecución de obras como en aportes económicos.

Este punto pareciera ser clave. Los jefes comunales necesitan de aportes provinciales y nacionales para gobernar y mantienen una lógica política de funcionamiento distinta a los legisladores y otros dirigentes de la super estructura. Esta demanda la canaliza Doñate.

Sería ingenuo analizar la situación del peronismo rionegrino sin tener en cuenta como se mueven los espacios nacionales. Por el momento hay sectores en torno al presidente Alberto Fernández, otros con Cristina Fernández y un tercer, con Sergio Massa.

Este escenario hoy se replica en Río Negro. Hay señales que no son neutras: El Movimiento Evita presentó papeles para su inscripción en la provincia como “Partido Por Todo” y se da en el marco del apoyo nacional que sus dirigentes Emilio Pérsico y Fernando “Chino” Navarro, manifestaron al presidente de la Nación.

Por su lado el Frente Renovador, en su alianza con el partido Fe, tiene un instrumento provincial para competir electoralmente por la gobernación y convoca para Massa.

Unidad Ciudadana, que lidera Cristina Fernández, es un partido adonde confluyen, entre otros, Kolina, Nuevo Encuentro, Partido para la Victoria y el Frente Grande, y cuenta con diversas expresiones de adhesión y representantes institucionales como es el caso del propio Martín Doñate.

Estos espacios, demás, integran el Frente de Todos y es probable que recurran a las PASO a dirimir candidaturas.

Por estas playas nada es ajeno al reflejo nacional, que como siempre sucedió terminará definiendo las políticas locales.