Pragmatismo. ADN

Bajo el lema “oponerse a todo lo que perjudique a la provincia y apoyar las medidas que beneficien”, Alberto Weretilneck le marca el paso a Juntos Somos Río Negro. Los principios de la política se conducen por el interés provincial, donde el pragmatismo tiene que ver con la acción y no con la ideología.

La teoría pragmática desarrollada por el florentino Nicolás Maquiavelo, en el renacimiento italiano, pone el acento en la maleabilidad de la “naturaleza” humana, en la conquista y permanencia del poder.

El pragmatismo en la política también va de la mano con “el aquí y ahora”, o sea aprovechar el momento y las circunstancias favorables. Condiciones objetivas propias derivadas de la última elección nacional de octubre. Ese triunfo permite “cobrar”.

En este marco se desarrolla hoy la relación entre Río Negro con el gobierno nacional. El freno que impuso la oposición neoliberal en la Cámara de Diputados de la Nación, al Presupuesto formulado por la administración de Alberto Fernández, dio el marco a un escenario que si bien era previsible se adelantó en los tiempos.

La estrategia del gobierno del FdT puso en valor la idea de trabajar en sintonía con los gobiernos provinciales, perjudicados directos por la falta de la asignación de recursos nacionales y principalmente en la obra pública. Una alianza donde senadores y diputados juegan un rol importante cuando los votos en el Congreso se cuentan de a uno.

La foto de esta semana de Alberto Weretilneck con Martín Doñate y el ministro de Interior Wado de Pedro, anunciando los trabajos de repavimentación de las rutas provinciales 6 y 8, tienen que ver con esta línea pletórica de pragmatismo. Los representantes rionegrinos -al igual que los neuquinos y misioneros- son poseedores de un voto que cotiza en alza.

La debilidad del gobierno en las dos cámaras del Congreso obliga a buscar en Weretilneck y los diputados Luis Di Giacomo y Agustín Domingo, de Juntos Somos Río Negro, el apoyo para votar leyes (como fue con el tributo a los bienes personales) que permitan sortear la oposición férrea de radicales, macristas y libertarios, porque se aumenta el valor del impuesto a los bienes en el exterior.

En este juego Weretilneck hace gala de su conocido pragmatismo y hacer valer su poder, en el aquí y el ahora. La relación institucional con la Casa Rosada y ministerios nacionales la ejerce la gobernadora Arabela Carreras, pero el senador conduce las negociaciones políticas en una aceitada relación insoslayable con Cristina Fernández, en la cámara alta del parlamento nacional.

Juntos se encolumna ante esta estrategia y nadie protesta, aunque a muchos de estirpe antiperonista les molesta y se quejan en voz baja. Hay quisquillosos a quienes no les gusta esa cercanía. En este análisis adquiere importancia la reunión que el intendente de San Antonio, Adrián Casadei, pidió al Jefe de Gobierno de CABA, Horacio Rodríguez Larreta. Una señal y un gesto que traen a la memoria como se dividieron los votos en ese municipio marítimo, en la elección nacional de octubre, donde JSRN ganó en SAO y JxC ganó en Las Grutas, donde es delegado municipal Nicolás Carassale, ex funcionario de Mauricio Macri. Los huevos en dos canastas.

Los acuerdos con las provincias y sus diputados y senadores será una constante en los próximos dos años. Esta situación también obliga a un replanteo del FdT en la provincia y su relación con el gobierno que conduce Carreras. El peronismo rionegrino y sus aliados están obligados a acompañar esta estrategia, que tiene antecedentes en la memoria colectiva como fueron las buenas relaciones de gobiernos provinciales radicales con administraciones peronistas del gobierno nacional.

Amigos en Buenos Aires y adversarios electorales en Río Negro, una ecuación que deja a Juntos por el Cambio el espacio antiperonista provincial.

Atento a cualquier sorpresa, también Alberto Weretilneck teje futuras alianzas electorales con un sector del radicalismo, en la necesidad de frenar un avance de Aníbal Tortoriello.

Mañana, la gobernadora Arabela Carreras, junto con la mayoría de los gobernadores, participará de un encuentro con el presidente Alberto Fernández, donde se anunciarían nuevas políticas fiscales para darle a las provincias la facultad de fijar tributos que generen ingresos que hoy Nación no puede garantizar ante la falta de presupuesto nacional.

Habrá que conocer los detalles de este anuncio ya que, en Río Negro, no son tanto los nichos de recaudación para explorar. Será un desafío para Luis Vaisberg y su equipo en fijar nuevas políticas tributarias. El terreno a explotar es limitado donde a pocos le sobra algo. Por eso, y por ahora, la foto que se producirá en la Casa Rosada es más un mensaje a la oposición.

Rio Negro tendrá obras y un trato preferencial en algunos tópicos. Sigue en pie el proyecto de Hidrógeno Verde en Sierra Grande y otras obras como las rutas nacionales y de saneamiento, y garantizar la terminación del paquete del Plan Castello.

Este escenario que montó la oposición al negarle al gobierno nacional la aprobación del presupuesto para funcionar, podría ser un boomerang para la coalición neoliberal, con el acercamiento de las provincias a la Casa Rosada y la revalorización de los partidos provinciales con sus representantes en el Congreso de la Nación.

Pragmatismo puro.