Un camino de espinas. ADN
Hasta ahora sólo un trascendido. Martín Doñate analizaría lanzarse como candidato a diputado nacional para las elecciones de octubre. Falta mucho, pero lo piensa y nada se descarta. Esta decisión está atada a definiciones que se tomen por fuera del FdT.
¿Qué significa? Esperar a conocer los nombres que postulará JSRN y JxC para jugar su candidatura. Esto es, «la confirmación llegará a último momento».
Doñate dio una señal clara de vocación de poder, que corrige preconceptos sobre el senador. Arriesga fichas en el tablero con miras a un deseo superior: quiere ser gobernador de Río Negro. Se coloca por encima de su actual rol y manda un mensaje claro: “juego para ganar”. No es Pichetto.
Cuando se anuncia que Martín Soria deja su banca en Diputados y que asumirá en el Ministerio de Justicia de la Nación, el sorismo volvió a sonreír. De capa caída, en minoría en el bloque de legisladores del FdT y en otros espacios se envalentó y tomó coraje, no son muchos, pero son ruidosos, acostumbrados a hacer política “a los empujones” y a las roscas conspirativas.
No tiene capacidad de fuego, pero mandará señales permanentes: “Acá estamos, atrincherados en un circuito de importante peso electoral en la provincia”.
Pero la jugada de Doñate ordena hacia adentro, aglutina y con otro beneficio: resuelve la búsqueda del candidato o candidata a la Cámara de Diputados, sin roces internos o con menos.
El senador hizo consultas y chequea al interior del peronismo. Recorre la provincia y convocó a los intendentes a Buenos Aires, en un tour de dos días donde fueron recibidos por seis ministros nacionales.
Muchos criticarán el ámbito nacional para nominar al candidato de Río Negro, pero la realidad es que desde 1987 hasta la fecha siempre hubo un “dedo con aval de Buenos Aires”. En 1983 lo eligió Mario Franco, con suficiente autoridad en el peronismo para decidir por sí solo. Todos los que fueron beneficiados con un traslado a la Plaza del Congreso –salvo Pichetto- volvieron a sus casas y concluyeron su carrera política.
¿Qué números analiza el FdT? en las elecciones nacionales del 2015, Doñate (FpV) obtuvo el 57.74% y Sergio Wisky por Cambiemos, el 30.38%. A gobernador Weretilneck el 52.80%; Pichetto, 33.94; Odarda, 10.15 y Massaccesi, el 3.10%.
En el 2017, María Emilia Soria (FpV) alcanzó el 49.30% de los votos y Lorena Matzen, por Cambiemos, el 32.02%.
En el 2019, Martín Doñate ganó la senaduría con el 50.45% y Alberto Weretilneck, obtuvo el 45.52. En diputado nacionales Martín Soria alcanzó el 45.21% y Luis Di Giacomo 31.97.
Para la gobernación, Arabela Carreras ganó con el 52.63%; Martín Soria, el 34.97 y Lorena Matzen, 5.66%.
Se aceleran los tiempos. Este lapso hasta octubre también pone a funcionar la estrategia en Juntos Somos Río Negro que decidió pelear por un escaño en la Cámara Baja. Abroquelado y sin fisuras lucirá rozagante ante las elecciones.
El escenario opositor también ordena hacia adentro del oficialismo provincial que tiene dos niveles de conjunción con el gobierno nacional, que no estarán en peligro ante las elecciones de diputados, más bien contenidos en un acuerdo estratégico.
Por un lado la excelente vinculación desde la gestión, de Arabela Carreras con el presidente Alberto Fernández y todos sus ministros, que llegan a Río Negro con aportes y obras. La gobernadora “es propia tropa” desde lo institucional. Nada hará mellas en esa relación.
Por otro lado, la definición política de esta relación está contenida en el Senado y estructurada en base a un fuerte vínculo en la relación de Alberto Weretilneck con Cristina Fernández.
“En esencia hay políticas del gobierno nacional en que hay coincidencias” dijo a ADN el diputado nacional de JSRN Luis Di Giacomo: “nosotros nos plantamos en un lugar, que además de provincial, es productivista y desarrollista”. Toda una definición: no tan cerca y tampoco tan lejos.
Está claro que el gobierno nacional prefiere que Juntos sume una banca en Diputados, antes que el macrismo. De esta manera la sucesión de Lorena Matzen le interesa a JSRN y al FdT.
Falta una resolución con miras a octubre. ¿Habrá PASO? No es un tema menor, el gobierno insiste en su realización pero las provincias se oponen. Siempre la solución son las listas únicas que evitar concurrir a las urnas. La definición última dependerá de las negociaciones y las condiciones sanitarias que imponga la pandemia.
Por su parte Juntos por el Cambio espera pescar en el fango de la polarización. Sumar el antiperonismo y hacer una campaña con críticas por igual a los gobiernos nacional y provincial.
No todo será fácil. Tendrá que superar la arremetida de la UCR, luego de las elecciones internas del 11 de abril, que va por todo. El primer candidato o candidata de JxC “será radical” es el reclamo.
El PRO juega a Aníbal Tortoriello y la CC ARI elegirá a mediados del mes que viene. La apuesta de la alianza será por las PASO. Caso contrario habrá “rebelión en la granja”, porque en Juntos por el Cambio a nivel nacional miran con buenos ojos al ex intendente de Cipolletti. Se apuran los tiempos y será difícil sacarle el tinte electoral al proceso que viene.