El aguinaldo, un frente político inesperado. ADN

Los gremios estatales ATE y UPCN reeditaron su histórica disputa a partir del anuncio del pago desdoblado de los aguinaldos. Esta vez eligieron llevar su escenario de batalla hacia el interior del oficialismo, que le generó al Gobierno un frente político inesperado.

El embate de ATE apuntó directamente a la gobernadora Arabela Carreras, a quien acusó de romper una tradición de ampliación de derechos que inauguró su antecesor Alberto Weretilneck. «Que vuelva Agustín Domingo» pidió Rodolfo Aguiar, una chicana que juega en los pliegues del poder.

Sobre ese concepto, los conducidos por Juan Carlos Scalesi respaldaron a Carreras, entendiendo la crisis económica que produjo la pandemia del Covid. «Se prioriza el pago del aguinaldo a los trabajadores que prestan servicios esenciales», valoraron. Y advirtieron «una campaña de ataques» (de los pechera verde, a quienes ubicó como aliados del Senador) a la mandataria.

Pero lejos de frenar ahí, el conflicto escaló. «Si quieren cómplices para ajustar, van a tener que llamar a viejos socios», expresó Aguiar y recordó que el año próximo hay elecciones intermedias.

No es la primera vez que Asociación de Trabajadores del Estado pone en jaque la relación con la gestión Carreras. Sin embargo nunca fue tan potente la crítica. Aún poniendo en contexto la situación nacional (ATE cuestiona al Presidente por pagar en cuotas el aguinaldo y UPCN acordó con el Gobierno), es llamativo que en Río Negro el rechazo sindical se transforme en una proclama política.

Las lecturas pueden ser: que Aguiar busca perfilarse como candidato a diputado nacional y diferenciarse del Gobierno en materia de defensa de derechos de los trabajadores e intenta cimentar una base electoral; o vincular su prédica a un reclamo interno (partidario) a la mandataria, una suerte de advertencia. Si así fuere, el exabrupto de Roxana Fernández cobra otra dimensión.

También puede vincularse la tensión sindical y la postura de ATE, como un llamado a apresurar la consolidación del Convenio Colectivo de Trabajo y diluir la Función Pública, donde por ley, UPCN sigue teniendo representación institucional y es parte del reparto de fondos estatales.

Lo cierto es que la postura de los gremios no produjo expresiones políticas del oficialismo, ni para avalar ni para desacreditar ambas posiciones. Sólo una foto de Arabela Carreras junto a su vice Alejandro Palmieri, (demostrando unidad) puede computarse como un gesto.

Un dato: Gobierno y gremios sabían que el aguinaldo se pagaría en cuotas. La gestión provincial conocía del crédito de 2.900 millones de pesos de Nación y siempre supo que, aún con ese desembolso, no era posible producir un cronograma de sueldos y SAC conjunto. En consecuencia, faltó cintura política. Laprida y Belgrano no pudo frenar un conflicto (gremial) evidente, y lo transformó en un problema político.

Para intentar morigerar el impacto del reclamo, el Gobierno anunció que el 82% de los estatales cobrará el aguinaldo completo. Creyó que con eso bastaba para detener las quejas.

El anuncio indica que en una sola cuota percibirán el medio aguinaldo los trabajadores que cobren hasta 30 mil pesos. Ergo, el 82% de los empleados públicos cobra por debajo de 60 mil pesos. La pregunta es… por qué ATE y UPCN no advirtieron ese dato, que es mucho más certero y complejo porque denota la licuación por inflación que sufrió el poder adquisitivo de los agentes del Estado.

La prédica sindical fastidió a sectores privados que hacen malabares para sostenerse en este clima económico desfavorable. Algunas economías (como el turismo) permanecen cerradas por el confinamiento determinado a partir de la circulación del coronavirus. «Viven fuera de la realidad» le dijo un empresario a esta agencia, en referencia a los reclamos gremiales.

En el Gobierno monitorean el conflicto y esperan que se diluya en el tiempo. Está concentrado en la lucha contra el Covid y la administración del Estado en emergencia. Pero sin dudas deberá tomar nota de lo que ocurrió. También, deberá conformar el equipo pospandemia. Hay desgaste. Y el diseño de la reactivación impone lucidez y frescura.

El mismo equipo de la trinchera no podría ocuparse del comando estratégico que deberá diseñar y conducir la etapa de la recuperación y el crecimiento.