Policías cipoleños con COVID: «no nos están cuidando»

(ADN).- «Nos encerraron y tiraron acá como perros». Así cuentan los tres agentes de la policía rionegrina cómo es el en aislamiento en la sede de la Escuela de Suboficiales en Cipolletti. «Pusieron unos colchones y pretenden que vivamos así. No nos están cuidando, ni a nosotros ni a nuestras familias”, cuestionaron.

La pandemia del coronavirus afecta de lleno a los trabajadores de servicios esenciales. La primera fase del contagio se dio en el personal de salud, ahora se detecta en quienes trabajan en seguridad. En ambos casos se aislaron trabajadores.

En el Alto Valle se produjo un aumento de casos, y muchos están en la policía. El aislamiento del personal, por caso, llevó al municipio de Roca a pedir más refuerzos.

Dos de los agentes cipoleños contagiados con coronavirus, están vinculados de forma directa al foco de contagios que se produjo en la Subcomisaría 82 de Las Perlas y se encontraban internados en el Policlínico Modelo. Sin embargo, como no presentan complicaciones de salud, se decidió trasladarlos al edificio ubicado en la esquina de Fernández Oro y Sáenz Peña. Allí se encontraron con otro compañero, perteneciente a la Brigada de Motoristas que se contagió al concurrir a la Subcomisaría 82 para arreglar un cuatriciclo, reveló LM de Cipolletti.

La escuela había sido acondicionada en marzo para recibir a los pacientes infectados o sospechosos sin complicaciones, y hasta el momento no había sido utilizada. Actualmente, el edificio está completamente vacío y solo lo resguarda un oficial de guardia. Los agentes aseguran que no hay asistencia sanitaria fija y reciben un llamado telefónico diario como forma de monitoreo.

“Dos de nosotros llegamos el viernes y ya había un compañero desde el jueves. No tenemos calefacción, agua caliente, ni duchas. Los baños tienen todas las ventanas rotas y no están limpios. Solo nos traen el almuerzo y la cena, la misma que se entrega a los pacientes del hospital. Nos dieron para comer un poco de puré y medio bife. No hay desayuno ni merienda, y nos dieron media tira de paracetamol por si tenemos fiebre. Ese es todo el cuidado y protección que nos ofrecieron”, cuestionaron los uniformados en diálogo con el diario.

Indicaron que lo más urgente y peligroso es la falta de calefacción, ya que podría provocar alguna afección respiratoria que agrave aún más la situación.

“Mientras estábamos en el Policlínico, nos atendían bien, estábamos cuidados. No entiendo por qué nos mandaron acá si todos tenemos obra social. Acá, si nos pasa algo, si alguno se complica, no se entera nadie. Somos pacientes con un virus que nadie sabe cómo afectará nuestra salud y debemos tener atención médica constante”, se quejaron los agentes. Entienden que ese lugar, con esas condiciones tan precarias, nunca podría haber sido habilitado por Salud.

Las familias

Agregaron que sus familias también están aisladas en sus casas por al menos dos semanas y que también se sienten abandonadas. “No pueden salir a ningún lado y no se acercó nadie a ofrecerles algún tipo de asistencia. Ni siquiera tienen a alguien que les compre un poco de pan. Solo reciben un llamado por teléfono todos los días preguntando si tienen síntomas, porque tampoco los quisieron hisopar. Ese es el monitoreo del que hablan. Pueden ser enfermos asintomáticos y nadie se entera”, comentaron.

El reclamo por hisopados es común, pero el protocolo de caso sospechoso no recomienda el análisis de COVID-19 si no se presentan síntomas.

Los uniformados aseguraron que ayer, ante sus reclamos, se acercaron al lugar autoridades de Salud y la Policía para conocer cuáles eran las necesidades. “Sentimos que esto es inhumano, ninguno de nosotros se contagió porque quiso. Lo ideal sería poder volver a la clínica porque allí nos sentíamos cuidados”, advirtieron.