Cambios en tiempos de pandemia. ADN

Arabela Carreras definió otro cambio en su Gabinete, el segundo desde su asunción. Nicolás Land deja el ministerio de Desarrollo Humano y en esa cartera -clave- desembarca un hombre de su extrema confianza, Juan José Deco, quien se desempeñó como Secretario General de la Gobernación. La modificación fue sorpresiva. Ningún Ministro ni dirigente de fuste en Juntos estaba anoticiado.

La información oficial indicó que la Gobernadora le aceptó la renuncia a Land, pero la dimisión del Ministro fue producto de un pedido de Carreas. Fuentes inobjetables aceptaron ante la consulta de esta agencia un «desgaste» del joven de Valle Medio que llegó a la cartera social en octubre de 2017, de la mano de Alberto Weretilneck. «Son etapas», indicaron.

La llegada de Deco al Ministerio es un avance del arabelismo, en términos políticos. Por eso, no es un dato menor hacia el interior de Juntos su reemplazo en la Secretaría General. «Me tomaré unos días para decidir», transmitió la Gobernadora.

El primer nombre que surgió fue el del legislador Daniel Sanguinetti, un dirigente de Bariloche muy cercano a Carreras. Fue su segundo en el Ministerio de Turismo. Por ahora, nada confirmado.

Pero si Sanguinetti se muda al Gabinete, la Gobernadora perdería alguien de extrema confianza en el Parlamento. Además, el barilochense ocupa la vicepresidencia segunda de la Legislatura, es decir, es el tercero en la línea de sucesión. En pocos días se sabrá.

Según comunicó el Gobierno, Land presentó la renuncia por «motivos personales» (que pudo haberlos), pero esencialmente la decisión de su salida estuvo vinculada a diferentes reclamos (nunca expuestos públicamente de propios y extraños) sobre la actuación del Ministerio. Sin embargo, Desarrollo Humano no es el único organismo cuestionado, sobre todo en tiempos de pandemia. En los últimos tiempos, Trabajo y Salud también quedaron bajo la lupa.

La Gobernadora tomó nota de las quejas que llegaron por videconferencia en la últimas semanas.

Así fue que tomó nuevamente el centro de la escena política, después de acumular innumerables críticas a la gestión sanitaria y la lucha contra el coronavirus en Río Negro: no dudó el respaldar la decisión del Presidente de seguir con la cuarentena, criticó los «oportunismos» políticos, abrió el Comité de Crisis a inmunólogos e infectólogos, definió cordones sanatorios en las regiones con más contagios, recepcionó iniciativas de la oposición y retomó el diálogo con intendentes, especialmente con el de Bariloche, Gustavo Gennuso. La decisión de modificar el Gabinete, y de la forma en que lo hizo, también fue una muestra de carácter y conducción.

¿Será el único cambio? era la pregunta que recorría el espinel político rionegrino, en especial el del oficialismo. El tiempo lo dirá.

Mientras tanto, la Gobernadora deberá seguir gestionando la lucha contra la pandemia. Su gestión está marcada por el coronavirus y será determinante en su futuro político. Lo mismo ocurrirá con Alberto Fernández y todos los líderes provinciales.

Por ahora, Río Negro muestra índices preocupantes: por cantidad de habitantes, es el tercer distrito con más contagios detrás de Tierra del Fuego y la Ciudad de Buenos. Ahora, el Gobierno deberá trabajar en frenar el contagio, especialmente en Valle Medio. En Bariloche y Cipolletti (los otros dos puntos complicados) lograron aplanar la curva.

En estos tiempos la centralidad del COVID impone a reconducción de esfuerzos y presupuestos. Sin embargo, habrá que ir diseñando la salida de la cuarentena que tendrá un costo socioeconómico enorme. Se estima que la pobreza y la desocupación en el país alcanzarán los tiempos de 2001. Y Río Negro no es una isla.

Por lo pronto, Carreras determinó rebajas impositivas y líneas de créditos blandos y a tasa cero para sostener las pymes y con ellas, los puestos de trabajo. Pero hay cada vez más reclamos y las arcas provinciales son finitas. En consecuencia, deberán plantearse formas de reactivación alternativas y bajo protocolo.

Este mes, el Gobierno pudo confirmar el pago de sueldos en tiempo y forma, pero se abre un interrogante hacia adelante. Nadie quiere hablar de rebajas ni cronogramas de pagos extendidos o confeccionados por monto de haberes, pero ya hay sectores de la producción que comienzan a acordar con los gremios acuerdos a la baja para trabajadores que no están en actividad. Por ahora los sueldos estatales están a salvo.

Pero los gremios presionan. La UnTER, UPCN y SITRAJUR reclaman la apertura de las paritarias, en formato digital. Y ATE avisó que no aceptará ajustes.