Viedma, aniversario y pandemia

(Por Pedro Pesatti-Intendente de Viedma). – El tiempo y la dificultad son dos conceptos que muchas veces se relacionan. La historia y la vida misma nos enseña que, a veces, sólo se requiere tiempo para resolver las cosas. “El tiempo sana”.

Por eso, este aniversario de nuestra querida Viedma, me obliga, en este contexto de pandemia, a repensar el tiempo y los desafíos.

En varias ocasiones pueden haberme escuchado decir “Viedma no nació de un expediente”, y lo digo porque en su larga historia de 241 años, la actual capital rionegrina ha atravesado todo tipo de complicaciones , hasta alcanzar -sólo hace unas pocas décadas-, su perfil administrativo.

Y tan así es, que cuando llegaron hasta estas costas los primeros colonos españoles, quedaron solos -todo un largo año-, abandonados a su suerte. Por casualidad, por destino o por obstinación los pobladores de estas tierras lograron sobrevivir. Sin embargo, todas las poblaciones patagónicas que se fundaron en ese mismo período perecieron por distintas razones.

Luego vinieron inundaciones que arrasaron casi todo, enfermedades, crisis económicas, y otras varias dificultades que la naturaleza y el tiempo pusieron como obstáculos a esta población.

Casi dos siglos y medio de vida después, encuentran a Viedma y al mundo ante una enfermedad de características únicas, un desafío inimaginable hace tan sólo unos meses.

Y otra vez el tiempo. Esa “sustancia” que los viedmenses -en virtud de lo vivido- parece que hubiéramos aprendido a dominar con paciencia.

Hoy el tiempo vuelve a ser la clave. Si controlamos el impacto de la enfermedad en el tiempo, y logramos que no golpee a nuestro sistema público de salud en un lapso corto, lograremos salvar la mayor cantidad de vidas que sea posible.

Por eso, los viedmenses, debemos retomar la mejor tradición de nuestro pasado: la paciencia y el control de las circunstancias que cada obstáculo nos impone. No con soberbia, no con prepotencia. “Con tiempo y con paciencia”, como dice un juglar de estas tierras y este tiempo.

Vamos a tener que pasar el aniversario de nuestra querida ciudad en nuestras casas, y unos cuantos días más seguramente. Pero así vamos a darnos mayores posibilidades de salir mejor de esta enfermedad desoladora.

No va a ser ni la primera vez ni la última que debamos enfrentarnos a desafíos comunes, pero difícilmente alguna otra vez nos convoque una causa tan noble e importante como la de salvar vidas, las vidas de nuestros vecinos y nuestros seres más queridos.

Y salvar vidas en una pelea difícil aunque lo más importante depende del compromiso y la responsabilidad individual de cada uno: quedarnos en casa con el grado de cumplimiento más estricto que nos resulte posible.

Porque si hoy nos distanciamos, vamos a tener mayores posibilidades de volver a encontrarnos. Porque si hoy nos separamos, mañana podremos abrazarnos sin ausencias. Porque si hoy nos alejamos mañana vamos a juntarnos con más fuerzas.

Hoy quizá nos aburramos un poco en nuestras casas, pero mañana -aunque hoy no sepamos cuando sea ese mañana-, yo les aseguro que vamos a volver a vernos. Y ese día vamos a festejar por lo que no festejamos hoy, y porque otra vez los viedmenses le habremos ganado a la adversidad.