Peligroso obstinamiento

(ADN).- «Es muy difícil plantear un diálogo abierto con el Gobierno». Ésa fue la síntesis que surgió de legisladores del FdT que participaron de la videoconferencia con la Gobernadora y parte de su Gabinete la semana pasada. Pero la frase es común a otros sectores políticos, sindicales y empresariales. «Están cerrados, muy rígidos», dijo uno de los especialistas en infectología que fue consultado -junto a otros- por el Gobierno.

Muchos actores políticos -propios y extraños- valoran la disposición al diálogo de la gestión provincial, pero notan dos características: poca tolerancia a las disidencias e imposición temática. «Cuando se les quiere plantear un punto que no están dispuestos a tocar, no hay forma», plantean.

La rigidez no sería una característica positiva en estos tiempos donde la pandemia del coronavirus plantea una dinámica permanente. Y los gestos adustos no certifican liderazgo. Es comprensible que el Gobierno tome a mal los «oportunismos» (siempre repudiables en situaciones como la que se vive) pero nada justifica el ninguneo de aportes que provienen desde afuera de Laprida y Belgrano, que bien podrían ser recepcionados y evaluados, y si no tienen solidez técnica o capacidad de aplicación, descartados.

El sábado, la gobernadora Arabela Carreras tuvo su primer contacto formal con especialistas en infectología y epidemiología que no trabajan en el Estado.

«La Gobernadora y sus ministros dieron la imagen de un equipo a la defensiva, inquieto en forma prioritaria por las derivaciones políticas y por evitar las esquirlas esparcidas por el mapa nacional del COVID-19, donde Río Negro aparece en rojo por la velocidad de los contagios y -estadísticamente- entre los Estados más preocupantes», le dijo al diario Río Negro uno de los asistentes a la videoconferencia, que compartió con colegas de la esfera pública y privada. «La coincidencia que surgió entre nosotros después de la reunión es que están cerrados, muy rígidos diciendo que siguen un protocolo y cuesta acercar una opinión diferente», agregó.

Nada indica que un grupo de infectólogos y epidemiólogos puedan ser parte de los «oportunistas» que la Gobernadora combate. Tampoco el especialista en salud comunitaria, Hugo Spinelli, quien la semana pasada esgrimió cuestionamientos a la política sanitaria de la Provincia. Lo hizo a través de los medios y eso enojó al Gobierno, pero se supo que antes quiso comunicarse con Carreras y su vice, Alejandro Palmieri.

Lo que está en juego es la salud. Eso no debería perderse de vista.