Cloroquina contra el coronavirus: Antigua medicina peruana

La cloroquina, un compuesto contra la malaria, evita neumonías graves y acelera la curación. A toda velocidad, el fosfato de cloroquina se está produciendo en Nantong, después de 15 años sin fabricarlo y ahora se usa para atacar el coronavirus.

La cloroquina, aprobada contra la malaria y algunas enfermedades autoinmunes, se ha convertido en el primer fármaco que ha demostrado eficacia contra el nuevo coronavirus. Tras la cloroquina, viene el remdesivir, que se desarrolló para el ébola y se está ensayando en 761 pacientes en un estudio que se presentará el 27 de abril. Le sigue el Kaletra, que combina dos fármacos creados contra el VIH y que también se espera que sea eficaz contra el coronavirus., señala un informe publicado por el sitio Urgente24.

La cloroquina es un fármaco del grupo de las 4-aminoquinolinas que se utiliza en el tratamiento o prevención de la malaria y determinadas enfermedades autoinmunitarias, como la artritis reumatoide o el lupus eritematoso sistémico.

Su historia se remonta a Perú, cuenta Wikipedia: los indígenas extraían la corteza de los árboles Cinchona y usaban el extracto (China officinalis) para combatir los escalofríos y la fiebre en el siglo XVII. En 1633 se introdujo esta medicina herbal en Europa, donde se le dio el mismo uso y también se empezó a utilizar contra la malaria1​. 

Pero fue el gran médico y homeópata alemán, Samuel Hahnemann quien realizó su famoso experimento con la China o Quina, tomando de esta 4 dracmas 2 veces al día, lo que le produjo paroxismos semejantes de frío y fiebre​: la China cura los paroxismos de escalofrío y fiebre porque los produce.​ Es decir, que en una persona sana la China produce los mismos síntomas que curaba en el enfermo.

Hans Andersag y su equipo descubrieron en 1934 la cloroquina en los laboratorios Bayer, de Elberfeld, dándole el nombre de Resochin. Considerada en un principio demasiado tóxica para uso humano, la molécula fue ignorada durante una década. Sin embargo, durante la 2da. Guerra Mundial, el gobierno de USA patrocinó una serie de ensayos clínicos que demostraron el valor terapéutico del fármaco. En 1947 se autorizó su uso médico en el tratamiento profiláctico de la malaria.

En la actualidad, la cloroquina figura en la Lista de Medicamentos Esenciales de la OMS. Suele encontrarse en forma de fosfato de cloroquina. El nombre comercial más conocido es Aralen.

En verdad, hay más de 100 ensayos clínicos en curso en China que evalúan la posible eficacia de todo tipo de tratamientos, desde antivirales a moduladores del sistema inmunitario, pasando por células madre, terapias de la medicina tradicional china y anticuerpos donados por personas que se han curado.

Todos estos ensayos se basan en tratamientos aplicados inicialmente a otras enfermedades, mientras las investigadores estudian el nuevo coronavirus llamado SARS-CoV-2 para obtener terapias específicas contra él.

2 que mostraron eficacia en ensayos con cultivos celulares fueron la cloroquina y el remdesivir, según investigadores del Instituto de Virología de Wuhan, en la revista Cell Research .

En los primeros quince ensayos clínicos realizados en China en pacientes hospitalizados por Covid-19, la cloroquina ha demostrado que previene complicaciones graves de la neumonía y que acorta la duración de la enfermedad, según resultados presentados en BioScience Trends .

Ante estos resultados, los autores de los ensayos clínicos han recomendado que la Comisión Nacional de Salud de China incluya la cloroquina en el protocolo de tratamiento del Covid-19.

El remdesivir, por su parte, es un fármaco nuevo que aún no ha sido aprobado para el tratamiento de ninguna enfermedad. Desarrollado por la compañía de biotecnología estadounidense Gilead Sciences, actúa contra varios tipos de virus impidiendo la replicación de su ARN. Ha mostrado actividad contra coronavirus en ratones, así como en células pulmonares humanas infectadas por este tipo de virus.

Los resultados de los primeros ensayos clínicos con pacientes de Wuhan se esperan a finales de abril y, si el fármaco demuestra ser eficaz y seguro, China podría aprobarlo en mayo, informò Shibo Jiang, virólogo de la Universidad Fudan de Shanghái, a la revista Nature.

Gilead Sciences ha anunciado que en marzo iniciará otros 2 ensayos clínicos del remdesivir con casi 1.000 pacientes de otros países.

Una estrategia alternativa consiste en actuar sobre el sistema inmunitario para mitigar los efectos de la infección.

Fármacos como el baricitinib, ya aprobado para la artritis reumatoide, se han propuesto para reducir la inflamación sin mermar la capacidad de los linfocitos de atacar el coronavirus.

La medicina china ensaya 15 productos entre más de 2.000 personas. Uno de los más amplios, con 400 participantes, evalúa el shuanghuanglian, un extracto de la planta Forsythiae fructus que se utiliza desde hace siglos contra infecciones.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) colabora con científicos de China para que los ensayos clínicos tengan el rigor necesario para que sus resultados sean útiles. Según ha declarado a Nature Soumya Swaminathan, de la OMS, “queremos un enfoque científico en los ensayos de la medicina