Puente. ADN

El Frente de Todos rionegrino comenzó a construir su propio puente con la Casa Rosada. Busca línea directa con los Ministros y evitar la intermediación del gobierno provincial. Temen que haya una discriminación en la gestión de obras y fondos. Pero esencialmente, quieren que la certificación ISO-Peronista 2020 les sea otorgada y no recaiga sobre la gobernadora Arabela Carreras.

La situación actual tiene similitudes con el 2007, cuando el gobierno radical se sumó a la Concertación K.

El presidente del PJ, Martín Soria, lideró la comitiva de los Intendentes que recorrieron despachos oficiales y mantuvieron una reunión clave con el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero. La idea era traerse a Río Negro la foto con el presidente Alberto Fernández que, por cuestiones de agenda, quedó para el futuro. Pero para que ese encuentro se produzca también deberán suceder otras cosas. Por caso, una estrategia conjunta (acordada y sin fisuras) de cómo lidear con el vínculo institucional que Nación armó con la Provincia.

Ni bien asumió, Carreras dio señales de buena vecindad con el gobierno central. Y puso a disposición a sus legisladores nacionales para acompañar el paquete de medidas que Fernández envió al Congreso. Juntos avanzó en dos sentidos: la gobernadora con la Casa Rosada y el ahora senador Alberto Weretilneck con la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner.

Por eso, para el PJ local es un desafío mantener la identidad y ser el portador del sello auténtico del FdT. Aquella historia de la Concertación sirvió de experiencia. No habrá choques, pero tampoco adulaciones a la gestión Carreras. Sí acompañamiento. Un caso se vio en estos día en Las Grutas. Hasta allí llegó el senador Martín Doñate quien, junto al intendente Adrián Casadei y la mandataria, trabajaron para unificar esfuerzos para controlar el feroz incendio que se desató en la zona. A la capacidad local y provincial (Bomberos y SPLIF) se sumaron los aviones hidrantes que envió Nación.

Doñate suma gestiones. Recibió a intendentes del Valle Medio y logró que el Ministro de Producción derogue una resolución (del macrismo) que perjudicaba la producción de la cebolla. También avanzó en el trámite para que se devuelvan las quitas que las entidades financieras hicieron a jubilados que cobraron el bono de fin de año.

Pero los Intendentes fueron a buscar herramientas que la Provincia no podrá (¿querrá?) aportar para las soluciones urgentes. Muchos mandatarios hoy están preocupados por las flaquezas financieras de sus arcas municipales. Les urge pagar sueldos en la inmediato. Lo mediato, aliento a la producción, generación de empleo y obra pública, deberán lograrla de Nación. Cafiero dijo que sí. «Con los intendentes de Río Negro vamos a trabajar codo a codo para poner de pie la producción y las economías regionales», expresó en sus redes sociales.

A ese posteo, Soria le sumó: «Después de haber estado literalmente abandonados durante cuatro años, los intendentes justicialistas de Río Negro fueron convocados por el gobierno de Alberto Fernández. Tenemos un proyecto de país federal que nos incluye a todos».

Más allá de las declaraciones, ahora el Frente rionegrino debe evitar quedar desdibujado políticamente por el oficialismo provincial.

Una idea surge: ser una oposición constructiva, quedarse con el sello oficial de la Casa Rosada, y esperar un cisma en Juntos. A esos vectores deberán agregar la construcción de un liderazgo, una figura que pueda convocar a la unidad y conducir el proceso en cuatro años cuando se vuelva a poner el juego el poder provincial. En ese tiempo -esperan- habrá razones para marcar la diferencia con Laprida y Belgrano a partir -especulan- del respaldo crítico de JSRN al gobierno nacional, convencidos que la administración Carreras no acompañará «a libro cerrado» las políticas públicas de Fernández.

Mientras tanto, los intendentes tendrán que demostrar gestión en sus localidades. Para ello, requerirán herramientas, y temen que la Casa de Gobierno no sea tan abierta a sus demandas, contrariamente a lo que ocurrirá con sus pares de Juntos.

Pero hay otros desafíos. Uno de ellos es el Partido. El PJ ingresará en un debate interno de renovación de autoridades. Avanzará el Congreso en sanciones disciplinarias a quienes integraron otras listas o no se sintieron parte del espacio bajo la conducción de Soria? Ahí habrá una primera señal de hacia dónde va el peronismo y su capacidad de unidad.