EL FGS del ANSES como ente financierio para reactivar el país

(Por Gabriel Falconier*).- – Todos sabemos que el Gobierno de Alberto Fernández tendrá la difícil tarea de reactivar la economía y mejorar la vida de la mayoría de argentinos que se vieron perjudicados con las políticas gubernamentales de estos últimos años. Cerradas las fuentes de financiamiento externas, y frente a las justas demandas de cada sector de la sociedad, es necesario administrar los pocos recursos existentes y volcarlos a una necesidad mayoritaria.

Pues bien, la idea es aceitar un motor en la cual cada pieza es fundamental para que sea virtuoso. Es bien sabido que los jubilados configuran un sector postergado, en el cual todos los gobiernos apuntan con promesas alentadoras y se diluyen en el ejercicio del mandato en intenciones fallidas. No hay que ir más allá para ver el nefasto programa de Reparación Histórica que solo trajo confusión y problemas al Sistema Previsional.

He aquí el punto en cuanto se deben convertir esas intenciones en verdaderos programas sustentables que trasciendan los diferentes gobiernos y sean políticas de Estado que se articulen como herramienta para el crecimiento del país.

Los mejores sistemas previsionales son los que conjugan la vida activa con la pasiva. En los cuales ambos obtienen beneficios (créditos hipotecarios, créditos personales y a pymes a tasa preferencial,  descuentos, subsidios) con diferentes características. Australia, Nueva Zelanda, Dinamarca han empleado estos sistemas que benefician a todos sus habitantes, obviamente adaptados a la idiosincrasia de su país.

Por eso, creo que tenemos una oportunidad de empezar con ese camino y articular los pocos recursos que tenemos para que sea productivo. La creación de un Banco De Seguridad Social, o un Fondo de Protección a Futuro (tal como se propuso en la plataforma del Frente de Todos) transformando el Fondo de Garantía de Sustentabilidad en un ente financiero de acceso público para los habitantes.

En principio, con la creación del nuevo Megabanco, con el capital inicial del FGS (hoy en día de 20000 millones de dólares) y el financiamiento de impuestos (cargas patronales, como ejemplo), se conseguiría como objetivo engrosar los fondos destinados a los haberes previsionales. Pero además, es asignarle un perfil similar a las inversiones de los bancos nacionales y privados que conocemos, ya sea plazos fijos, fondos y toda apuesta que en este último tiempo hizo que los bancos en nuestro país fueran los grandes ganadores.

La contracara de ello fue la debacle del FGS, las perdidas desde el 2015 fueron enormes, producto de las malas decisiones gubernamentales y porque se utiliza como fondo de asistencia y de financiamiento del gasto público nacional. A pesar de que mediante un decreto se lo convirtió en entidad financiera, solo es a merced de los requerimientos del ejecutivo y no frente a la necesidad de la gente.

Esta idea, tampoco es nueva en la región, en 2009, en Ecuador se creo el BIESS, Banco Ecuatoriano de la Seguridad Social, con resultados óptimos, en inversiones publicas y privadas en materia de infraestructura y el otorgamiento de créditos hipotecarios, que por otra parte representa el 50% de los otorgados de manera bancaria en ese país.

El desafío, que es grande, es lograr que con esos fondos pueda financiarse, el desarrollo de las pymes, construcción de viviendas, créditos para economías regionales y a su vez capitalizarse con las inversiones bursátiles que generen dividendos para los beneficios de la clase pasiva. 

Todo depende de decisiones políticas direccionadas en mejorar la calidad de vida de todos nosotros, y la transformación del Fondo Garantía de Sustentabilidad en un Banco de Seguridad Social con herramientas para el desarrollo, inversión y productividad es el reaseguro perfecto para defender el salario y el poder adquisitivo de los haberes previsionales. Será un camino difícil, pero si es sostenido en el tiempo, será la salida del futuro y probablemente la solución para tener un sistema previsional sustentable.

*Política Argentina