Un gesto «nestorista»

(Por Santiago Asorey*).- La construcción de un consenso social que permita generar políticas públicas en materia de derechos humanos y logre revertir el proceso de criminalización de la protesta social instrumentado por el macrismo necesitaba de un primer paso. Un primer ladrillo en la deconstrucción del entramado discursivo de violencia que Cambiemos generó en estos cuatros años de etiquetamientos sobre los pibes y pibas de las barriadas de nuestro país. 

La política siempre comienza con gestos, con símbolos que marcan una dirección. Con significaciones que abren la exploración de nuevos paradigmas que operan la transformación de la realidad. La densidad política de esas decisiones excede la institucionalidad porque intervienen sobre el sentido común de nuestro pueblo construyendo nuevos espíritus de época. Todo esto nuclea la foto del presidente electo Alberto Fernández y Brian que conmovió el universo político. La foto puede ser leída como el cierre del proceso macrista que en estos años elevó a rango de política de Estado, con Patricia Bullrich a la cabeza, el fusilamiento por la espalda de pibes de sectores populares.  

Alberto Fernández se había parado sobre el gesto de defensa de la intendenta electa de Moreno Mariel Fernández de Brian, un joven presidente de mesa de su fuerza política que sufrió un acto de discriminación en las elecciones del 27 de octubre. El presidente electo tomó ese odio construido por un sentido común anti popular y lo invirtió. Lo transformó es un gesto positivo. Una histórica estrategia peronista de pararse sobre un etiquetamiento despectivo y transformarlo en una reivindicación identitaria propia.  Así nació el concepto de descamisado en el primer peronismo un término utilizado originariamente en forma despectiva por las clases dominantes que el peronismo convirtió a su favor.  En una operación que nace como una respuesta a una afrenta; una propuesta de plebeyización de la democracia. Las cualidades de Alberto y Brian se confunden cuando el presidente usa la gorra de Brian. 

El anverso del encuentro Chocobar-Macri

La llegada de Patricia Bullrich al ministerio de Seguridad no solo trajo la multiplicación de violaciones a los derechos humanos por parte de las fuerzas federales a su cargo. También lo hizo en fuerzas de seguridad provinciales que fueron impregnadas por el espíritu de la Doctrina Chocobar. Así se explica el asesinato del niño Facundo Ferreira en la provincia de Tucumán, en marzo del año pasado. Bullrich logró “federalizar” el fusilamiento por la espalda. Toda esa direccionalidad construida por el macrismo se cristalizó en el famoso encuentro, registrado fotográficamente, de Macri con Chocobar. Esa foto también fue un catalizador importante de un espíritu de época que excedió los contornos institucionales. El líder de Cambiemos desafió la imputación de homicidio agravado que pesa sobre el policía local de Avellaneda Luis Chocobar por la muerte del adolescente Juan Pablo Kukoc en el barrio de la Boca.

En una entrevista reciente con AGENCIA PACO URONDO el docente e investigador de la UNQ Esteban Rodríguez Alzueta explicó que “la vecinocracia es la reserva moral del macrismo, su mejor punto de apoyo en cada elección”. Es interesante este concepto para pensar su contracara. Pensar en qué medida, la foto de Brian y Alberto abre la posibilidad de que nuestra política constituya en la solidaridad popular la reserva moral del Frente de Todos.

El gesto nestorista

En su libro Sinceramente, Cristina hace una descripción de Néstor que lo pinta de cuerpo y alma. «Era un tipo que conocía profundamente la idiosincrasia de los argentinos. Tenía un olfato especial para lo popular, porque él era profundamente popular: usar mocasines y lapicera Bic no era una impostura. Siempre fue así. Nunca se visitó ni actuó con el estereotipo de abogado». Y luego, agrega: «Le gustaba lo popular de corazón. En Río Gallegos, cuando era gobernador solía comer en un taller mecánico de la calle Mitre».

Acaso la foto de Brian y Alberto refleja ese espíritu “nestorista”: esa conexión con lo popular que Néstor convirtió en un camino de políticas públicas que transformaron la vida de millones de argentinos. El camino de Alberto como presidente todavía no está escrito. Queda todo por hacerse.

*Periodista. APU