La UCR de Río Negro en busca de su “reedificación”

(ADN). – El sepelio de los restos mortales del dirigente radical y ex gobernador Miguel Saiz, en el cementerio privado de General Roca, reunió a referentes y autoridades partidarias que se dieron cita para despedir a quien fuera el último mandatario de la UCR. luego de 28 años de centralismo político rionegrino desde 1983 al 2011.

El momento fue propicio para que, en sus palabras de homenaje a Saiz, la presidente del radicalismo provincial Lorena Matzen reflexionara sobre la situación actual partidaria, diametralmente opuesta al liderazgo ejercido desde el retorno de la democracia al país.

Matzen apuntó al necesario resurgimiento de la UCR hoy subsumida en las políticas de Cambiemos y con relativo protagonismo, que en el territorio se reduce a un puñado de intendentes.

“Hay que dejar de pensar que vamos a reconstruir desde el lugar en el que estamos. Querer reedificar la UCR con las mismas paredes que se derrumbaron es imposible”, dijo la titular del radicalismo en un mensaje contundente, donde además puso énfasis en aclarar que “hay que romper definitivamente, sacar los escombros, y volver a edificar con ladrillos nuevos”.

Para algunos distraídos dejó en claro su propuesta y trabajo a realizar como presidenta del partido y sostuvo que “tenemos que darnos cuenta de que hace falta limpiar todo, sacar los escombros y definir quiénes queremos edificar y quiénes han decidido estar en otro lugar. Y abrir bien la puerta para que se terminen de retirar”.

Y aclaró que “muchas veces me siento bastante solitaria en el escenario, a la vez que puntualizó que “tenemos que abonar a muchos de los que quieren ser y que no llegan por las mezquindades personales. Y tenemos que unificar el pensamiento radical y valorar a los cuadros, el pensamiento político”.

Matzen se ubicó en línea con el pensamiento de muchos dirigentes nacionales del radicalismo, principalmente en la idea de abandonar la coalición neoliberal con el PRO y la CC-ARI. El mismo Federico Storani dijo recientemente que “no nos sentimos representados por el macrismo”.

Muchos recuerdan aquel documento -del 16 junio del 2000- del Comité Federal de la UCR, que Raúl Alfonsín sintetizó en dos frases: «La UCR le dice un rotundo no al neoliberalismo» y le «dice un rotundo no a cualquier tipo de política elitista o excluyente».

Matzen pone de esta manera al radicalismo rionegrino en esta tarea que parece comenzar a desarrollarse en todo el país, donde el radicalismo hoy analiza las consecuencias que tiene la alianza con el macrismo, donde fue un “socio sin voz ni voto” y que empujó al desmembramiento, deserciones e inmovilidad.

Hay coincidencias en que el protagonismo del PRO fue excluyente en estos cuatro años del gobierno de Mauricio Macri, y reconocen que el radicalismo participó «solo de una alianza electoral, pero lejos de las tomas decisiones”.

Además, la derrota en Río Negro del 2011 dejó al partido a la deriva y mandó al ostracismo a muchos dirigentes y la deserción de militantes y simpatizantes que sintieron la soledad que se genera al abandonar la administración del Estado.

El radicalismo fue un partido de Estado y al abandonar el gobierno sufrió el vaciamiento de aquellos acostumbrados a funcionar al rescoldo del oficialismo y que rápidamente encontraron refugio en las mieles del provincialismo gestado por Weretilneck y Pesatti.

“Hay que calzarse las zapatillas y caminar la provincia”, era una de las frases favoritas que a Pablo Verani le gustaba transmitir a los militantes y ahora le toca a Matzen la tarea titánica de reedificar al radicalismo desde el llano y lejos del poder.