“La felicidad es tener tiempo para cultivar los afectos”

El candidato del Frente de Todos, Alberto Fernández, compartió esta tarde con el ex presidente uruguayo Pepe Mujica una charla en el Colegio Nacional Buenos Aires. Fernández arribó al edificio del tradicional colegio porteño, ubicado en Bolívar 263, luego de haber mantenido una reunión con su compañera de fórmula, Cristina Kirchner, recién llegada de Cuba.

El candidato de Todos hizo hincapié en la importancia de la educación, mientras que el ex presidente de Uruguay instó a los jóvenes a ser solidarios y comprometidos. “Ser universitario no es un privilegio, es una obligación para servir al pueblo, no para oprimirlo”, advirtió.

Fernández fue el primero en tomar la palabra y recordó que su padre egresó precisamente de ese colegio. “Uno se da cuenta en la UBA cuando un alumno viene del Nacional, tiene una lógica de razonamiento distinta al resto, y eso los compromete más, son distintos por mejores”, dijo ante los alumnos. Más adelante dijo que era “muy grato” encontrarse “con los que van a ser el futuro del país”, al que calificó de “complicado”, dado que la Argentina está “absolutamente endeudada”.

El candidato presidencial insistió en que “tenemos la certeza de que podemos cambiar las cosas, muchas veces nos caímos y nos levantamos” y que “no es que chocamos con la misma piedra, son los mismos tipos que toman el poder y hacen estas cosas”, con los “resultados de siempre (…) pobreza, hambre y empresas cerradas”.

En el pasaje más largo de su alocución, Fernández insistió con la cuestión educativa, al manifestar que ese escenario era propicio para discutir el tema. “Hay un Presidente que cree que es una suerte la educación privada y que es una desgracia la educación pública. La universidad pública dio cinco premios Nobel, Presidente, fue lo que nos hizo diferentes”.

Resaltó que “la educación no es nunca un gasto, es una inversión” y reiteró su promesa de crear un ministerio de la Mujer, “de respeto a la diversidad, y lo vamos a hacer –advirtió- para entrar al siglo XXI y terminar con las desigualdades a las que son sometidas las mujeres, como la violencia de género”.

Por último, reivindicó a Mujica y dijo que “Pepe nunca claudicó en sus ideas y es un modelo de lo que debe ser un político”. “Siempre tomo este compromiso con los jóvenes: les pido que si me ven defeccionar, salgan a la calle para decirlo”, concluyó antes de cederle la palabra al Mujica.

“No se dejen robar la libertad”

El ex presidente de Uruguay recordó a su auditorio que la mayoría de ellos podrían ser sus nietos y que “están en la edad de querer un mundo mejor”. “El desafío es mantener el fuego sagrado cuando llegan las arrugas y la vida te llena de responsabilidades y desafíos”.

El ex mandatario del Frente Amplio dijo que “la historia humana es un cementerio de utopía, pero gracias a eso vamos andando, porque tenemos más capacidad de soñar que de concretar”. Remarcó que “si te tocó nacer, la pregunta es qué vas a hacer de tu vida, si vas a confundir ser con tener y si el mercado te confunde”.

Puntualizó que “estamos acá por la solidaridad de generaciones que compartieron conocimientos”. En otro orden señaló a su auditorio que tendrá “un gran desafío, pelear contra el egoísmo que nos amenaza con un holocausto ecológico.”. Y se ganó una ovación al decir “ustedes son argentinos, pero también latinoamericanos y hermanos de los pueblos pobres de América”.

Mujica afirmó que “la vida militante no es un premio, es una aventura. Es tener una causa para vivir”. Añadió que “ser militante es dedicar parte de nuestra vida a los demás con la utopía de hacer un mundo mejor que aquel en que nos tocó nacer”.

“El quid de la cuestión –agregó- es mantener el fuego sagrado a lo largo de la vida, porque el sistema genera una cultura, que precisa hacernos funcionales, ser compradores compulsivos. O aprendés a ser feliz con las cosas elementales de la vida o no serás feliz”, sentenció.

Mujica admitió que “en mi discurso hay algo de Viejo Vizcacha” y llamó a “enfrentar la vorágine que generó nuestro tiempo”, porque “la felicidad es tener tiempo para cultivar los afectos”. Insistió en que “hay que trabajar, no ser parásito, pero también tener tiempo para el amor, los hijos, las relaciones humanas”.

Hizo un llamamiento: “No se dejen robar la libertad. Eres libres cuando gastas tiempo en lo que te motiva sin joder a otro”, y agregó que “la felicidad es un poco de solidaridad”.

Sobre el final, señaló que no sabe “cuál será el rumbo” de la Argentina aunque dijo que “saldrá de la angustia” y que “quizás la desgracia sea el exceso de riqueza”. Por último subrayó que “ser universitario no es un privilegio, es una obligación para servir al pueblo, no para oprimirlo” y dejó su consejo: “Gasten su existencia en favor de la causa humana. Piensen en los que no pueden ir a la universidad”.