Benito Cerati: «El arte es el otro»

Apoyado en una apuesta estética de calidad, Benito Cerati viene ganándose un lugar dentro de la escena musical vernácula. Tres discos y un nutrido número de clips circulando, avalan su corta pero intensa trayectoria en el nuevo pop local.

El lunes 14 de octubre, uno de los pocos feriados que el actual gobierno alarga con un “puente”, la Agencia Paco Urondo lo contactó para charlar de su próximo espectáculo, sus búsquedas musicales y sus inquietudes políticas. Durante casi una hora, mates de por medio, Benito se explayó de manera generosa sobre muchos de los temas que lo convocan hoy por hoy como artista.

Cuando comenzaste con la banda estaba estructurada más como un proyecto solista y con el tiempo se fue colectivizando la producción, u horizontalizando. ¿cómo tomás este proceso? Si bien estás claramente muy presente en cada uno de los aspectos y al frente de las decisiones, ¿cómo transforma a la banda este viraje?

Creo que ha mutado mucho el proyecto. Partiendo de una idea más solitaria, de una cosa mía en mi cuarto, mi primer disco fue así. Hoy en día es totalmente distinto, es una cuestión hasta comunitaria, cada uno aporta lo suyo y todos están igualmente involucrados, comprometidos y contentos con todo lo que está pasando. Yo pasé a tener un rol determinado, a decir “Luz verde: arrancamos; Luz roja: paramos”, mi rol acá es ese. Y siento que haber evolucionado este proyecto a una cosa de a muchos, me hace sentir que es a lo que yo realmente quería llegar. La experiencia me muestra que estar en este lugar, es estar en un lugar en el que me siento más cómodo. Un espacio para compartir, donde cada uno tiene su lugar para destacarse. Ya sea la gente que trabaja en producción, los músicos, o los que hacen los videos, los que hacen los diseños, cada uno desarrolla su trabajo. Yo tengo el universo en mi cabeza y cada uno aporta sus cosas. Me parece que eso es crucial: trabajar en equipo es una clave y me hace más feliz. Porque también me gusta que otras personas tengan la oportunidad de laburar en algo que los motiva y poder proporcionar eso, a mí también me gratifica. Mucho más allá de la música, tiene que ver con una cosa del otro.

Está bueno, porque a partir de esta inclusión de los demás integrantes se advierte un crecimiento musical de este disco respecto de los anteriores. Lo que notamos en Unisex, es que proponés un concepto anfibio, para decirlo de alguna manera. Porque sintetiza muchas de tus búsquedas, se puede escuchar como un manifiesto ético y estético, donde lo que decís está acompañado por una determinada forma. Se percibe mucho en las canciones: escribís en castellano, en inglés, tenés pasajes instrumentales: ¿Cómo conviven en vos esas distintas lógicas de pensar una compositiva?

Creo que hay varios factores que influyen en cómo ha evolucionado o como Unisex terminó siendo el disco que es. Como todo: nunca es lineal. Uno puede decir: “esto está influenciado por tal cosa”, pero después el subconsciente cuando lo escarbás un poquito hay otros metas mensajes y entre líneas, que hasta el mismo autor de las obras desconoce, o se da cuenta de que lo está poniendo. Siempre estoy generando relecturas de mis propias creaciones, porque me doy cuenta de que no es tan simple como yo mismo pensaba. Por lo tanto, creo que hasta ahora he descubierto que esta cosa personal de decir “yo soy esto, y creo en esto” tiene que ver con mi salida al mundo. Con esta cosa más social, de yo hago música por la música no como una cosa nerd. La música insertada en un contexto social responde a lo que está pasando hoy, y siempre respondió. La música siempre fue cultura, contracultura, respuesta. O una música más dócil que también responde a las demandas de lo que sea que se esté consumiendo en ese momento. Entonces, me parece que ese crecimiento es darme cuenta de todo eso. Incorporar la visión global, general, de todo lo que pasa y tenerlo en cuenta para la música hace al cambio, a la madurez de lo que se habla. Por ejemplo, en el disco, inclusive en los shows en vivo, en cómo se transmite. Porque yo en los espectáculos, soy muy de decir cosas y hacer que el público participe y crear un ambiente. Soy el que aporta la música a la fiesta, ni más ni menos. Me gusta bajar del escenario y ponerme del lado del público. Todas esas cosas apuntan a por qué cambié el eje, me estoy dando cuenta que esas cosas son las que a mí me mueven. Y también para romper con eso del artista arriba y el público abajo. Como si fuéramos títeres o perfectos. Eso también me hizo salir y decir “mirá soy un humano, me equivoco todo el tiempo, y te lo voy a mostrar que me estoy equivocando todo el tiempo”. Y mi crecimiento y todo está muy a la vista, trato de crecer junto al resto. Unisex se trata de eso, porque a veces me ponen mucho en el plano de que yo estoy mostrando o hablando de ser uno mismo, como si yo ya lo hubiera resuelto, y está tan lejos de la verdad eso. Lo que sí te puedo llegar a comunicar con este disco es el “valorar el proceso” y animarse a poder ser cada vez más uno. Pero no sé si se llega a ser uno, y quizás sea mejor ¿no? Hay cosas que son de uno que no te permitirían funcionar en sociedad y esas cosas tendrías que controlarlas. A esto iba Unisex también en el sentido de que hay ciertas cosas que tienen que ver con uno que no están ni dañando al otro, ni perjudicando tu funcionamiento en sociedad. Me ha pasado de que por tener alguna diferencia con lo normal, digamos, he sentido algún grado (mínimo por suerte) de “empuje” de los otros, de algo tipo “no perteneces tanto acá” y eso me hizo agrandar el espectro. Desde ese sentimiento pude expandir a otras cosas, a la gente que tiene una orientación sexual distinta a la norma, gente que tiene menos, gente que sufre de racismo, lo que sea. Al final, desde ese sentimiento uno puede expandir lo que puede llegar a sentir el otro, que le pasan cosas mucho peores que a mí. Por suerte mi vida ha sido bastante light. Entonces también eso me impulsó a hablar de cosas de interés más público, o inclusive a mostrarme más. Mi proyecto siempre fue muy por lo bajo, voló bajo radar y esa era mi intensión. Y sigue siendo mi intención. Pero yo quería en este disco salir adelante, y mostrar y decir, con los errores y aciertos que pueda tener al comunicarme con todo el mundo. Pero lo estoy intentando y creo que ese es el mensaje.

En cuanto al mensaje humano hay un grado de exposición al que llegaste que está buenísimo por todo esto que vos estás abriendo para mucha gente. En ese sentido, es importante también lo que decíamos antes, el acompañamiento desde lo estético. Es notable en la cantidad de videos clips que vos sacaste de este disco. Si bien el video clip siempre está en función comercial (su finalidad es vender el disco) lo que notamos es que en los tuyos narrás historias. Hay un contenido atrás, todo un trabajo de elaboración en cada uno. Vos participás como productor ahí, ¿cómo es tu parte?

Es muy loco porque creo que tengo una percepción muy distinta de cómo se maneja el negocio, digamos, o la música en general hoy en día. Jamás pienso en términos de marketing (algo que me juega en contra también en el sentido popularidad o éxito comercial, si querés). Yo nunca hago las cosas a ver si pegan, funcionan, jamás pienso así. Y eso me da cierta lucha con la gente que sí quiere algo más marketinero. Entonces lo videoclips no los veo como una forma de promocionar mis canciones, sino como una forma de seguir comunicando. Los veo como puro arte. Entonces es muy difícil ponerme a pensar qué imagen impacta. Si impacta, impacta y si no impacta, no impacta. No tengo ese chip incorporado de balancear las dos cosas, estoy como desbalanceado en ese sentido. Igual creo que este disco, más allá de todo eso, tuvo un impacto más grande, algo de eso debe haber confluido, pero cuando yo hago clips estoy queriendo reforzar la imagen que tengo en mi cabeza, el concepto de lo que estoy presentando. En el caso de los videoclips, todos remiten a diferentes etapas de la liberación de algo, ya sea de un prejuicio o del descubrimiento de algo que estaba tapado. No sé, el miedo que representa enfrentarlo, el enojo que viene después, la aceptación, todas esas cosas. Creo que todos muestran una etapa distinta de todo eso, como el sentirte atrapado en uno, el sentirte liberado en otro, el proceso de eso en otro. Es como que fui metafóricamente eligiendo distintos conceptos para representar las distintas etapas.

En tus discos está lo conceptual, que es algo que tal vez traigas de otra época, ahora se sacan singles, es otra la lógica. Pero ¿cómo hacés para traducir lo conceptual al escenario, lo laburás solo o te apoyás en el equipo?

A mí, con el transcurso de todo lo que es sacar un disco y todo lo que viene después, shows o lo que sea, se me va generando el concepto del mundo. Es como que salgo de un mundo y entro a otro y me lo armo. Tengo como algunas agendas donde anoto que cosas sí, o épocas en las que apunto cosas no. Tengo como un approach. Como me interesan muchas cosas, tengo que poner lupa en que hacer ahora. Y de ahí armo el mundo de acuerdo a esas limitaciones. Me pongo como unas paredes y me digo “de acá no salgo” porque si no es muy heterogéneo. Una cosa que me pasó en mi primer disco fue que quise hacer todo y terminé no haciendo nada. Entonces, aprendí de eso y dije “una cosa a la vez”. Eso me hace más fácil, también al delimitarme, hacer algo más conceptual. Para mí, todo lo que son los singles, funcionan a un nivel comercial, actualmente todo es así de rápido. Lo que me pasa con la música, que choca con esa idea, es que soy una persona muy ansiosa. Vivo rápido, pero la música es como mi clase de yoga. Es el momento en que necesito que las cosas sean lentas, que me metan en trance, que me hagan relajarme.

Claro, alguna vez dijiste que si tiene muchas repeticiones mejor todavía.

Me encanta mucho y trato de poner eso en mis canciones también. En una época en que la música se suma a toda esta cosa hiperkinética, siento como que mi lugar está siendo atacado, en un punto. Es como si la clase de yoga durara dos minutos, no alcanzo a relajarme en dos minutos. O como ir al cine a ver una película y que durara tres minutos. No lo logro entender. No me sumo a eso. A mí me gustan las obras de arte donde puedo llegar a meterme en ese mundo y a estar al menos una hora buceando en eso y viendo de qué se trata, y una vez que termine quiero buscar los mensajes entre líneas, los significados que inclusive el autor no haya pensado. Me gustan esas cosas, inclusive pensarlas con mi propio trabajo. Y eso no se puede hacer en algo tan simple, y tan rápido y tan desesperado como lo que se está haciendo hoy en día con la música. Por lo menos donde yo lo miro, es como si la música está yendo para ese lado, no sé si me quiero sumar.

Retomando lo que decís, vos tenés todo un concepto de la música más que interesante, pero a su vez trabajás con compañías, no es que seas un artista independiente ¿cómo te llevás con las discográficas cuando le presentás esta obra que tiene todo un costo y una proyección y quizás ellos están esperando un hit?

Creo que no me tienen en cuenta como la persona que va a traerles un hit, los tengo acostumbrados a que eso no pasa. Por suerte tengo una libertad bastante grande en ese sentido. Estoy en mi propio viaje y me gusta estar amparado en eso, entonces lo sigo haciendo. No hay nadie que me esté diciendo cómo hacer las cosas. Eso está bien y mal en cierto punto, pero he sabido encontrar gente con la que pueda confrontarme con la realidad. A veces tengo tanto vuelo que me pierdo un poco, entonces está bueno también tener eso. Y creo que, como lo que estoy buscando no es exactamente romperla con lo que hago, sino simplemente aquello que me genera la felicidad de hacer y de mostrarlo, tiene que ver con o “esto que estoy haciendo con un mensaje importante que quiero dar queriendo aportar mi grano de arena” o “esto me hizo muy feliz y quiero compartirlo porque me hizo feliz y quiero que la felicidad sea expansiva”. Y si hacés algo con felicidad es como que de alguna forma llega al otro. Pero por suerte no hay puja con eso. El día que yo quiera hacer un hit, porque yo estoy siempre cambiando, ahí seguro que me van a recibir.

¿Qué distancias y qué coincidencias encontrás entre buscar romper lo binario desde lo musical y hacerlo también en la vida, en la esfera social o incluso militando esta idea desde las redes sociales?

Hay un paralelismo bastante importante entre lo que pasa con la sociedad y la música.  Cómo vemos la música es porque la miramos con los ojos de la sociedad que tenemos. Del mismo modo, la clasificamos como la clasificamos. Fijate que la música tiene géneros. Una de las cosas por las que canto en inglés es porque no está dividido en géneros. Es porque es como un idioma Unisex. Es como una especie de chiste que a la vez cerraba.

Deconstruir la música es algo pendiente. Sin embargo, a mí me gusta mucho ver cómo la música evoluciona. Sí creo que hay que ponerles nombre a ciertas cosas, ciertos movimientos. Veo más los géneros no como géneros musicales, sino como movimientos que fueron creados en un contexto. El punk, el reggae, el rock, el blues, todo fue por algo. no es que simplemente a alguien se le ocurrió. Todo tenía que ver con un contexto. En general tienen que ver con alguna cosa contracultural que después se vuelve cultural. Es lo que pasa mayormente en esta sociedad, todo se va absorbiendo. Hoy en día lo más punk que tenemos es una remera de 47 Street con el símbolo de la anarquía. Por eso también dicen que el rock ha muerto. Pero no ha muerto el rock como género. O sea, podés agarrar una guitarra, distorsionarla, otro toca la batería, otro el bajo y musicalmente hiciste rock. Pero creo que cuando hablan de eso, hablan de que murió el mensaje del rock. De esto hace rato, hace como 40 años o más. Ese mensaje después lo tomó el punk, el hip hop, ahí estaba el rock en esos momentos, en tanto mensaje.

¿Hoy quién lo toma ese mensaje?

Está dividido, yo no sé muy bien. De repente veo muchas cosas del pop que toma como un mensaje más arriesgado. El pop siempre fue más banal, aunque hoy en día, por lo menos acá en Argentina, lo veo mucho más contestatario. Si querés, podés estar de acuerdo o no, te puede parecer lavado o no, pero es una buena introducción. Pasa en la música, pasa inclusive en las novelas de la tele, en los programas. A alguien que está interiorizado justamente le pueden parecer light o muy liberales cómo toman los temas, pero para alguien que no tiene ni idea o para un chico, ve eso y es como una introducción. Es como ver que estas cosas suceden y verlas te permite sentirte representado. Eso es algo que no pasaba cuando era más chico, cuando tenía diez u once años me hubiera gustado mucho tener referentes de lo que me pasaba y que yo sentía que me sucedía distinto y no tenía ese contenido. Actualmente, tener todas estas cosas a nivel mediático es muy valorable. En la música está pasando en el pop o inclusive en el trap. Sigue con estos temas muy fuertes. Como todo, hay de todo en todos lados, pero me parece que está pasando eso. Creo que vamos a poder analizarlo una vez que pase todo esto y ver mejor dónde estaba el verdadero mensaje.

Cuando eras muy niño, tu papá estaba embarcado en varios proyectos electrónicos. En una época, según tus palabras, dijiste que había más máquinas que guitarras dando vueltas. De ese momento datan tus primeras incursiones en la música y que grabaste de forma casera el cd “Cohete” y tuviste despertar a la música desde el juego y no una formación más clásica o tradicional, ¿cuánto de ese aspecto lúdico del Benito niño pervive hoy en tu música?

Absolutamente todo. Todo lo que hago hoy sigue siendo tan lúdico y curioso como lo era de chiquito. Lo único que me ha cambiado ha sido que como estoy trabajando con gente que sabe montón de música tuve que hacer como un catch up de teoría musical para poder comunicar mejor en los ensayos, sobre todo. Pero en cuanto a la composición, a veces no tengo ni idea qué acordes son los que estoy haciendo. Simplemente los estoy haciendo porque suenan bien en mi cabeza y generan la reacción que quiero que generen. Eso es lo que me pasa. Hay una frase de Brian Eno que se dice el no músico justamente. Un poco es eso con lo que me siento identificado, porque él dice que los errores son intenciones ocultas. Si vos te empapás de conocimiento en un área que es tan poco encasillable sobre lo que está bien y lo que está mal, como lo es la música y el arte general, uno pierde la oportunidad de conocerse. El no saber, el hacer las cosas de manera intuitiva, es muy distinto al que sabe todo a rajatabla. Inclusive se pueden generar nuevas cosas a partir de ese desconocimiento. Ser consciente de que está bien y qué está mal, en algo tan inclasificable como la música hace que uno no se límite. Esto no quiere decir que estoy en contra del conservatorio ni nada por el estilo. Es todo muy válido y se generan cosas desde el virtuosismo muy grosas también. Yo estoy como en la curiosidad, en el no saber. Hacer las cosas para ver cómo suenan, qué me provocan. Las intenciones ocultas. Este disco se basó mucho en no saber. El guitarrista trajo que habíamos adquirido un pedal que ni sabíamos qué hacía y nos poníamos a grabar y veíamos qué pasaba. A veces tocábamos más los pedales que las propias guitarras. Esas cosas nos maravillaban, pasábamos horas y tocábamos y grabábamos eso también. En el disco, en el tema final, por ejemplo, quedó un pedazo de eso. Todos nosotros con cosas nuevas probando y lo quisimos dejar también porque era representativo de la grabación. Más allá de que hicimos un statement ambient, ese fue el espíritu de improvisación, de curiosidad, de ir viendo qué pasa con las distintas cosas que tenemos, probar cuestiones no ortodoxas. Sigue siendo hoy en día lo mismo.

Benito, vos estabas hablando de la introducción de Waving goodbye, que es este tema que tiene la extensa introducción. Yo vi ahí un montón de cuestiones electrónicas, además lo citaste a Eno. En tu discurso está la electrónica: ¿Tenés algún referente de la música electrónica nacional, de los últimos años?

Siento que hay un prejuicio muy grande cuando se piensa la música electrónica, porque se piensa en esas cosas horribles que se escuchan en un boliche a las cinco la mañana que son insoportables, que yo también detesto. Es un martilleo que nunca me gustó. Creo que cuando hablamos de la electrónica no estamos contemplando todas estas otras cosas. Electrónica hay de todo. Están The chemical brothers”, Björk, hay miles, pero como que se reduce a una sola cosa como si sólo habláramos de David Guetta. creo que acá no se ha aclarado mucho en eso entonces no sé si hay un referente hoy en día. Sí hay DJ´s que me gustan mucho de acá, pero que claro, no hacen los temas. Son gente que descubre temas desde otro lugar, pero que tienen un entendimiento de la electrónica muy bueno. Sobre todo muchos de los noventas. En esa década hubo como una especie de approach, con Melero por ejemplo y la gente que lo rodeaba o cuando arrancó con “los encargados” que era la primera banda en hacer música con elementos electrónicos y parecía que iba a pasar algo, pero se cayó, no duró mucho. Por eso creo que la cultura DJ está muy buena, desde Romina Kohn hasta los DJ´s Pareja. Tienen una mirada electrónica que me gusta. En Argentina hay que laburar esa cosa de que la electrónica no es un bloque de música bochornosa e insoportable, sino que es muy amplia. El ambient también es electrónica.

Ya te encargaste de aclarar que ni vos ni tu familia tienen algo que ver con Larreta o con este gobierno, quisiera saber cómo procesás estos sucesos, cómo te afecta y si podés contarnos ideológicamente por qué el rechazo a la foto y a este modo de conducir. Es decir, a nivel cultural, ¿cuáles son las políticas o las formas que más te duelen o sentís que estén impactando tanto en la producción como en la recepción de obras artísticas?

Yo creo que hay casi nada rescatable dentro de lo que sucede y de lo que ha sucedido en este gobierno. Me parece que a la cultura la ha perjudicado muchísimo, obviamente no es lo más grave. Hay cosas mucho más tremendas como la cantidad de gente que está luchando por vivir en este momento, pero si vamos a hablar específicamente de la cultura siento que no le ha hecho bien para nada. Es más, la ha banalizado un montón. Lo que ha funcionado sólo ha funcionado como producto que no dice nada y realmente siento que es una lástima porque nos perdemos un montón de talentos. Me cruzo todo el tiempo con bandas increíbles que tienen que dejar porque no hay ni lugares donde tocar. La gente no sale a ningún lado porque no puede. La música si no es algo que te taladran todo el día no te llega. Nadie tiene ni el tiempo ni el esfuerzo ni las ganas de escuchar a alguien, si no tenés las necesidades básicas cubiertas. Mirá si vas a pensar en algo tan secundario como investigar sobre música. Es muy complicado ese tema. No ayudan ni en eso, ni en la otro. En nada. Es como que tiran todos los naipes al piso, una bola de nieve. Va a costar un montón recuperar todo esto. Ahora estamos por dar un paso en una decisión correcta, lo que no quiere decir que sea fácil ni que sea lo óptimo, pero sacarle la soga del cuello a la gente va a hacer que podamos alivianarnos en este sentido también. Eso es lo que se espera ahora.

¿Sentís en la compañerada o en colegas que haya una militancia o una transparencia en el comunicar, una mayor apertura y que se estén plantando frente a esta coyuntura?

Cualquier persona que hace música, o arte en general, puede hacer lo que se le cante. Puede hablar de todo o puede no decir nada. No es ni más ni menos por eso. Si no elegís hablar de ciertas cosas es por algo, siempre todo es por algo. Entonces, no me pondría a decir que si alguien no habla o es tibio o lo que sea. Cada uno tiene sus razones para hacerlo o simplemente puede no interesarle por cualquier razón o prefiere enfocar a otro lado, en otra cosa.

Me parece muy importante que haya una militancia. Es muy importante que se hable de ciertas cosas y la música siempre fue un canal. La música viene a representar las grietas que hay entre, cuando se resquebraja algo ahí está la música para hacerla notar. No me acuerdo quién dijo, alguien importante, una definición: “La música representa la imperfección”. Quizás si viviéramos en una sociedad perfecta el arte no tendría sentido y eso es lo bueno de una sociedad imperfecta. Pero, sí me parece importante que haya voces no tan metafóricas en este momento sino más directas, porque creo que necesitamos eso. Precisamos recordar las cosas para que no vuelvan a suceder porque siempre pasa que nos olvidamos un cachito y ya estamos devuelta cometiendo los mismos errores y también hay un trabajo activo de ciertos sectores de borrar o tergiversar, cambiar la historia para que parezca que no fue tan grave. Como que buscan borrar el conocimiento de la gente y me parece que la música ocupa un rol fundamental en eso. Es muy importante no rendirse con eso.

¿Notás el activismo o la unión de artistas para hacer frente a políticas culturales agresivas?

Creo que los lugares más independientes y de gente que está realmente poniéndole el pecho para sobrevivir a esta situación, generando un espacio, un lugar nuevo para que puedan surgir estas voces, es una de las cosas más valiosas que se puedan hacer. Obviamente los abusos de poder van a existir. Probablemente no se radiquen pronto, ni con un gobierno, ni con el otro. Esto es algo de la cultura occidental, de toda la vida. No es una cuestión ya de un gobierno en particular, pero sí hay ciertos gobiernos que exacerban eso y hay otros que lo alivianan. Ahora estamos en uno que exacerba todas esas cosas. Lo bueno de todo esto, si es que podemos rescatar algo bueno, es que hace que lo contrario o sea los que estamos queriendo algo más justo y equitativo y más equilibrado tengamos más voz o que salgamos a decir las cosas. Esto siempre fue así, ola contra ola. Si no hay una ola del otro lado tampoco hay necesidad de responder. Cuando hay una ola reaccionaria está la contestación. Así ha sido la puja histórica en cuanto abusos de poder. Siempre van a haber abusos de poder entre los músicos y el público, no es sólo desde los que gestionan los lugares para tocar, sino también en la música hay mucho de eso. Por eso es importante la transparencia del artista y dejar de ponerse en ese lugar de mírenme, vénganme a ver. Eso también me parecía muy banal cuando pensaba cómo comunicar este disco porque ya me sentía promocionando el disco anterior cuando tocaba. Sentía como que ya no tenía esa necesidad de decir: “tengo un nuevo disco vénganme a ver, mi show” como esa cosa que ya me resultaba insulsa. No sé si quiero esto aquí, no estoy queriendo agradar. Había una parte de mí que había empezado con eso, con una cosa que quería reconocimiento y lo fui desechando con el tiempo. Volví a los escenarios, pero con esta otra idea, desde este otro lugar. Hay cosas más importantes, voy a ponerme el frente y voy a decir: “esto soy”. Con las cosas buenas y con las cosas malas que tengo, con las contradicciones. Porque de eso se trata ser humano también. Esta sociedad te obliga a ser contradictorio, te obliga a ser hipócrita y hay que luchar contra esas cosas.

Está bueno este viraje que hacés, plantea salirse del rol de vengan a ver qué bueno soy y vas para el lado de la autogestión, de la independencia. ¿Qué otros artistas que vos puedas ver de tu camada o tu generación están en la misma? Porque a Benito Cerati lo conocemos, pero hay otros emergentes que no llegan a darse a conocer y seguramente están en la misma sintonía.

Hay muchos. Por suerte este año y el año pasado ha habido muchos artistas que han salido para adelante y que tienen que ver con toda esta movida contracultural, que en cierto punto también la ha impulsado el movimiento feminista. Este movimiento afloró un montón de cosas, el colectivo lgbtttiq tuvo mucha más visibilidad a partir del movimiento de las mujeres. Eso es muy importante. Además, responde a cierta infelicidad que venimos padeciendo hace unos años. La lucha siempre estuvo, pero que se visibilice ahora cobra mayor destaque entre tanto ataque al derecho humano constante que vivimos ahora y no solamente acá, sino en todo el mundo. Por eso es que es clave hacer el giro de decir: “che, estas son las cosas importantes”. No mi flash mental de armar un concepto, un disco propio, sino que eso responda a lo que está pasando.

El arte es el otro.

El arte es el otro. Terminó este disco y empezamos a grabar. Ya tenemos grabadas unas cosas para el año que viene, quizás en marzo ya tengamos otras cosas. Igual antes de fin de año tenemos planeado algunas más, como lados b para mostrar. Estamos armando recién, pero tenemos un par de temas que han quedado afuera del disco que los queremos publicar como para darle un cierre, un adendum al universo este y ya empezar con lo siguiente. De hecho, ya estamos en el estudio grabando y está siendo bastante radical el cambio, como mi corte de pelo. Así que va a estar bueno, se ve bien.

Se habla mediáticamente de la rivalidad entre los redondos y Soda, ¿te gustaría tocar con el indio o armar alguna canción junto a él?

Habrá que ver qué sale. Al Indio lo valoro un montón por todo lo que significó como portavoz de un montón de cosas. Todo lo que significó para la sociedad. Me parece supervalioso su aporte y es superadmirable. Creo que eso siempre fue así y para mi familia supongo que también, siempre fue así. Esto es una cosa mediática más que otra cosa y creo que ambas partes lo han dicho y sin embargo todavía por alguna razón no queda claro.